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El prestigioso endocrinólogo argentino, que se perfeccionó,<br />
durante años en hospitales y universidades de Montreal,<br />
Canadá, apunta que ello explica por qué se insiste tanto<br />
en que los pediatras generales se detengan a medir a los<br />
chicos en sus controles de salud. «Es cierto que<br />
especialmente durante los primeros dos años los pediatras<br />
en las consultas de puericultura trabajan mucho con las<br />
familias sobre todas las adquisiciones madurativas, de<br />
alimentación y del crecimiento de los chicos, pero después,<br />
muchas veces, los niños o niñas acuden al médico cuando<br />
tienen alguna enfermedad aguda y éste por distintas<br />
razones procede únicamente a solucionar el problema<br />
agudo y se pierde esa instancia de volver a controlar el<br />
crecimiento del chico para ver si realmente está por los<br />
carriles normales».<br />
El experto explica que una forma muy fácil y elemental de<br />
evaluar el crecimiento es compararlo con un patrón. Los<br />
patrones son lo que uno llama curvas de crecimiento<br />
normales de los chicos que muchas madres conocen<br />
cuando se habla de los percentilos, que son valores de<br />
distribución de la talla a distintas edades y es fácil de<br />
graficar, de tabular no sólo en un momento transversal o<br />
determinado, sino en forma longitudinal. Saber que un niño<br />
mantiene su percentilo es una forma de reasegurar que<br />
ese niño está creciendo bien. Sin embargo, dentro del<br />
crecimiento normal hay variaciones, por ejemplo durante<br />
los primeros años de vida es frecuente ver que niños<br />
normales cruzan percentilos, tanto para arriba como para<br />
abajo. Un niño o niña que nació grandote, por ejemplo de<br />
4 kilos y con una talla de 52 centímetros, de padres de<br />
altura media, a lo mejor durante los primeros dos años de<br />
vida va a ubicar su talla dentro de lo que es su carril<br />
genético. De alguna forma ese crecimiento lineal en los<br />
chicos normales, lo que se llama la canalización o la<br />
búsqueda del percentilo propio en los primeros años de<br />
vida, es algo que los pediatras lo pueden ir detectando con<br />
sucesivas mediciones.<br />
¿Hasta qué edad crecen los chicos?<br />
El crecimiento depende de la edad del desarrollo. Las<br />
hormonas sexuales son las responsables de inducir el<br />
estirón del desarrollo, pero también son responsables de<br />
soldar los cartílagos del crecimiento. Entonces una niña<br />
que desarrolla a lo mejor a los diez años, tal vez dejará de<br />
crecer a los catorce o quince años, mientras que una que<br />
desarrolla a los catorce seguirá creciendo hasta los<br />
diecisiete. En promedio los varones, aproximadamente<br />
crecen linealmente hasta los diecisiete o dieciocho años y<br />
las niñas hasta los quince o dieciséis. Después hay<br />
crecimientos o maduraciones de los distintos órganos, como<br />
son los sexuales, que se adquieren más tarde.<br />
¿A qué le llamamos crecimiento patológico?<br />
Cuando se crece mal, cuando la velocidad de crecimiento<br />
es anormal. Por eso es necesario evaluarlo en el tiempo y<br />
hay que detectarlo tempranamente. Si un niño consulta<br />
con un retardo de crecimiento significativo, porque está<br />
<strong>Salud</strong> y Prevención<br />
exageradamente por debajo de lo normal, es porque venía<br />
creciendo mal y alguien no se dio cuenta de ello. Eso no<br />
se evalúa instantáneamente, a esa situación se llega.<br />
Desgraciadamente muchos problemas de crecimiento son<br />
diagnosticados de forma tardía por esas razones: primero,<br />
por las variaciones normales del crecimiento y segundo<br />
porque a lo mejor los chicos no son medidos rutinariamente<br />
y no se ha detectado que pudieran llegar a tener algún<br />
problema. En realidad, dentro de los niños y niñas que<br />
examinamos porque sus padres creen que tienen<br />
problemas de talla o alguna patología ¿cuántos de ellos la<br />
tienen realmente? Ahí hay otro aspecto, lo que se llama la<br />
talla baja normal o la talla baja familiar. La consulta por<br />
niños de baja talla es muy frecuente y como es de esperar<br />
la mayoría de ellos responde a una carga genética más<br />
baja, vienen de padres bajos. Ahora, no hay que<br />
subestimarlo, porque un niño de progenitores bajos no<br />
está exento de llegar a tener un problema de crecimiento<br />
y justamente ése es el que tiene que mirarse más<br />
agudamente para que el árbol no impida ver el bosque.<br />
En ese sentido es importante detenerse en la consulta de<br />
aquellos padres que son bajos, que traen un niño que es<br />
bajo para ver si realmente el chico está respetando ese<br />
patrón de crecimiento normal bajo o hay algo que le pueda<br />
estar pasando.<br />
Uno tiene que pensar que un niño o niña crece a una<br />
velocidad normal por el conjunto de cuatro factores:<br />
genéticos, nutricionales, hormonales y emocionales. O sea<br />
que el equilibrio de estos factores hace que el crecimiento<br />
resulte normal. Cuando uno falla provoca que se produzcan<br />
problemas de crecimiento anormal. No crecer<br />
normalmente, a veces, no es tan notorio. Es muy raro que<br />
un chico deje de crecer, aún teniendo una patología. Los<br />
niños que tienen patologías crecen pero más lento, son<br />
muy pocas las circunstancias en las que el crecimiento se<br />
frena de forma absoluta.<br />
Dentro de las causas nutricionales, sin dudas la<br />
desnutrición crónica es la razón más frecuente de retardo<br />
de crecimiento en nuestro medio y obviamente depende<br />
de los lugares del país de que hablemos: va a ser más<br />
prevalente en un lugar que en otro. También responde no<br />
sólo a desnutrición calórico-proteica, a déficit de<br />
micronutrientes y a lo que se denomina nutrición endémica<br />
de distintos lugares de nuestro país.<br />
¿Cuáles son las causas que frenan el crecimiento?<br />
Nosotros diferenciamos lo que llamamos las causas de<br />
retardo de crecimiento endocrinológicas y no<br />
endocrinológicas. Las más frecuentes son las segundas,<br />
dentro de las que se ubica la desnutrición, pero también<br />
hay distintos factores, dentro de los que podemos incluir<br />
los indirectamente nutricionales, como las parasitosis<br />
intestinales que tienen un rol muy importante porque<br />
generan mala absorción. Otra mala absorción muy<br />
importante y cada vez más incidente se da con la<br />
enfermedad celíaca, que puede manifestarse como único<br />
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