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ANUARIO 2010 | VIERNES, 24 DE DICIEMBRE DE 2010 | 53
SUCESOS
INCENDIOS CON VÍCTIMAS MORTALES
Dos fallecidos por dormirse con un cigarrillo en la mano
ESTE AÑO HA HABIDO CUATRO MUERTES RELACIONADAS CON EL FUEGO EN LAS PITIÜSES. UN HOMBRE MURIÓ EN SANT ANTONI Y OTRO EN FORMENTERA MIENTRAS FUMABAN EN LA CAMA
Antonio Ribas Osa, de 40 años, fallecía el 3 de marzo en su apartamento
de Sant Antoni. La autopsia preliminar confirmó que la muerte se había
debido a la inhalación de monóxido de carbono por el incendio registrado
en su vivienda. Las pesquisas apuntaron a que una colilla pudo ser el
origen del incendio y según testigos presenciales, el fallecido tenía una
mano quemada y colocada como si hubiera estado fumando.
Meses más tarde, el 10 de noviembre, un hecho similar ocurría en Formentera.
Florencio Castelló, de 55 años, moría en la unidad de grandes
quemados del hospital Universitario de La Paz de Madrid, donde había
sido ingresado dos días. Este vecino de Porto Salé se durmió en su
cama con un cigarrillo encendido, lo que provocó la combustión del colchón.
El fuego causó quemaduras en el 70 por ciento de su cuerpo
Cinco meses antes otro vecino de Formentera, Vicente Ferrer, moría
en un bosque de su propiedad que fue pasto de las llamas. Según los
primeros indicios, el fallecido, de 50 años, se encontraba quemando
unos cupones de la ONCE en el momento del incendio. El fuego se propagó
rápidamente y llegaron a arder tres focos. Como consecuencia se
consumieron 1,92 hectáreas de zona forestal. En agosto otro varón falleció
en Benirrás cuando iba a quemar unos rastrojos. En este caso la
muerte se produjo por causas naturales ya que el hombre se desplomó
y su cuerpo quedó al lado del lugar donde comenzó el fuego.
Absuelto el padre de los
niños fallecidos en un
incendio en la Marina
El procesado se fue a una entrevista de trabajo porque pensaba que su
mujer iba a llegar a casa enseguida. Un cortocircuito en el enchufe de
un calefactor el 15 de noviembre de 2008 causó el fuego que acabó
rápidamente con la vida de los pequeños, de dos y tres años
El padre de los dos niños que fallecieron el
15 de noviembre de 2008 en un incendio en
una vivienda del barrio de la Marina ha quedado
absuelto de homicidio imprudente, según
se recoge en la sentencia firmada el 26 de
noviembre por la juez Clara Ramírez.
La titular del Juzgado de lo Penal número
1 de Eivissa considera que «no existe
una relación de causalidad directa entre
la actuación del acusado, dejar a los niños
solos, y el resultado lesivo producido», según
consta en el apartado de fundamentos
jurídicos de la sentencia.
El procesado abandonó la casa (situada en
Servicios de Emergencias en el carrer d’Enmig
J. A. RIERA
el número 31 del carrer d’Enmig) a las 16.40
horas, «en la creencia de que su mujer estaba
al llegar a la vivienda», según explica la juez
Ramírez en el apartado de hechos probados.
El padre dejó solos a sus hijos (un niño de tres
años y una niña de dos años), porque le llamaron
para hacer una entrevista de trabajo
en el barrio de Can Misses. En aquella época
estaba en el paro.
Los pequeños quedaron encerrados en un
pequeño cuarto con un calefactor encendido,
puesto que en la casa hacía frío (era el mes de
noviembre). Entre las 16.40 horas y las 17 horas
se originó en el domicilio un incendio provocado
por un cortocircuito en el enchufe de
ese calefactor.
Los críos dormían la siesta
Los colchones en los que estaban acostados
los niños, que habían terminado de comer y
estaban durmiendo la siesta, comenzaron a
arder. El fuego se extendió a las colchas, a las
sábanas y a las cortinas de la habitación, lo
que provocó un humo denso e irrespirable.
El oxígeno de la estancia se agotó, por lo
que los niños fallecieron por la inhalación de
los gases procedentes de la combustión, según
explica la magistrada en la sentencia. Unas vecinas,
alarmadas por el humo, intentaron
abrir la puerta de la casa en la que dormían
los pequeños, sin éxito, y avisaron a los bomberos.
«Nos pusimos máscaras e intentamos
entrar, pero el humo era negro y muy denso»,
comentó en el juicio celebrado el pasado 27
de septiembre un agente de la Policía Local de
Eivissa. «Si llegamos a entrar no salimos vivos
de allí», añadió. Un compañero, que dijo
estar todavía afectado por el suceso, intentó
reanimar durante una hora al niño.
Los bomberos apagaron el fuego. El padre
recibió una llamada de un amigo a las 17.20
horas. Cuando regresó a su casa la Policía Judicial
ya estaba recogiendo pruebas. La madre
de los niños llegaba a casa de su trabajo
todos los días a las 16.30 horas. El padre esperó
hasta las 16.40 horas y se fue a la entrevista
de trabajo. «No era previsible que la madre
se entretuviera tanto haciendo la compra»,
explica la magistrada en los fundamentos jurídicos.
«Si el padre hubiera estado en la vivienda
quizá no se hubiera producido la muerte
de los niños, aunque sí el cortocircuito»,
añade la juez en el mismo apartado de la sentencia.
La magistrada considera que el procesado
infringió una norma de cuidado pero
que ello no comporta responsabilidad penal.
DIARIO de IBIZA