IMANUS BAJO 11.PERID

48 -migo.
Clodio consiguió el cargo de edil, miéntras
que fingiendo sus amigos sostener la proposicion
de Craso como contraria á Pompeyo, hacían
Lado género de esfuerzos para ahondar la di-
-vision entre ambos triumviros (1), y sin tener éstos
en cuenta su interés comun, no ocultaron por más
tiempo su mútua envidia, acusando abiertamente
Pompeyo á su colega de planes contra su vida,
miéntras Craso se oponía con activa vigilancia á
todos los planes que tuviesen por objeto el engrandecimiento
de su rival. Por oscuros que fuesen los
orígenes del poder que Craso poseía, podía probar
diariamente lo arriesgado que estaba; y la influencia
de la clase rica que le apoyaba, y el resultado
de algunas pequeñas intrigas fué circunscribir
gradualmente el debate á la eleccion entre Pompeyo
y Léntulo, pero la violencia creciente de los
demag egos populares hacía imposible toda resolucion.
nolencil de Clodio y de La ciudad fué
de nuevo teatro de tumultos interiores, empezando
ros nobles hacer que entrasen en ella sus partidarios
del campo; para proteger á su campeon Mi-
Ion (2). Los de Clodio que no se hallaban en estado
de resistir por la fuerza, apelaron á su vez ante los
tribunales y le acusaron sin resultado; pero el tri-
(1) Idem, ad Q. Fr., H. 3: «¿Quién tiene.hambriento al
pueblo'?» exclamaba Clodio. «¡ 'Pompeyo!» gritaban sus partidarios.
«¿Quién desea ir á Alejandría?» «¡Pompeyo!» volvían
á decir. «¿A quién quereis enviar?» «í A Craso!»
(2) Cic•,. ad Qu. Fr., II, 3: «Operas autem cuas Clodiuscontirmat.
Manus ad Quirinalia paratur: in eo multo sumus
superiores .ipsius eopiis. Sed ma(_na manos ex Piceno et Gaexpectatur
ut etiani Catonis rogationibus de Milone et
Lentulo resistamos.»