Organo de Difusión de ASPA de México

LOS PRECURSORES
DE LOS VUELOS
ESPACIALES
Lic. Mario Emigdio Maraboto
Uno de los inventos del hombre que más rápidamente ha
evolucionado es, sin lugar a duda la transportación aérea. A
diferencia de otros inventos, a las máquina voladoras solo
les tomó 58 años para evolucionar desde el primer avión
autopropulsado de los hermanos Wright en 1903 hasta el
primer vuelo espacial de un hombre, en 1961.
Pero así como hubo quienes, antes de los hermanos
Wright, experimentaron para tratar de hacer volar un objeto
más pesado que el aire, antes de siquiera poder poner en
órbita un satélite artificial, hubo precursores que teorizaron
y experimentaron para poder realizar el sueño de sacar a un
hombre de la atmósfera terrestre.
Estos precursores fueron en su mayoría hombres de
ciencia que, inclusive, a la par que los Wright ya creían en los
cohetes en el espacio. Para tratar de conocerlos y ubicarlos
mejor en sus respectivas épocas, los precursores de los
vuelos espaciales pueden mencionarse en tres grupos: Primero/
quienes aunque fuera en el papel, a través de complejas
fórmulas, o bien por medio de toscos y rudimentarios
cohetes, establecían la factibilidad física y técnica de poder
lanzar objetos fuera de la gravedad terrestre; a continuación,
estarían aquellos que, basados en las fórmulas yexperimentos
de sus predecesores, construyeron vehículos que,
en efecto lograron salir de nuestra atmósfera, portando
instrumentos experimentales y, en ocasiones, hasta animales
vivos. En el tercer grupo quedan encuadrados aquellos
hombres (y mujeres) que por primera vez salieron de la
gravedad terrestre y sufrieron la presión de lanzamiento y el
intenso calor del regreso a la atmósfera, poniendo en juego,
en un momento dado, su integridad física.
Mencionarlos a todos en lo extenso de su obra y contribución
a los vuelos espaciales tomaría demasiadas páginas, ya
que cada biografía, es bastante interesante. En obvio de
espacio, será suficiente mencionar los nombres de los más
relevantes y su principal aportación a los vuelos espaciales.
Antes que ningún científico en el mundo, el ruso Konstantin
Tsiolkovsky escribió, en 1898, un trabajo denominado
"exploración del espacio por medio de cohetes" mismo que
por muy diferentes razones no le fue reconocido sino hasta
muchos años después. En el, Tsiolkoisky por primera vez
habría las posibilidades de que el hombre pudiera ser lanzado
al espacio sideral. Tan cierto estaba de ello que, en algún
párrafo dentro de su obra expresó: "la humanidad no permanecerá
siempre atada a la tierra y el hombre penetrará
más allá de la atmósfera y conquistará todo el espacio
alrededor del sol..." La primer frase de esta afirmación
quedó asentada sobre su tumba.
Sin embargo, debido a algunas limitaciones, este sabio
solo pudo demostrar sus teorías por medio de ecuaciones
matemáticas y química1i - pero tuvo además el mérito de
haber propuesto un vehículo espacial de étapas múltiples,
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impulsado por propulsión a chorro. Ello, a casi un siglo
antes de que, en efecto, se utilizara la propulsión a chorro y
los cohetes en étapas.
Pero a quien, quiza injustamente se ha reconocido como
el padre de los modernos cohetes es al doctor norteamericano
Robert Hutchings Goddard, quien, el 16 de marzo de
1916, logró lanzar al aire el primer cohete propulsado por
combustible líquido. Ello ocurrió en el llano de una granja de
Nueva Inglaterra; aquel rudimentário cohete no requirió de
una cuenta regresiva; simplemente se le acercó un soplete
y, con un rugido desproporcionado a su tamaño, el aparato
se elevó a una velocidad de 96 km/ h. y, describiendo una
curva, recorrió una distancia de 56 mts. antes de caer en
tierra.
Robert Hoddard había probado un combustible más eficiente
que la polvora y demostraba que el vuelo al espacio
era posible.
Aún cuando estas dos eminencias no tuvieron oportunidad
de conocerse, sí supieron de sus respectivos trabajos,
completados a la luz de la distancia temporal se aprecia que
muchos de sus conceptos y conclusiones fueron casi idénticos.
Los aeroplanos y cohetes modernos vuelan a mayores
distancias ya velocidades asombrosas, gracias ·a los esfuerzos
y estudios de un Húngaro que preparó el camino para
que el hombre rompiera la barrera del sonido: Theodore
Von Karman, cuya teoría del calor específico se volvió
clásica y le permitió inventar el despegue a propulsión a
chorro.
Entre 1929 y 1936, en que se nacionalizó norteamericano,
Von Karman formuló y comprobó algunas teorías que cimentaron
la aerodinámica moderna; una de ellas fue la
resistencia del aire a los cuerpos que se mueven a velocidades
supersónicas.
Además de participar en la construcción del primer avión
que atravesó la barrera del sonido. Von Karman perfeccionó
el primer tunel aerodinámico supersónico, donde se
pudieron realizar importantes pruebas para poder perfeccionar
los entonces futuros vehículos espaciales.
Otro de los propulsores de la primer categoría fue el
Austro-Húngaro Herman Julius Oberth, quien, sin haber
conocido de la obra de Tsiolkovsky, en 1929 presentó una
tesis doctoral denominado "al espacio interplanetario por
medio de cohetes" misma que llegó a convertirse en texto
básico para consulta de los hombres de ciencia del espacio
en Europa.
Hacia 1927, Oberth se unió a la recién integrada Sociedad
de viajes espaciales, en Alemania, donde trabajó en el proyecto
de un cohete impulsado por combustible líquido. Uno
de sus principales colaboradores en estos trabajos fue un
joven alemás de 19 años, llamado Wernker Von Braun.