20.06.2013 Views

Reseña detallada del libro LOS DUEÑOS DEL CONGRESO de ...

Reseña detallada del libro LOS DUEÑOS DEL CONGRESO de ...

Reseña detallada del libro LOS DUEÑOS DEL CONGRESO de ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Libros <strong>de</strong> Laberinto<br />

48<br />

http://laberinto.uma.es<br />

Éstas y otras cosas se hacen sin normas, sólo al toma-y-daca, don<strong>de</strong> no hay principios, sino mañas y<br />

estrategias <strong>de</strong> negociación. También se comentó en el pasado cómo no hay interés por formar una estructura<br />

mo<strong>de</strong>rna, ni consolidar un servicio <strong>de</strong> carrera y equipos <strong>de</strong> investigación profesionales.<br />

Así, una primera conclusión <strong>de</strong> EDR es que «durante la etapa en que el po<strong>de</strong>r legislativo se pluralizó y<br />

<strong>de</strong>mocratizó, entre 1964 y 2000, casi 40 años, sus integrantes fueron incapaces <strong>de</strong> transformar sus<br />

estructuras internas, propiamente parlamentarias, para convertirlo en un organismo con efectividad en el<br />

ejercicio <strong>de</strong> sus atribuciones y obligaciones, que le dieran la legitimidad <strong>de</strong> su acción, y no quedara con la<br />

siempre perece<strong>de</strong>ra legitimidad electoral.» (pág. 194).<br />

Es claro que el autor apuesta por la opción <strong>de</strong> la oposición partidista y la presión-negociación en el<br />

Congreso como vía para el cambio y el avance. Me permito entonces expresar mi postura al respecto.<br />

Es cierto que este Congreso cambiante no ha evolucionado a un legislativo como <strong>de</strong>bería ser, pero la<br />

razón no es ineptitud, sino algo más sencillo: NUNCA HA SIDO ÉSA LA INTENCIÓN.<br />

Aquí es fundamental la conciencia <strong>de</strong> enemigo histórico aportada por el movimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> 68: nos gobierna<br />

un sistema controlado por los enormes capitales, y que tiene a su servicio a las élites políticas que nos dan<br />

personajes para vilipendiar o apasionarnos –justo como hacemos con el fútbol-, mientras los verda<strong>de</strong>ros<br />

amos sonríen <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba, si que nadie se percate <strong>de</strong> ellos.<br />

Se me dirá quizá: «Si nunca ha habido intención verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocratizar al país, ¿por qué no seguir<br />

entonces con una aplanadora priísta? Si todo está controlado, ¿por qué meter más partidos?» La respuesta<br />

está dada por estudiosos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho: gatopardismo.<br />

La novela «El Gatopardo» se <strong>de</strong>sarrolla en la Italia <strong>de</strong> la Unificación, en la segunda mitad <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo XIX,<br />

cuando las viejas estructuras monárquicas sucumbieron ante los levantamientos armados que implantaron<br />

el capitalismo liberal. El personaje central <strong>de</strong> la obra, el príncipe Fabrizio Salina, representa a esa <strong>de</strong>clinante<br />

clase aristocrática. Su sobrino, Tancredi Falconeri, muchacho tan astuto como pragmático, se une a las<br />

fuerzas revolucionarias, pero explica a su tío esa aparente traición con unas palabras ya célebres: «Si allí<br />

no estamos también nosotros, ésos te endilgan la república. Si queremos que todo siga como está, es<br />

preciso que todo cambie.» Poco tiempo le cuesta al príncipe enten<strong>de</strong>r tales palabras y <strong>de</strong>spués, cuando<br />

tiene enfrente a un empleado suyo –representante <strong>de</strong> la clase media que se ha montado en la ola<br />

revolucionaria- le dice abiertamente: «No queréis <strong>de</strong>struirnos a nosotros, vuestros ‘padres’. Queréis sólo<br />

ocupar nuestro puesto (…) Para que todo que<strong>de</strong> tal cual. Tal cual, en el fondo: tan sólo una imperceptible<br />

sustitución <strong>de</strong> castas. Mis llaves doradas <strong>de</strong> gentilhombre <strong>de</strong> cámara, el cordón cereza <strong>de</strong> San Jenaro,<br />

<strong>de</strong>berán quedarse en el cajón y acabarán luego en una vitrina (…), pero los Salina serán los Salina, y<br />

acaso tengan alguna compensación: el Senado <strong>de</strong> Cer<strong>de</strong>ña, la cinta ver<strong>de</strong> <strong>de</strong> San Mauricio. Oropeles las<br />

unas, oropeles las otras.»<br />

El autor <strong>de</strong> esta gran novela, el príncipe Giuseppe Tomasi di Lampedusa, no inventó nada; simplemente<br />

expresó algo que es un principio estratégico histórico: cuando llegan movimientos renovadores hay que<br />

montarse en ellos, o infiltrarlos para dirigirlos a conveniencia; procurar que aquéllos que iban por el<br />

cambio verda<strong>de</strong>ro -a fondo- sean eliminados, y quedarse con quienes estén dispuestos a colaborar. A<br />

veces el resultado es echar para atrás todo cambio; en otras ocasiones se hace un cambio cosmético, <strong>de</strong><br />

forma, conservando las estructuras <strong>de</strong> explotación y dominio, pero dando la impresión <strong>de</strong> progreso<br />

cambiando a quienes se encargan <strong>de</strong> la administración. Y esto se hace para evitar que el <strong>de</strong>scontento<br />

popular crezca y acabe explotando. Siempre será mejor ce<strong>de</strong>r un poco en el autoritarismo y sacrificar<br />

algunos miembros con tal <strong>de</strong> conservar intacto el esquema <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Eso es el gatopardismo.<br />

En México las castas emanadas <strong>de</strong> la Revolución dominaron durante décadas, en las cuales no<br />

admitieron la menor disi<strong>de</strong>ncia seria; aplacaron con dureza cualquier intento <strong>de</strong> agrietar su muralla<br />

infranqueable. Cuando ya no fue posible conservar semejante autoritarismo (que llegó a lo máximo con<br />

López Mateos y Díaz Ordaz y Echeverría) se <strong>de</strong>cidió abrir paso a otros que estuvieran dispuestos a<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r las estructuras; personas que «no querían <strong>de</strong>struir a sus padres, sino simplemente ocupar su<br />

puesto». Y así llegó la Reforma Política <strong>de</strong> 1977, cuya versión oficial dice que acabó con el Estado<br />

autoritario, abriendo espacios a la pluralidad y marcando el inicio <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocratización <strong><strong>de</strong>l</strong> país. Des<strong>de</strong><br />

entonces hasta ahora hay un proceso histórico coherente: los partidos menores –algunos <strong>de</strong> los cuales<br />

representan el papel <strong>de</strong> la izquierda en la comedia- fueron conquistando espacios, obteniendo su parte <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

pastel, y finalmente en 2000 el PRI <strong>de</strong>jó la presi<strong>de</strong>ncia, lo cual fue presentado como la consolidación<br />

<strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia. En realidad, la gran maniobra <strong>de</strong> gatopardismo había llegado a su punto<br />

culminante. También en «El gatopardo» la comedia <strong>de</strong> cambio se va <strong>de</strong>sarrollando a lo largo <strong>de</strong> los años.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!