Revista Pesca Febrero 2014
Información alternativa sobre la pesquería y política pesquera
Información alternativa sobre la pesquería y política pesquera
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Laura Vargas-Parada<br />
EL MAR<br />
ESTUDIO A PROFUNDIDAD<br />
―Somos criaturas de la Tierra, vivimos en la tierra. Tal<br />
vez por eso, la gente no piensa en los océanos‖, afirmó<br />
Wendy Watson-Wright, secretaria ejecutiva de la Comisión<br />
Oceanográfica Intergubernamental de la Organización<br />
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia<br />
y la Cultura (IOC-UNESCO), el pasado 25 de noviembre,<br />
al inaugurar la mesa redonda ―Aplicando las ciencias<br />
del mar y su conocimiento en beneficio de la sociedad‖,<br />
durante el Foro Mundial de las Ciencias, que tiene<br />
lugar en Río de Janeiro, Brasil.<br />
Olvidamos que 70% del planeta está conformado por<br />
océanos. También olvidamos que en esos océanos y<br />
mares se produce la mitad del oxígeno que respiramos y<br />
el alimento para más de la mitad de la población humana,<br />
en una industria pesquera que vale más de 200,000<br />
millones de dólares al año.<br />
Por eso sorprende lo poco que sabemos sobre los recursos<br />
oceánicos y el poco interés que hemos mostrado en<br />
comprender esta riqueza natural, esencial para la vida<br />
humana. ―En los seis foros mundiales de la ciencia que<br />
se han llevado a cabo hasta ahora, ésta es la primera<br />
vez que las ciencias marinas están presentes‖ denuncia<br />
la doctora Watson-Wright.<br />
Hasta ahora, la discusión central en torno al efecto del<br />
calentamiento global se ha centrado sobre el impacto<br />
que éste tiene sobre el clima. Pero los biólogos marinos<br />
y oceanógrafos alertan que los océanos también están<br />
sufriendo serias consecuencias.<br />
Para Alan Simcock, coordinador del Grupo de Expertos<br />
para la Evaluación de los océanos del mundo de la Comisión<br />
Oceanográfica Intergubernamental de la UNES-<br />
CO, los tres principales problemas que enfrentan los océanos<br />
son la sobreexplotación pesquera -un estudio publicado<br />
en la revista Science en 1997 estimaba que 66%<br />
de las zonas pesqueras está ya sobreexplotado o al límite<br />
de su capacidad—, el efecto que la actividad terrestre<br />
tiene sobre los mares y el tránsito marítimo.<br />
―Por un lado, los barcos se hacen cada vez más grandes<br />
conforme el comercio mundial va en aumento, por lo<br />
que requerimos una mejor forma de organizar y controlar<br />
el flujo marítimo‖ explica el doctor Simcock. ―Por el<br />
otro, están los desastres, como el del Exxon Valdez, el<br />
Prestige o el Costa Concordia, y esos son sólo los conocidos.<br />
Hay algunos estimados sobre que los barcos representan<br />
20% del problema de contaminación mundial<br />
de los mares‖.<br />
Con respecto a la actividad terrestre, el conocimiento<br />
científico disponible es que al aumentar la agricultura<br />
más fertilizantes contaminan el agua, misma que eventualmente<br />
llega al océano, trayendo consigo grandes<br />
cantidades de nitrógeno. Este nitrógeno favorece el crecimiento<br />
de algas, que consumen el oxígeno de la zona<br />
y generan zonas muertas.<br />
―Los mares se están calentando -porque absorben calor<br />
de la atmósfera—, están hipóxicos -perdiendo oxígeno—<br />
y están cada vez más ácidos‖, dice Watson-Wright.<br />
ACIDEZ OCEÁNICA<br />
Una de las mayores amenazas para los mares es el aumento<br />
de dióxido de carbono en la atmósfera debido a<br />
la actividad humana, como la quema de combustibles<br />
fósiles. Cuando el dióxido de carbono se disuelve en el<br />
agua se convierte en ácido carbónico, la llamada acidificación<br />
del mar. Y los mares se están acidificando a una<br />
velocidad alarmante.<br />
La semana pasada, en Varsovia, Polonia, el IOC y otros<br />
organismos publicaron el análisis Ocean Acidification<br />
Summary for Policy Makers, alertando sobre este fenómeno.<br />
―Se trata de un fenómeno relativamente reciente<br />
en términos de la investigación que se ha realizado‖,<br />
comenta Watson-Wright. Conforme los niveles de dióxido<br />
de carbono en la atmósfera aumentan, el gas se disuelve<br />
en el agua, produciendo ácido carbónico, lo que<br />
disminuye el pH del agua a nivel global. La acidez depende<br />
de la presencia de iones de hidrógeno y más io-<br />
<strong>Revista</strong> <strong>Pesca</strong> <strong>Febrero</strong> <strong>2014</strong> 62