Los zarpazos del puma - Archivo Chile
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* - A la detención de Reveco, para ser exactos.<br />
* - Sí, a su detención.<br />
* - ¿Recuerda quién presidió ese Consejo de Guerra que los condenó a muerte?<br />
* - Debe haber sido alguno de los mayores de la época, Ravest, Robles o Aracena<br />
Romo...<br />
* - ¿Por qué a esos tres acusados se los condenó a muerte, justo cuando ya el<br />
mayor Reveco dejó de presidir los Consejos y usted designó en su lugar a un<br />
oficial más "duro"?.<br />
* - Porque ese fue un intento de sabotaje efectivo, que fue denunciado por<br />
autoridades de la planta de Enaex y se comprobó que habían colocado cargas<br />
explosivas en el perímetro de la planta...<br />
* - Usted ratificó esas condenas a muerte. Visto hoy, ¿tiene la plena seguridad de<br />
que eran culpables?<br />
* - No, no la tengo. Fue una simple situación difícil y, después que el Consejo de<br />
Guerra me propuso la pena de muerte, yo hablé con los tres. Especialmente lo<br />
hice con Rojas, el chofer de la ambulancia, porque lo conocía mucho. El iba a<br />
buscar el pan todos los días al regimiento, porque nosotros abastecíamos al<br />
Hospital. Y en mis rondas, muchas veces me encontraba con él y lo trataba con<br />
una expresión media campesina, como "mi regalón".<br />
* "Fui al tribunal a hablar con ellos. Les pregunté si estaban arrepentidos. Y los<br />
tres dijeron que mantenían su actitud, que siempre actuarían contra la acción<br />
inconstitucional <strong>del</strong> Gobierno militar".<br />
* -¿Le confesaron haber puesto las cargas explosivas?<br />
* - No. La verdad es que no se los pregunté directamente. Reconozco ahora -<br />
porque después de quince años he aprendido bastantes realidades - que no debí<br />
proceder de esa forma por ningún motivo.<br />
* - ¿Qué aprendió en estos años?<br />
* - Mire, después de trabajar en Enaex por once años y ser Jefe de Seguridad por<br />
un tiempo, me di cuenta de que era imposible volar la planta. Pero, en 1973, el<br />
subgerente de la empresa, el ingeniero Claudio Silva Lódiz, me hizo ver los<br />
tremendos peligros que se habían cernido sobre Calama y la hecatombe que<br />
habría significado una explosión importante en la planta...<br />
* - ¿Le fue doloroso ratificar la condena a muerte?<br />
* - Imagínese lo que significa firmar una sentencia de muerte siendo yo católico<br />
activo! Mi señora me dice siempre: "¿Por qué no me consultaste antes?". Yo no<br />
podía estar preguntándole al obispo, porque yo era el jefe, yo tenía que resolver<br />
en conciencia. Así que, por un lado, yo tenía el problema personal como católico,<br />
en que debía rechazar la pena de muerte. Pero en ese momento, yo era militar y<br />
tenía la responsabilidad de decidir. Le juro que busqué los atenuantes, que me<br />
dijeran que estaban arrepentidos. Pero no fue así y tuve que resolver.<br />
* - ¿Tuvieron derecho a defensa?<br />
* - Una defensa formal. Nada más. Porque no tuvieron un abogado elegido por<br />
ellos. Designé a uno de los dos abogados asesores que yo tenía, no recuerdo a<br />
quién.<br />
* - ¿Entregó los cuerpos a sus familias?<br />
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