Huancavelica, «Alhaja de la Corona»: 1740-1790* - Sistema de ...
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Alejandro Reyes Flores<br />
últimamente se está cuestionando <strong>la</strong> «fama» <strong>de</strong> contrabandistas adjudicado a<br />
los mineros asentistas como escribe Brown, citando a Bakewell: «Potosí fue el<br />
centro minero peruano más lejano al que <strong>Huancavelica</strong> remitiera mercurio. Un<br />
gremista o merca<strong>de</strong>r en <strong>Huancavelica</strong> con mercurio para pasar <strong>de</strong> contrabando<br />
habría tenido que esperar algunos meses para que su remesa llegara a Potosí y<br />
para que el pagamento volviera» 40 . No obstante <strong>la</strong> morosidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cajas<br />
reales en el pago a los mineros asentistas, somos <strong>de</strong> <strong>la</strong> opinión que siempre fue<br />
menos el tiempo que tenían que esperar para recibir su dinero, que si optaban<br />
por enviar una remesa <strong>de</strong> azogue <strong>de</strong> contrabando a Potosí. No menos <strong>de</strong> cinco<br />
meses entre ida y vuelta. Si temerariamente el minero asentista se <strong>de</strong>cidía a<br />
contraban<strong>de</strong>ar azogue, tenía que hacer necesariamente uso <strong>de</strong> caminos ocultos<br />
y riesgosos que evi<strong>de</strong>ntemente ponían en peligro su carga o, <strong>de</strong> lo contrario,<br />
optaban por sobornar en los innumerables controles o aduanil<strong>la</strong>s. A<strong>de</strong>más,<br />
no fue nada fácil transportar mercurio como escribe un respetado especialista<br />
sobre el tema: «El azogue era un mineral sumamente <strong>de</strong>licado <strong>de</strong> manejar, líquido,<br />
ten<strong>de</strong>ncia a rezumar, pesado, y fácilmente vaporizado» (M. F. Lang, 1992:<br />
553). Por ello es comprensible que el azogue peruano se enfar<strong>de</strong> en dos badanas<br />
y con «ligaduras <strong>de</strong> cor<strong>de</strong>l». Ciertamente hubo contrabando <strong>de</strong> azogue,<br />
pero no creemos que se hiciera con <strong>la</strong>s connotaciones que se le caracteriza.<br />
Eludir impuestos, saquear los bienes <strong>de</strong>l Estado, actuar sin escrúpulos en<br />
beneficio personal, es un mal social que hasta ahora se practica en el Perú con<br />
<strong>la</strong> mayor impunidad.<br />
VI. LA IGLESIA EN HUANCAVELICA<br />
Un sector social que dinamizó <strong>la</strong> economía regional y <strong>la</strong> vil<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>Huancavelica</strong><br />
fue <strong>la</strong> Iglesia. El caso ya tratado <strong>de</strong>l vicario <strong>de</strong> Pampas, Antonio Maldonado y<br />
Pacheco, es expresivo. La Iglesia en el Perú colonial no sólo tuvo po<strong>de</strong>r espiritual,<br />
sino también po<strong>de</strong>r económico que se objetiva en sus haciendas, estancias,<br />
molinos, obrajes, casas y miles <strong>de</strong> pesos colocados en calidad <strong>de</strong> censos<br />
y capel<strong>la</strong>nías en <strong>la</strong>s propieda<strong>de</strong>s rurales y urbanas. <strong>Huancavelica</strong> no podía ser<br />
<strong>la</strong> excepción, en este sentido ubicar <strong>la</strong> presencia económica <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia en<br />
estas décadas no ha sido nada difícil. En 1772, como administrador <strong>de</strong><br />
Temporalida<strong>de</strong>s, don Ignacio Sánchez <strong>de</strong> Barreda y Espinoza procedía a <strong>de</strong>nunciar<br />
y solicitar el embargo <strong>de</strong> los bienes <strong>de</strong> doña Luisa Cáceres por el<br />
incumplimiento, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía seis años, <strong>de</strong>l pago <strong>de</strong> 100 pesos anuales <strong>de</strong> un<br />
censo <strong>de</strong> 1,000 pesos perteneciente a <strong>la</strong> or<strong>de</strong>n jesuita e impuesto en <strong>la</strong> casa <strong>de</strong><br />
40<br />
Kendall W. BROWN: op. cit. 1988: p.363.<br />
60 / Ensayos en ciencias sociales