REFRACTARIOS - TEMA I -LOS MATERIALES ... - Página Antigua
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Los ladrillos eran de cromita y magnesita calcinada a muerte (se evita la excesiva contracción que experimentarían los<br />
ladrillos durante su posterior exposición a alta temperatura en el horno) mezcladas con una pequeña cantidad de cal, que<br />
va a actuar como ayuda a la aglomeración (sinterización). A continuación la mezcla se consolidaba sometiéndola a gran<br />
presión en un molde. Finalmente la pieza verde se sometía al proceso de cocción.<br />
Refractarios neutros.<br />
Los materiales refractarios fabricados a partir de una mezcla de coque molido o grafito y arcilla o bien de coque ligado<br />
con alquitrán han sido usados para la fabricación de los crisoles empleados para la fusión de los metales.<br />
Los refractarios de carbono son fuertes y densos y combinan una buena conductividad térmica con una buena resistencia a<br />
los cambios volumétricos y al choque térmico a temperaturas elevadas. Este conjunto de propiedades provoco que fuera<br />
utilizado en Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial, para hacer frente a la necesidad de tener un material para<br />
fabricar el crisol del horno alto, que aguantase el peso del metal y los esfuerzos mecánicos que de ello se deriva.<br />
Hoy en día el uso de los bloques de carbono para el revestimiento de los crisoles de los hornos altos es una práctica<br />
habitual con la que se han eliminado, casi totalmente, las perforaciones que eran una característica común cuando se<br />
usaban ladrillos silico-aluminosos.<br />
Como conclusión se puede afirmar que la introducción de los procesos de obtención de acero mediante soplado de<br />
oxigeno dio lugar a cambios en la demanda de refractarios. Así los refractarios ácidos, como los de sílice y los silicoaluminosos<br />
de bajo contenido en alúmina, han cedido terreno frente a los refractarios básicos.<br />
Estado actual.<br />
La industria de los materiales refractarios ha experimentado una extraordinaria evolución en los últimos 20 años, como<br />
consecuencia de las nuevas y cada vez más exigentes especificaciones impuestas por la industria consumidora. Esto se ha<br />
traducido, no solo en un más estricto control de las materias primas y en una mejora en los procesos de fabricación, sino<br />
también en el aporte científico de técnicas que, utilizadas tanto en la metalografía como en la físico-química de materiales,<br />
han permitido el establecimiento de los diagramas de equilibrio de fases de óxidos potencialmente utilizables como<br />
refractarios por su elevado punto de fusión (A12O3, CaO, SiO2, MgO, etc.), lo que ha supuesto un mejor conocimiento de<br />
la influencia de las impurezas presentes, a la temperatura y condiciones reales de trabajo de cada tipo de material.<br />
Igualmente el avance en los estudios microestructurales han permitido prever, tanto el comportamiento ante el ataque<br />
químico o erosión de las escorias y gases presentes como una mejor evaluación de las propiedades termomecánicas<br />
requeridas a los revestimientos refractarios.<br />
El desarrollo anterior se ha producido, fundamentalmente, en los países más desarrollados, que han orientado de forma<br />
progresiva su producción hacia materiales de más alta tecnología, con volúmenes más reducidos de fabricación y<br />
rendimientos mucho mayores.<br />
3.- Definición y constitución de los materiales refractarios.<br />
Pueden existir diversas maneras de definir lo que se entiende por un material refractario. Así, según la Real Academia de<br />
la Lengua se define material refractario como aquel cuerpo que resiste la acción del fuego sin cambiar de estado ni<br />
descomponerse. Por tanto, se considera como material refractario a todo aquel compuesto o elemento que es capaz de<br />
conservar sus propiedades físicas, químicas y mecánicas a elevada temperatura.<br />
La norma española UNE (150 R836-68) define a los materiales refractarios como a aquellos productos naturales o<br />
artificiales cuya refractariedad (Resistencia piroscópica) es igual o superior a 1500 ºC. Es decir, resisten esas temperaturas<br />
sin fundir o reblandecer. La resistencia piroscópica se determina según la norma UNE 61042<br />
La definición anterior solo hace referencia a las temperaturas mínimas que debe de ser capaz de resistir un refractario, sin<br />
tener en cuenta otro tipo de solicitaciones o condiciones. Es importante precisar que la resistencia piroscópica es una<br />
condición necesaria, pero no es suficiente para que una material sea considerado como refractario, ya que además debe<br />
conservar a dichas temperaturas elevadas una resistencia mecánica y/o una resistencia a la corrosión suficientes para el<br />
empleo a que se destine. Una definición “ampliada”, que hace mención al hecho de que no es solo la resistencia a la<br />
temperatura lo que se exige a un material refractario, es la siguiente