Articulo completo - Revista EnologÃa
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como horizontal, que generan el calor de forma más homogéneamente repartido<br />
y con una intensidad constante. Además de la fuente de calor, el tonelero puede<br />
controlar la circulación de aire en el interior de la barrica, que puede condicionar la<br />
velocidad de incremento de temperatura de las duelas, los umbrales de<br />
temperatura a que se llega, y la penetración del calor en el interior de la madera.<br />
Según se permita o no la circulación de aire, se conocen dos sistemas de tostado:<br />
el bordelés, sin circulación de aire, vulgarmente conocido como “con tapa”, y el<br />
sistema de La Borgoña, que mantiene abierta la barrica durante el tostado.<br />
Durante el proceso de tostado tienen lugar una variedad de reacciones de<br />
hidrotermólisis y pirólisis, que provocan la degradación de la lignina, poliósidos,<br />
0polifenoles y lípidos, dando lugar a la aparición de otros compuestos (Sarni et al.,<br />
1990). En particular, la termodegradación de la lignina conduce principalmente a<br />
la formación de fenoles volátiles y aldehídos fenólicos, la de polímeros glicosídicos<br />
a derivados del furfural, y la de lípidos a lactonas. La intensidad de esta<br />
termodegradación está relacionada con las condiciones e intensidad del tostado<br />
(Chatonnet et al., 1989), pero también con la respuesta de cada madera frente a<br />
unas mismas condiciones e intensidades de tostado, y que depende del modo en<br />
que se hayan obtenido las duelas (hendido o aserrado) y de la propia estructura y<br />
composición química de la madera, que condicionarán la acción de la<br />
temperatura y el agua en su superficie.<br />
Este es el caso, por ejemplo de las whisky-lactonas, en las que unas mismas<br />
condiciones de tostado pueden provocar incrementos importantes de sus<br />
concentraciones, que no se produzca variación, o descensos importantes. Aunque<br />
algunos autores han atribuido el descenso de estos compuestos a la duración o<br />
intensidad del tostado exclusivamente, también depende de la especie y el origen<br />
de la madera. Por ejemplo, en el estudio llevado a cabo en nuestro laboratorio con<br />
maderas de origen español, francés y americano, a las que se aplicó el mismo<br />
tostado (intensidad media – 35 min, 160-170 ºC) (Figura 7), vimos que en las<br />
maderas de Quercus robur español (Qre) y francés (QrF) se producía una gran<br />
disminución del isómero cis (78 y 91%, respectivamente), en Q. petraea (QPe) y Q.<br />
pyrenaica (QPye) de origen español, la disminución era menor (28 y 21%), mientras<br />
que en Q. petraea francés (QPF) y Q. alba americano (Qaa), se conseguía<br />
incrementar las concentraciones con el tostado, en el 65 y 35% respectivamente.<br />
Es evidente que las condiciones de tostado aplicadas fueron las más apropiadas<br />
para la madera de Q. petraea francés y Q. alba americano, que son las<br />
habitualmente utilizadas en la tonelería francesa en la que se realizó el estudio<br />
(Cadahía et al., 2003).<br />
Figura 7: Evolución de cis â-metil-ã-octalactona (ìg/g) durante el<br />
tostado (35 min, 160-170 ºC) de distintas especies y orígenes de Quercus<br />
<strong>Revista</strong> Enología Nº4<br />
Año IV Setiembre-Octubre 2007<br />
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