Ellis, Bret Easton -Los Confidentes _C1234_[rtf].rtf - Jack Kerouac
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BRUCE LLAMA DESDE MULHOLLAND<br />
Bruce, colocado y bronceado por el sol, llama desde <strong>Los</strong> Angeles y me dice que lo siente. Me<br />
dice que siente no estar conmigo aquí, en el campus. Me dice que tenía razón yo, que debería<br />
haber venido al curso intensivo de este verano, y me dice que siente no estar en New Hampshire<br />
y que siente no haberme llamado desde hace una semana y yo le pregunto qué anda haciendo<br />
por <strong>Los</strong> Ángeles y no menciono que han pasado dos meses.<br />
Bruce me dice que las cosas han ido mal desde que Robert dejó el apartamento que<br />
compartían en la esquina de la Cincuenta y seis con Park y se fue con su padrastro a hacer un<br />
viaje en balsa por aguas bravas, por el río Colorado, dejando a Lauren, su novia, que también<br />
vive en el apartamento de la Cincuenta y seis esquina con Park, sola con Bruce, juntos los dos<br />
durante un mes. Yo no conozco a Lauren pero sé qué tipo de chicas atrae a Robert y tengo muy<br />
claro qué aspecto debe de tener, y luego pienso en las chicas a quienes puede gustarles Robert,<br />
guapas, de esas que hacen como que ignoran el hecho de que Robert, a los veintidós años, tiene<br />
unos trescientos millones de dólares, e imagino a esa chica, Lauren, tumbada en el futón de<br />
Robert, con la cabeza echada hacia atrás, y a Bruce moviéndose lentamente encima de ella,<br />
mientras cierra los ojos con fuerza.<br />
Bruce me dice que la cosa empezó una semana después de que se fuera Roben. Bruce y<br />
Lauren habían ido al Café Central y después de devolver lo que habían pedido de comer y de<br />
decidir tomar sólo unas copas, estuvieron de acuerdo en que lo suyo sería sólo cuestión de sexo.<br />
Que aquello pasaba únicamente porque Robert se había ido al Oeste. Se dijeron uno al otro que,<br />
de hecho, no existía atracción mutua aparte de la física, y luego volvieron al apartamento de<br />
Robert y se acostaron. El asunto siguió así, me dice Bruce, durante una semana, hasta que<br />
Lauren empezó a salir con un magnate de la propiedad inmobiliaria, de veintitrés años, que tiene<br />
unos dos mil millones de dólares.<br />
Bruce me dice que no se enfadó por culpa de eso. Pero que se sentía «ligeramente molesto»<br />
el fin de semana en que se presentó Marshall, el hermano de Lauren, que acababa de graduarse,<br />
y se quedó en el apartamento de Robert, de la esquina de la Cincuenta y seis con Park. Bruce me<br />
dice que la cosa entre él y Marshall se prolongó sencillamente porque Marshall se quedó más<br />
tiempo. Marshall se quedó semana y media. Y luego Marshall volvió al piso que tenía su ex novio<br />
en el SoHo, cuando su ex novio, un joven marchante de arte que tiene de unos dos a tres<br />
millones, dijo que quería que Marshall pintara tres columnas de adorno en el piso que<br />
compartían en Grand Street. Marshall tiene unos cuatro mil dólares y algo suelto.