María - Dirección de Nuevas Tecnologías y Educación Virtual ...

los dos adolescentes está ya contenida en germen en la descripción de María en su nicho
de enredaderas despidiendo a Efraín en el capítulo primero, ésta sólo evoluciona y se
desarrolla en la medida en que la pasión amorosa va tomando posesión de los
personajes —proceso que ocurre gradualmente— desde la tenue afirmación del
narrador con motivo de la lectura de Atala:
los pensamientos del poeta, acogidos en el alma de aquella mujer tan seductora en
medio de su inocencia, volvían a mí como eco de una armonía lejana y conocida que
torna a conmover mi corazón (Cap. XIII).
hasta que, definido el sentimiento en su dimensión precisa (“lo que en realidad había
pasado, lo que tenía que suceder y sucedió, fue que ese amor, adueñado de mi alma para
siempre, la había hecho insensible a todo sentimiento, ciego a cuanto no viniese de
María”), termina convirtiéndose en la desbordante pasión que vemos, a través de su
negativo —la angustia de Efraín frente a la soledad—, en los capítulos finales.
Evidentemente, pues, no sólo afecta el amor la relación entre los personajes, sino que
inclusive muchas de sus características personales están en gran medida determinadas
por la intensidad de ese amor. Ciertos actos, ciertas explosiones verbales de Efraín,
obedecen a las características de su amor por María; y de igual manera, muchos de los
rasgos de la heroína derivan también directamente de la pasión que se adueña de su
vida. La profundidad con que los jóvenes conviven ciertos momentos, el sentido que
subyace a ciertos gestos y el sufrimiento que les produce la idea de la inminente
separación, se relaciona también con este sentimiento. Y de ahí la importancia del
carácter melancólico esa pasión.
b). Como bien lo ha estudiado McGrady, un concepto marcadamente Romántico
presente en María es el sentimiento de melancolía que recorre sus páginas, pero una
peculiaridad interesante del uso del concepto en esta obra es que aquí la melancolía “no
se relaciona con el cansancio del mundo y el pesimismo acerca del destino del hombre
de que hacen gala algunas novelas europeas del Romanticismo. El tono de tristeza
predominante en la narración de Efraín se deriva casi exclusivamente del final trágico
de la historia de amor que relata”; como apunta McGrady, señalando con claridad la
relación que se da entre melancolía y acontecimiento. El mismo crítico ha estudiado
también las relaciones entre los capítulos “alegres” y “tristes” en la obra para llegar a la
siguiente conclusión: