Organo de Difusión de ASPA de México

como tú sabes vamos a México y por lo tanto tenemos
combustible más o menos para dos horas y media, la Habana
está 4 o 5 veces más lejos y nunca llegaríamos, así que ...
necesitamos cargar más. Dime dónde quieres que aterrice,
... tú dime, ... Veracruz, Tampico, nos regresamos a
Monterrey, total, ... tú escoge, ... mira, permíteme y te enseño
el plan de vuelo ...
- Está bien Capitán, adelante.
- Ve,-Ie enseñé los papeles- el plan de vuelo dice que
tenemos 11 toneladas de combustible a bordo ... ahora, mira
los indicadores, ... uno dice 3.500, otro 3.500 y el tercero
4.000, más o menos por lo que estamos consumiendo con
nuestro ascenso, ... si lo sumas te dá 11.000, así que dime qué
quieres que haga, ... me sigo, me regreso, pero ... porfavor ya
deja tu pistolita, compruébalo, nadie de nosotros viene
armado, ... a ver muchachos, enséñenle al señor - mientras
decía esto trataba de quitarme o por lo menos hacer a un
lado la pistola que seguía pegada a mi cabeza, pero el
individuo automáticamente me la volvía a enfilar.
Nuestro molesto pasajero seguía en silencio.
Cuando llegamos a una altitud de 25.000 pies, nivelamos
el avión.
- ¿Qué pasó cuate, qué quieres que hagamos ... ?
- Vamos a regresar a Monterrey, Capitán.
Inicié el regreso, poniendo en el radar la clave de identificación
de un secuestro.
Después de un rato persistía el silencio y la tensión en la
cabina.
- Ya vamos rumbo a Monterrey, pero dime, qué quieres
que haga, porque si seguimos 15 minutos mas con este
rumbo, nos metemos a territorio americano y tú sabes muy
bien que ahí no se andan por las ramas.
- Dé vueltas sobre Monterrey, Capitán.
Llegamos y empecé a dar vueltas sobre la ciudad.
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- Papá, es que mi máxima ilusión en la vida es ser aviador.
- Nunca te lo voy a permitir, porque yo no voy a estar
todo el día con el Jesús en la boca pensando que te vas a
matar.
Viendo que mis ruegos contínuos no daban resultado,
decidí salirme del rancho que en Michoacán había comprado
mi papá; le pedí a mi mamá su oendición, me la dió y lo
único que me dijo entre sus lágrimas fué:
-Hijo, lo único que te pido en esta vida es que siempre
seas formal.
Lié los pocos trapos que tenía mas $120.00 que me dió mi
madre y con eso mas mi angustia me vine a México.
III
Cuatro secuestradores habían llegado corriendo al aeropuerto
de Monterrey en el último minuto antes del despegue
y como en aquel entonces no había registros ni vigilancia, no
tuvieron el menor problema.
Al conectar en el radar la señal de secuestro, automáticamente
en el control Monterrey nos dieron vía libre. Conecté
la bocina para que el secuestrador pudiera oír la comunicación
aire-tierra y viceversa. El secuestrador, sin descuidarnos
ni un segundo, llamó a la cabina a uno por uno de sus
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tres compañeros, para ponerse de acuerdo; después de
muchas deliberaciones.
- Capitán, por favor trasmítales lo que a continuación
vamos a exigir:
-De acuerdo cuate, lo que tú digas ...
- Primero nos tienen que regresar la cantidad de
$ 4.200.000.00 que nos incautaron (esto era fruto de robos y
asaltos a mano armada). Segundo, cada cinco minutos por
las emisoras de radio y televisión, debe trasmitirse que en
Monterrey está un avión esperando para recibir a todas
aquellas personas que deseen salir del país para ir a Cuba y
que el Gobierno se compromete a otorgarles el salvoconducto
respectivo. Tercero, que se traslade al avión, del
hospital en que está internada (con una herida de bala en el
estómago, producto de un asalto) en calidad de detenida, la
esposa de uno de nosotros, sabemos que está muy delicada,
pero preferimos que, si se vá a morir, sea aquí en el avión y
con nosotros. Cuarto, que trasladen de la ciudad de Saltillo
a Tomás Okamura López que se encuentra detenido en esa
ciudad. Quinto, que cuando aterricemos, nadie se acerque
al avión y los que lleguen a hacerlo por petición de nosotros,
que sea en traje de baño. Si alguna de nuestras peticiones
tarda demasiado en cumplirse, empezaremos matando a un
miembro de la tripulación y a un pasajero.
No pasó mucho tiempo después de que efectuamos la
comunicación de exigencias, cuando despegó un Cessna
con rumbo a Saltillo al mando del Capitán Quintanilla, cuyo
padre por coincidencia, fué el que me hizo el exámen para
otorgarme la licencia de piloto privado.
IV
Los $ 120.00 se fueron al día siguiente de mi llegada a
México, cuando me presenté a pasar el exámen de admisión;
esperaba yo poder conseguir dinero pero no pude
hacerlo, de manera que para los trámites de mi licencia para
prácticas de vuelo, tuve que vender y empeñar lo que pude,
pues no tenía ni un centavo en la bolsa. Para ayudarme
conseguí una chamba en los talleres de los Hermanos Rivera
(el Negro y Julio) que estaban en lo que ahora es el
principio de la cabecera de la pista 5 izquierda y que desde
luego hace mucho que desaparecieron; ahí hacía yo de
todo, limpiaba aviones, aflojaba tuercas, etc. y todo lo posible
para tratar de conocer un avión por dentro y por fuera,
me quedé sin comer para reunir los $ 50.00 que me costaba
la hora de vuelo.
Un día las cosas comenzaron a mejorar, ya que un piloto,
Guillermo Ruiz de Velazco, al ver mi empeño, me tendió la
mano y en un avión que le prestaban me dió las primeras
horas de entrenamiento, desgraciadamente al poco tiempo
tuvo que irse a Texas a traer un avión y de regreso a la altura
de Soto la Marina cayó y se mató. No me quedó mas
remedio que volver a las mismas.
V
-Mira - le dije al secuestrador- ahí vá el avión donde
vana traer a tu amigo, si quieres dando vueltas, por razón
de nuestra mayor velocidad, vamos a seguirlo ...
-Está bien, Capitán, puede hacerlo.
-Capitán del Cessna, aquí el vuelo 705, estoy arriba de
Usted, lo estamos viendo.