Prólogo. Pág:6 - Diputación Provincial de Almería

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III
EL PAISAJE VEGETAL:
USOS Y APROVECHAMIENTOS
Es muy difícil precisar con total seguridad el grado de
desarrollo que llegaron a alcanzar los pinares en las
comunidades que en tiempos pretéritos conformaban
nuestros ecosistemas. La aparición del hombre y su
acción perturbadora sobre los ecosistemas conjuntamente
con largos ciclos de sequía, acentuados procesos
erosivos, incendios, presencia de herbívoros, el
pastoreo corto secular en la zona y las plagas produjeron
un deterioro de los pinares y una reducción de su
extensión. Distintas comunidades de plantas heliófi -
tas sustituyeron de manera prolífi ca los nichos ecológicos
abandonados por los pinares.
El pinar no es una formación vegetal ajena a la sierra
de Oria, sino que se trata de especies cuya presencia
en nuestros ecosistemas han dado lugar secularmente
a la confi guración de nuestros paisajes vegetales. La
existencia de grandes fi ncas en manos de la aristocracia,
como el marqués de los Vélez y Villafranca, o
en manos de los grandes terratenientes a lo largo del
tiempo, ha propiciado la conservación del pinar. Los señores
protegían los bosques y esta dinámica continuó
hasta la implantación de un estado liberal. En 1841 se
subastan 243 fanegas de pinar en Oria pertenecientes
a los bienes secuestrados del marqués de Villafranca,
pagándose 94.129 reales (BOP, 702, 20-I-1841, p. 3).
Las medidas de repoblación encaminadas a la regeneración
del pinar han utilizado en muchas ocasiones el
pino carrasco, a partir de semillas de origen murcianoalmeriense
y, por tanto, autóctono en sentido estricto.
En otras ocasiones las medidas de repoblación no han
sido las adecuadas debido a la utilización de plantas
obtenidas de semillas de suministro centralizado,
introduciéndose una gran cantidad de especímenes
foráneos que pueden conducir localmente a la pérdida
de la estirpe endémica de gran belleza y que es lógicamente
la mejor adaptada al medio. En otros casos
la repoblación en suelos calizos, debido a la caída por
renovación de las hojas de los pinos, puede provocar
la acidifi cación del suelo y la modifi cación del entorno
biótico en el cual se desarrollaran numerosas especies
endémicas. Por otro lado, el abuso del aterrazado
en zonas con gran pendiente o excesivamente áridas
ORIA
da lugar a que la vegetación no cubre los terraplenes
espontáneamente, permaneciendo la plantación desprovista
de defensa durante varias generaciones.
PRINCIPALES FORMACIONES
ARBUSTIVAS
Retamares
Dan lugar a formaciones vegetales de tipo “genistoide”
o retamoide” con predominio de leguminosas
de hoja pequeña adaptadas al clima mediterráneo.
Los retamares nitrifi can el suelo y han ocupado nichos
ecológicos dejados por el encinar. Necesitan suelos
bien desarrollados. La retama, Retama sphareocarpa,
y la hiniesta, Genista cinerea, son especies representativas
en la sierra de Oria.
Espinares
Los espinares son plantas caducifolias y espinosas
que forman parte de la vegetación de la sierra de
Oria. La cambronera, Lycium europeaum, la tapaculera,
Rosa canina, la zarza, Rubus ulmifolius, y otras numerosas
rosáceas pertenecen a este tipo de vegetación.
Matorrales y piornales
Publicación electrónica del Instituto de Estudios Almerienses
Están constituidos por especies xeromorfas, es
decir, adaptadas a la sequía. Presentan hojas pequeñas
y con márgenes revueltos que secretan esencias
volátiles que acaban por marchitarse en la estación
seca. El empobrecimiento edáfi co, la acción del hombre
y la erosión conducen a la difusión de las especies
que forman los matorrales. Se trata de plantas que no
superan los 50 cm., formando comunidades más o menos
extendidas sobre sustratos pedregosos.
Forman parte de estas formaciones vegetales los jarales,
albaidales, romerales, aulagares, salviares, esplegares
y tomillares, constituyendo generalmente una
garriga media degradada. En la alta montaña, ya en el
piso supramediterráneo, se desarrollan piornales.