04 sumario cristina:000 sumario cristina - Diario de Ibiza

54 | VIERNES, 24 DE DICIEMBRE DE 2010 | ANUARIO 2010
SUCESOS
Hallan un cadáver apuñalado en Benimussa
El fallecido era José Julián del Río Cardona, un colombiano de 34 años conocido por el apodo de ‘Carlos’. Podría estar relacionado
con alguna banda de traficantes asentada en la isla y se sospecha que la causa del asesinato fue un ajuste de cuentas
El asesinato se llevó a cabo dos
o tres semanas antes de que se
encontrara el cuerpo. El fallecido
habría sido torturado y asesinado en
otro lugar y trasladado posteriormente
El cadáver presentaba signos
de haber sido torturado mientras
le mantenían amarrado con una soga
en el cuello, todo ello antes
de asestarle la puñalada mortal
Investigadores de la Policía Judicial de la
Guardia Civil lograron identificar en octubre
un cadáver que se había hallado apuñalado,
desfigurado y semienterrado en la
zona del Racó des Fornàs, en Benimussa,
el 17 de septiembre. Se trata de José Julián
del Río Cardona, de 34 años y natural de
la localidad colombiana de Pereira Risalda,
según indicaron fuentes del instituto armado.
Los agentes comenzaron entonces a
buscar a la compañera sentimental del
hombre, pues están convencidos de que su
testimonio «es vital» para esclarecer los hechos
y conseguir detener a los presuntos
autores del asesinato.
El cuerpo sin vida de José Julián del Río
Cardona fue encontrado semienterrado
por el perro de un cazador, que empezó a
escarbar y dejó al descubierto su espalda,
en el Racó des Fornàs, en una zona boscosa
situada en las inmediaciones del Camí
Vell de Benimussa, en el municipio de Sant
Josep.
El cazador avisó entonces a los efectivos
policiales y acudieron rápidamente agentes
de la Guardia Civil, que inspeccionaron
minuciosamente el lugar de los hechos; el
juez de guardia, Santiago Pinsach, que ordenó
el levantamiento del cadáver, y el forense.
Por lo que se podía apreciar, el cadáver
pertenecía a un hombre de raza blanca
de entre 30 y 40 años. La herida que le
causó la muerte fue producida por un arma
blanca a la altura del corazón.
No obstante, el cadáver presentaba también
signos de haber sido torturado a golpes
mientras le mantenían amarrado con
una soga en el cuello, todo ello antes de
asestarle la puñalada mortal y enterrarle
después.
De acuerdo con la información que se facilitó,
el asesinato se llevó a cabo entre dos
o tres semanas antes de que se encontrara
el cuerpo, es decir, en agosto. El fallecido
habría sido torturado y asesinado en otro
lugar y posteriormente trasladado a la zona
donde fue encontrado, que los asesinos escogerían
presumiblemente porque es muy
poco transitada.
Debido a los golpes recibidos en la cara,
el hombre estaba completamente desfigurado
e irreconocible, lo que unido al hecho
de que no llevaba ninguna documentación
encima, dificultaba su identificación. No
obstante, para trabajar los investigadores
José Julián del Río
G.CIVIL
disponían de algunas pistas, aunque algo
endebles inicialmente: la ropa que llevaba,
el aparato de corrección dental y la forma
en que fue asesinado.
Fue encontrado semienterrado
por el perro de un cazador, que
empezó a escarbar y dejó al
descubierto su espalda, en la zona
boscosa del Racó des Fornàs
Debido a los golpes recibidos
en la cara, el hombre estaba
completamente desfigurado
e irreconocible, lo que dificultó
su identificación
Un ajuste de cuentas
Así, agentes de la Policía Judicial ayudados
por otros compañeros iniciaron las pesquisas
pertinentes para tratar de esclarecer los hechos,
bajo la tutela del titular del Juzgado de
Instrucción número 2 de Eivissa, José Espinosa.
Tras «una intensa investigación» que
duró aproximadamente un mes, se logró identificar
el cadáver.
El hombre, a quien al parecer se conocía
por el apodo de ‘Carlos’, «se movía en ambientes
relacionados con el tráfico de drogas».
En principio, se sospecha que este individuo
podría estar relacionado con alguna banda
de traficantes que estaría asentada en la isla.
Fuentes de la Guardia Civil señalaron, a este
respecto, que cuando se producen crímenes
de este tipo relacionados con cuestiones de
drogas, un ajuste suele ser la causa más frecuente
para la comisión del asesinato.
Diez fallecidos más en
accidentes de tráfico
Cuatro de los accidentes mortales registrados en 2010
se produjeron en Formentera. Dos de las víctimas fueron
atropelladas y otras cuatro conducían una moto
Accidente ocurrido en Formentera en agosto
C. C.
Las carreteras de Eivissa y Formentera se
han cobrado este año diez nuevas víctimas
solo en los nueve primeros meses del año.
Cuatro de los fallecidos eran motoristas y
cuatro de los accidentes mortales se registraron
en la pitiusa menor.
Precisamente Formentera fue escenario de la
primera muerte por accidente de tráfico en 2010.
Un joven de 23 años y natural de la isla, V. Y. J.,
colisionó contra un coche el 29 de diciembre de
2009 en el kilómetros 2,1 de la carretera que une
la Savina con la Mola. El 9 de enero una mujer
de 54 años moría arrollada por un coche en la
entrada de un garaje en Santa Eulària. M. S. T.
presentaba aplastamiento abdominal. El conductor
que la atropelló dio negativo en el control
de alcoholemia y la Policía señaló que la entrada
tiene una pendiente con escasa visibilidad.
El 18 de febrero se produjo una nueva muerte
por atropello en el término municipal de Santa
Eulària. Philipe René Didier Pujol de 56 años,
cruzó caminando la carretera de Santa Eulària
a Sant Carles, a la altura del bar Samsara de noche
y bajo la lluvia. La conductora de un Mercedes
C-180 no pudo evitar arrollarle.
Otro joven motorista, Juan José Costa Noguera,
de 31 años, fallecía el 13 de mayo al estrellarse
contra un turismo en la carretera de Santa
Eulària a Cala Llonga, cerca del restaurante
Terranova.
Una turista italiana de 36 años murió la última
noche de junio tras haber sufrido un accidente
en la carretera de es Cap de Barbària en
Formentera. Pocos días después otro joven motorista,
Víctor Torres, se salía de la calzada en la
carretera de Sant Antoni y a finales de julio una
joven turista británica perdió la vida, también
en Sant Antoni, tras ser arrollada por un conductor
que se dio a la fuga y fue arrestado después.
Esa misma semana moría un joven de 21
años al estrellarse su coche contra un árbol en
la carretera de Sant Joan. El 29 de agosto un mallorquín
de 25 años fallecía en sa Roqueta de
Formentera y el 1 de septiembre murió también
en Formentera una motorista italiana tras chocar
contra un turismo.
Ocho personas
mueren ahogadas
entre abril
y octubre
Ocho personas se han ahogado este año
en piscinas o en las costas pitiusas. Al fatal
balance podría sumarse el pescador alicantino
que el mar se tragó en Benidorm y cuyo
cuerpo apareció en Cala d’Hort. Otro pescador
cayó al agua cerca del Club Náutico
tras fallecer por causas naturales, mientras
que una mujer murió después de haber logrado
ser rescatada por tres guardias civiles
en Cala Tarida. Un joven turista se ahogó en
la piscina de la casa que había alquilado en
Sant Rafel; un vecino de Sant Miquel, de 75
años falleció mientras nadaba en el mar y un
turista británico se desplomó en la playa de
es Canar. En agosto un británico se ahogó
en la piscina de su hotel en Cala de Bou y
otro murió en Can Misses tras haber sido sacado
del mar en ses Figueretes. Días después
otro turista se ahogó en Cala Xuclà y la última
víctima fue un polaco en la Platja de
Llevant (Formentera).
DIARIO de IBIZA