Revista 41 - Accord Salud

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Salud y Prevenciòn
Lograr terminar con el tabaco, sumado al control de otros
factores de riesgo como el colesterol elevado, la
hipertensión arterial, la obesidad y el sedentarismo
permitirán prolongar las expectativas de vida, pero
fundamentalmente mejorar la calidad de los años vividos.
El médico de cabecera, clínico, cardiólogo o neumonólogo
son los encargados de asesorar, orientar y acompañar en
ese desafío.
Algunas cifras
Ya nadie duda de que el consumo de cigarrillos puede
causar enfermedades como los infartos, el cáncer de
pulmón o la bronquitis crónica. Puede también llevar a la
discapacidad y a la muerte. Pero ahora se pudieron
cuantificar esos destrozos sobre la salud de los fumadores.
En la Argentina, se pierden anualmente 825.000 años de
vida saludable a causa de los males producidos por el
tabaquismo.
El dato surge de un estudio privado que evaluó por primera
vez en el país la carga global de enfermedad por
tabaquismo. Los investigadores enfocaron la investigación
sobre la población de fumadores de 35 y más años y de ex
fumadores. No se incluyó a los pasivos. Después, se
estimaron los casos de enfermedades que pueden
atribuirse al consumo de tabaco.
Se seleccionaron 20 desórdenes que, por evidencia
científica confirmada, pueden asociarse al tabaquismo y
que se agrupan dentro de tumores malignos,
enfermedades cardiovasculares (desde la aterosclerosis
hasta el ataque cerebral) y las respiratorias, como la
neumonía, la bronquitis y la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC).
Como fuente de información, se usaron las estadísticas de
mortalidad, las internaciones en hospitales públicos, los
datos de cobertura de obras sociales, las consultas a
expertos y funcionarios, entre otros. Se tomaron como
referencia los datos del año 2002, cuando murieron casi
42.000 personas mayores de 35 años por enfermedades
asociadas con el tabaquismo (representaron el 16 por
ciento del total de muertes).
Al tener en cuenta como esperanza de vida promedio los
80 años para los hombres y los 82 para las mujeres, los
investigadores llegaron a los siguientes resultados:
. se pierden 293.000 años de vida por muertes
prematuras causadas por el tabaquismo
· se pierden 532.000 años de vida por la discapacidad
que pueden dejar las 20 enfermedades asociadas al
tabaco
Esos dos datos sirvieron para diseñar un nuevo indicador,
que habla de los años de vida saludable que se roba
dramáticamente el consumo de cigarrillos. Y así los
investigadores llegaron a la cifra final: cada 365 días, se
pierden en la Argentina 825.000 años de vida saludable
por las enfermedades producidas por el tabaquismo activo.
Dentro de ese total, los hombres pierden más años de vida
saludable que las mujeres. Una diferencia atribuible a que
ellos fuman más: los varones pierden 554.000 años de
vida saludable. Las mujeres, 272.000 años.
Si a esas cifras concluyentes se agrega un estudio de la
Universidad del CEMA, que señala que las muertes
prematuras causadas por el tabaco generan pérdidas por
productividad por 2315 millones de pesos por año en el
país, hay demasiadas razones para desalentar el
tabaquismo. Claro que no se debe disparar sólo contra los
fumadores: ellos necesitan comprensión y apoyo.
Las autoridades sanitarias argentinas, siguiendo la
tendencia a nivel mundial, realizan desde hace varios años
grandes esfuerzos propagandísticos para alejar a la
población del tabaco. Se lograron algunos resultados.
Muchos están tomando conciencia de los males del
cigarrillo, se avanzó en la legislación para desterrar el humo
en espacios cerrados y las nuevas generaciones reciben
en las escuelas bastante información sobre los riesgos de
fumar. El negocio tabacalero respondió con
marcas baratas y estabilidad de precios,
cuando varios estudios indican que
muchos fumadores dejarían el hábito si
empezaran a dolerles los bolsillos.
Junto a eso, la industria del tabaco utiliza
los argumentos económicos para
persuadir a los gobiernos, los medios de
comunicación y a la población general de
que el consumo de tabaco beneficia a la
economía. Pero, por el contrario, esa
industria aumenta enormemente las
pérdidas. Los costos económicos para
los gobiernos, los empleadores y el
medioambiente incluyen gastos en
seguridad social y salud, pérdidas en la
balanza comercial al importar cigarrillos,
desaprovechamiento de tierras donde se
podrían cultivar alimentos, los costos por
incendios y daños a edificios por la falta
de cuidado al fumar, los perjuicios al
medioambiente que van desde la
deforestación a la acumulación de
desechos generados por fumar, el