ÉGLOGAS - InterClassica
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CALPURNIO SICULO<br />
lleva a ordeñar el ganado y en la urbe pregona<br />
la leche que vendas. Pues ¿qué podrá darte tu flauta<br />
con que mates el hambre? Mis versos no hay nadie que quiera<br />
recitar salvo el eco que el viento nos trae de esas rocas".<br />
Coridón<br />
Así hablé, Melibeo, es verdad, pero en otros momentos.<br />
No son tales ahora los tiempos; el dios no es el mismo.<br />
La esperanza es mayor. Tú haces ya que a coger no salgamos<br />
frambuesas y fresas ni el hambre aplaquemos con verde<br />
malvavisco y nos harta de espelta tu don generoso ;<br />
de mi pobre peculio en mi edad juvenil tú te apiadas<br />
y el ayuno invernal con hayucos romper no nos dejas.<br />
Gracias a ti, Melibeo, quejarnos nosotros<br />
no podemos: saciados por ti nos tendemos confiados<br />
a la sombra gozando del bosque en que vive Amarilis.<br />
Si tú no existieras, ahora estaríamos viendo<br />
las costas postreras del mundo y en ellas los prados<br />
de Gerión fronterizos del Mauro feroz donde dicen<br />
que el líquido curso del Betis ingente la arena<br />
de Occidente al mar lleva; en extremas regiones yaciendo<br />
tristemente, jay, dolor!, al cuidado de iberos rebaños,<br />
vanamente esforzárame yo en modular los silbidos<br />
de mi flauta de siete cañones sin nadie en aquellos<br />
jarales dispuesto a escuchar mis Camenas; ni el propio<br />
dios atención prestaría a mis votos lejanos<br />
cuyos sones llegaran del ]Emite extremo del orbe.<br />
Pero, a no ser que prefiera tu oído mejores<br />
sones o versos ajenos que más te deleiten,<br />
¿quieres que entregue mi página de hoy a tu lima?<br />
Porque no sólo anuncias el viento futuro al labriego<br />
y cuál será el orto del áureo sol, pues los dioses<br />
esos dones te hicieron, mas sueles cantar dulcemente<br />
y tan pronto te otorga la Musa el corimbo baqueo<br />
como sombra te dan los laureles de Apolo el hermoso.<br />
Y si tú mi temor confortaras, quizá probaría<br />
la caña que ayer me donó el docto Yolas diciendo :<br />
"Esta flauta embelesa a los toros feroces y en ella<br />
nuestro Fauno se goza al oír sus dulcísimos sones.<br />
Títiro túvola un día y primero que nadie<br />
moduló en estos montes su canto con cálamo hibleo".<br />
Melibeo<br />
Grande es tu ambición, Coridón, si ser Titiro quieres.<br />
El fue vate sagrado y capaz de vencer con su flauta