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Espíritu Santo y no del estímulo artificial del vino<br />
(cf. Ef. 5.18).<br />
2. Dejarse crecer el pelo, señal principal de su<br />
consagración (Nm. 6.5).<br />
3. No tocar ningún cadáver, ni aun el de su ser más<br />
querido. No es evidente la razón de esta severa<br />
restricción, pero también se exigía al sumo sacerdote<br />
(Lv. 21.11).<br />
4. Se ha dicho que el nazareato existía en tiempos pre<br />
mosaicos, pero no hay pruebas claras (se alega que<br />
José era nazareo señalando Gn. 49.26 y Dt. 33.16 como<br />
indicio de ello). El primer ejemplo claro es el de<br />
Sansón (Jue. 13.2-5; 16.17).<br />
Evidentemente Samuel también era nazareo (1 S. 1.11; un<br />
manuscrito de 1 S. 1.22 descubierto en Qumrán afirma que<br />
Samuel era "nazareo por todos los días de su vida"). Se<br />
ha conjeturado que el pelo largo de Absalón indicaba que<br />
había tomado el voto, pero la afirmación de que se<br />
cortaba periódicamente la cabellera (2 S. 14.26)<br />
contradice esta conjetura. Parece que había muchos<br />
nazareos en tiempos de Amós. El profeta acusa a los<br />
israelitas apóstatas de procurar hacerles apartarse de<br />
su voto sagrado (2.11). Después del cautiverio también<br />
había muchos. El más famoso nazareo de la época novo<br />
testamentaria fue Juan el Bautista (Lc. 1.15).<br />
3:7 Ciertamente el Señor DIOS no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos<br />
los profetas.<br />
La nación no tenía ningún tipo de excusas porque Dios le había enviado no<br />
solo profetas sino también nazareos. Pero estos elevados privilegios comprometen<br />
a Israel con grandes responsabilidades; y el no hacerlo significaría para su pueblo<br />
un juicio mucho más severo que el que se habría de desatar sobre las naciones<br />
paganas.<br />
Si Israel quebrantaba las leyes de Dios, El mismo establecía cuáles serian las<br />
consecuencias.<br />
2:4 Así dice el SEÑOR: Por tres transgresiones de Judá, y<br />
por cuatro, no revocaré su castigo, porque desecharon la<br />
ley del SEÑOR y no guardaron sus estatutos; también les han<br />
hecho errar sus mentiras, tras las cuales anduvieron sus<br />
padres.<br />
No podía esperar otra cosa que el juicio.<br />
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