Los zarpazos del puma - Archivo Chile
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* - Mire, hasta el día 11 de septiembre mis fuerzas estaban desplegadas en un<br />
dispositivo de defensa para garantizar la estabilidad constitucional y mantener la<br />
seguridad en las áreas de interés estratégico. Incluso la noche <strong>del</strong> 10 de<br />
septiembre incrementé los efectivos de patrullaje ya que se habían identificado los<br />
atentados terroristas.<br />
* - ¿Quienes eran los terroristas?<br />
* - Gente de extrema derecha.. Quemaban neumáticos para montar barricadas,<br />
ponían miguelitos en calles y carreteras, hacían explotar bombas, disparaban.<br />
Así que esa noche <strong>del</strong> 10 al 11 estuve hasta las seis de la mañana pasando ronda<br />
por diferentes áreas. Dormí apenas un par de horas en mi oficina y me<br />
despertaron cuatro oficiales para decirme que algo estaba ocurriendo en Santiago.<br />
Era el golpe...<br />
* - ¿Cuántos oficiales había en su regimiento?<br />
* - Sólo 22<br />
* - ¿Discutían la situación política antes <strong>del</strong> golpe?<br />
* - Cuando recibí el mando <strong>del</strong> regimiento, el general Prats me dijo: "Mire, Jaña,<br />
los mandos <strong>del</strong> 73 han sido especialmente seleccionados porque queremos<br />
hombres que se la puedan, queremos comandantes que no sean desbancados <strong>del</strong><br />
mando por aventureros como ocurrió en el regimiento Tacna en 1969". El hecho<br />
es que recibí un regimiento con la moral muy baja, porque en Talca la situación<br />
fue muy mala para el paro de octubre <strong>del</strong> 72. Hice un estudio y propuse fórmulas<br />
para contrarrestar la situación. Y mi superior directo, el general Carrasco, decidió<br />
hacerlo extensivo a toda la división. Yo veía cómo la gente de Patria y Libertad<br />
buscaba ganarse a mis oficiales. Así que busqué estar con ellos en todas las<br />
actividades, para impedir que fueran penetrados".<br />
* - Pero llegó el golpe militar...<br />
* - Y de tener un a mi regimiento desplegado en acción defensiva <strong>del</strong> gobierno<br />
legalmente constituido, tuve que pasar bruscamente a replegar mis fuerzas y<br />
reorganizarlas. Había una confusión terrible entre mis oficiales. Ahora,<br />
recordando esos días, me pregunto qué consideraba el general Arellano como<br />
"intensidad debida" en los allanamientos. ¿Sería acaso el empleo de la violencia<br />
física contra mis conciudadanos, utilizar elementos comprometedores contra<br />
funcionarios públicos, provocar reacciones innecesarias de parte de los afectados,<br />
destruir bienes y documentos?<br />
* - ¿Y qué se responde?<br />
* - Esa es una respuesta que la historia le exige al propio general Arellano. Pero<br />
nadie mejor que yo podía conocer la situación real de mi jurisdicción y, por tanto,<br />
tenía autoridad profesional para determinar las prioridades. Así lo hice y de lo<br />
resuelto se informó de inmediato al general Carrasco, quien lo aprobó.<br />
"Además, los hechos confirmaron el acierto de mi apreciación: no se produjo<br />
alteración <strong>del</strong> orden ni víctimas innecesarias. En mi doble función de Comandante<br />
y especialista en Inteligencia Militar, quise evitar que se crearan situaciones<br />
ficticias, que se encontraran armas en donde antes no las había , que se<br />
originaran enfrentamientos con ciudadanos desarmados, causando injustos y<br />
graves daños a personas inocentes".<br />
"Todas esas consideraciones influyeron para otorgar a los allanamientos segunda<br />
prioridad, resolución que ahora - pasados ya tantos años - mis compañeros de<br />
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