ÉGLOGAS - InterClassica
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Ástiio<br />
Lícidas, llegas ya tarde, pues Níctilo ha poco<br />
y el joven Alcón compitieron bajo esa enramada<br />
con cantos alternos y, siendo yo juez, el primero<br />
se apostaba una cabra y cabritos y Alcón un cachorro<br />
5 según él de león, mas ganó y se marchó con la puesta.<br />
Lícidas<br />
Que a Níctilo el rústico Alcón superó con sus versos<br />
creeré cuando el buho siniestro derrote al canoro<br />
ruiseñor o consiga al jilguero vencer la corneja.<br />
Ástiio<br />
Pues no obtenga yo a Pétale, que hoy me atormenta entre todas,<br />
10 si Níctilo queda en el arte del canto o la flauta<br />
más cerca de Alcón que en aquello que atañe a su rostro.<br />
Lícidas<br />
Ya entiendo; ante ti, que eras juez, vino pálido el uno,<br />
más hirsuta que erizo espinoso llevando la barba,<br />
y el otro muy blanco, más limpio que un huevo pulido,<br />
15 con ojos rientes, cabellos dorados y tal que<br />
quien no le oiga cantar por Apolo tenerle pudiera.<br />
Ástiio<br />
También, Lícidas, tú, si de música un poco entendieses,<br />
podrías decir sobre Alcón que son justas mis loas.<br />
Lícidas<br />
¿Quieres, mal juez, si inferior soy a ti, que probemos<br />
20 tu caramillo en certamen? ¿El reto me aceptas?<br />
Ni me importa tampoco como árbitro Alcón de la justa