AMOS - MINTS español

2:11 Y levanté profetas de entre vuestros hijos y nazareos
de entre vuestros jóvenes. ¿No es así, hijos de Israel?-declara
el SEÑOR.
2:12 Pero vosotros hicisteis beber vino a los nazareos, y a
los profetas les ordenasteis, diciendo: No profeticéis.
2:13 He aquí, yo estoy oprimido debajo de vosotros como está
oprimida una carreta llena de gavillas.
2:14 Y la huida le fallará al ligero, y el fuerte no
fortalecerá su poder, ni el valiente salvará su vida.
2:15 El que empuña el arco no resistirá, el ligero de pies
no escapará, ni el que monta a caballo salvará su vida.
2:16 Y aun el más intrépido entre los valientes huirá
desnudo aquel día--declara el SEÑOR.
3.4. EL JUICIO NO ES LA ÚLTIMA PALABRA
El juicio no constituía la última palabra de Amós para Samaria, sino que hay
una promesa de la restauración futura, esto lo podemos ver en varias profecías de
otros profetas, en el caso de las profecías de Amós lo encontramos en los
siguientes versos:
5:4 Porque así dice el SEÑOR a la casa de Israel: Buscadme, y
viviréis.
9:11 En aquel día levantaré el tabernáculo caído de David,
repararé sus brechas, levantaré sus ruinas, y lo
reedificaré como en tiempo pasado,
9:12 para que tomen posesión del remanente de Edom y de
todas las naciones donde se invoca mi nombre --declara el
SEÑOR, que hace esto.
9:13 He aquí, vienen días--declara el SEÑOR-- cuando el
arador alcanzará al segador, y el que pisa la uva al que
siembra la semilla; cuando destilarán vino dulce los
montes, y todas las colinas se derretirán.
9:14 Restauraré el bienestar de mi pueblo Israel, y ellos
reedificarán las ciudades asoladas y habitarán en ellas;
también plantarán viñas y beberán su vino, y cultivarán
huertos y comerán sus frutos.
9:15 Los plantaré en su tierra, y no serán arrancados jamás
de la tierra que les he dado --dice el SEÑOR tu Dios.
Esta profecía futura no inmediata, servía como esperanza para la nación de
Israel, que había sido muy amenazada con las profecías de Amós y otros profetas
contemporáneos. Esto demuestra el amor eterno de Dios para su pueblo a pesar
de su pecado. “Con amor eterno te he amado, OH Israel”, nos dice en otra profecía.
De igual manera en la actualidad, a pesar de las consecuencias de nuestros
pecados individuales y colectivos Dios nos promete que vendrán días en que Dios
limpiará todas lágrimas de los ojos de nosotros.
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