Organo de Difusión de ASPA de México

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-Es que desde aquí arriba, si sale uno me lo echo ...
- ¡Quite inmediatamente ese aparato!, está usted poniendo
en grave riesgo la vida de mucha gente.
Este detalle contribuyó en gran forma a ganarnos un poco
la confianza de esta gente, por lo que se tranquilizó un poco
la situación.
- Oye Tomás - dijo uno de ellos- alguno tiene idea de
como se manejan estas armas?
Se preguntaron entre ellos y llegaron a la conclusión de
que ninguno tenía la más remota noción. Otro de ellos dijo.
-Pues jálale aquí!
-¡No! tienes que jalarle allá -contestó otro.
-No hay mas remedio que para aprender, hay que probarlas
-opinó Okamura López- por favor, ábrame la
puerta de atrás Capitán.
- ¡Oye! espérate tantito, ... es muy fácil decirlo, pero
seguramente a estas alturas todo el aeropuerto debe estar
rodeado de agentes o soldados, los cuales, ¡júralo! que al oír
el primer balazo van a disparar y acuérdate que tenemos
aquí veintitantas toneladas de combustible y nos pueden
convertir en un infierno.
- Tiene usted toda la razón, Capitán, .. . avíseles que en 10
minutos vamos a probar las armas .. .
-¡No juegues!, ¡cómo en 10 minutos! tienes que darles
mas tiempo, para que ellos estén en posibilidad de avisarle a
todo el mundo lo que vas a hacer; - y sin esperar su
respuesta-: Torre, aquí el 70S, los señores tienen la intención
de probar las armas, por favor no vayan a disparar y
avísenle a toda la gente de su intención, para evitar algún
error, ya que uno o dos de ellos van a salir del avión.
-Vuelo 70S, denos tiempo para avisar.
-De acuerdo torre, pero por favor, dé se prisa.
Pasaron minutos que se nos hicieron eternos.
-Torre a vuelo 70S, pueden hacerlo, ya está avisada la
gente.
Este momento fué de gran tensión, ya que si alguien no
había recibido el aviso y veía que alguien bajaba y empezaba
a tirar balazos, podía disparar, matarlo y entonces sí se nos
armaba a bordo. Bajaron por· la puerta trasera a pesar de
que yo les había pedido que lo hicieran por la delantera; le
jalaron 1 o 2 veces apuntando a despoblado. Regresaron
con gran alegría, gritándoles a los demás que ahora sí ya
sabían manejar las armas.
x
Cuando terminó el traslado de aviones íbamos a partir
rumbo a Palestina pero entonces intervino la ONU, por las
protestas de los palestinos e inclusive en el avión donde me
iba a ir yo lo decomisaron en las Azores y a todos los
mercenarios los regresaron. Entonces ya no fué posible que
me fuera a pelear por los judíos. Nos quedamos en Miami
para ver qué giro tomaban los acontecimientos, cuando
llegaron unos pilotos que venían a México para substituir al
servicio que la Comisión Americana de la Fiebre Aftosa
había perdido en el accidente del Popocatepetl, entonces
"Tiri" les dijo que yo era mexicano, que volaba de maravilla
(mentiras, desde luego, ya que todo lo hacía líricamente, o
sea volaba y punto, mas no sabía nada de teoría, la potencia
de los motores, procedimientos de emergenCia, capacidades,
a cuanto debe inflarse una llanta, etc.) y que me interesaba
regresar a México. Entonces me dijeron que si quería
acabar de aprender, me darían la oportunidad, otorgándo-
me también ¡$SOO.OO! mensuales de sueldo, casa y comida,
pero con la condición y advertencia de que nos íbamos a
rolar como ayudantes de cocina, ya que el dueño de los
aviones, un canadiense llamado Earl Clemente, era ademas
de jefe de pilotos, el encargado de preparar la cena y exigía
que los pilotos a su servicio se rolaran cada semana para
ayudarlo. Vivíamos en un "penthouse" muy bonito en las
calles de Amsterdam. Estuve así como 6 o 7 meses, hasta
que la fiebre aftosa fué controlada, entonces el General
Johnson, que era el Director americano, me dióla oportunidad
de regresar me a Estados Unidos con ellos para que
pudiera ser piloto ya en forma totalmente profesional, dándome
además la ciudadanía americana. Lo pensé unos días
y decidí agradecerle la oportunidad y seguir siendo "me xican
curious."
XI
Total, estuvimos en tierra mas o menos 3 o 4 horas y al fín
se cumplieron todos los requisitos exigidos, incluyendo el
dinero y pudimos despegar rumbo a la Habana. Durante
nuestro ascenso el radio se llenó de mensajes de otros
Capitanes y otras torres de control, donde nos deseaban
buena suerte. Tomás y el güero fueron los que permanecieron
en la cabina y por lo tanto les comuniqué mi decisión de
volar en línea recta y además comprobarles con las cartas
de navegación y el radar el rumbo que íbamos volando (el
radar marca perfectamente los contornos de las costas).
Casi durante todo nuestro trayecto guardaron silencio,
así que cuando pasamos al control Habana exclamé:
- Ahora sí cuates, ya la hicieron ...
-¡Que! ... donde estamos? ..
-Miren, vean donde estamos, ... (le puse mayor alcance
al radar y empecé a describirles, o tratando de hacerlo, los
lugares por donde íbamos pasando, siempre intentando
darles la confianza de que volábamos por el rumbo que ellos
querían).
-Fíjense, ya empezamos a descender, ya pueden cantar
victoria.
Se lo comunicaron a los demás y entonces sobrevino otra
explosión de alegría, alcanzando un grado de euforia como
yo nunca en mi vida me había imaginado que pudiera existir;
cuando empezaron a calmarse, se puso junto a mí Tomás.
-Capitán, podemos platicar unos minutos?
-Sí, ... desde luego ... mientras descendemos podemos
platicar unos 10 o 15 minutos.
-Capitán, le queremos decir que le quedamos sumamente
agradecidos por su cooperación y además usted se
merece una explicación - a continuación - empezó a
expresarme sus ideas, sus motivos y las razónes por las que
ellos estaban procediendo así.
-Muy bien Cuate, respeto tus ideas, no las entiendo,
pero las respeto.
Al entrar a la Habana, como a las 10 de la noche, por el
cambio de horario y al no existir el recibimiento triunfal que
ellos esperaban,· ya que inclusive había muy poca luz, ya que
allá los focos son muy chiquitos, estas gentes nos empezaron
a ver con desconfianza.
-Capitán, ... está usted seguro que estamos en la Habana?
.. porque si no le garantizamos que podemos armar aquí
una buena ... a lo mejor mañosamente nos han traido a algún
lugar de Miami ...
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