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era convocar la asamblea provincial, con
la cual
arreglaba los asuntos de su gobierno central y proveía
especialmente al sostenimiento y reclutamiento
de sus fuerzas; y el segundo, conferenciar con
los amigos que había dejado en la ciudad, y que
acudían á reunirse con él en Luca (1), llevando
consigo agentes políticos de todas las fracci:nes
de los partidos, espías, enemigos y admiradores.
Consulares y oficiales de todas categorías se
aglomeraban en las calles estrechas de una pequefía
ciudad de baños de provincia, y se podían contar
ciento veinte lictores á la puerta del procónsul, al
mismo tiempo que doscientos pers fl.ag,es de rango
senatorial, casi una mitad del órden, le hacían la
corte al levantarse del lecho (2).
Erectos de S'U COPTUpCi022 y de sus seducciones.—
El. génio del campeon popular no fué nunca inferior
á las circunstancias en que se encontró y que
le ofreció la fortuna, y brillaba entónce,s, al parecer
con más fuerza, desde el puesto glorioso que
había conseguido; y si usaba de artificios de todo
género para adquirir ó conservar todas las voluntades,
era por asegurarse todo el reconocimiento
y aquiescencia para las exigencias que pensaba
tener. Al mismo tiempo que los deslumbraba con el
brillo de sus espléndidas hazañas, y que suaviza—
ba con su bondad y afa" ilidad las asperezas de su
elevado mando militar, aseguraba su irresponsabi-
(1) Luca estaba sobre la frontera de Liguria, la cual se hallaba
comprendida en la provincia de la Galia cisalpina. La
primera vez fué comprendida en la Etruria por Augusto
1,ylannert, G. der G. un,d, 1?., IX, I, 391; Suetonio, Jul. 24: «In
when' provincice sute Lucam.»
(2) Plutarco, César, 21: Apiano, Bell. eiv. II , 17. En el
invierno de 697-698.