Los zarpazos del puma - Archivo Chile
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Entonces se dio la situación de que, mientras estaban en plena revisión de los<br />
procesos, la gente ya estaba muerta.<br />
* Agregó el alto oficial: "Lo que no supimos es si ese equipo obedecía a órdenes<br />
<strong>del</strong> general Arellano o si se arrancó con colores propios para matar a 26 personas.<br />
Y, además, antes la "caravana" había pasado por La Serena (16 de octubre) y<br />
Antofagasta (18 de octubre), donde procedió al mismo tipo de ejecuciones. Es lo<br />
que hacer altamente improbable que se trate de un caso en el que se arrancaron<br />
con colores propios".<br />
* - ¿Tiene antecedentes respecto de la forma en que ocurrieron las ejecuciones?<br />
* - De acuerdo a los antecedentes que se recibieron con posterioridad en el<br />
Ejército, en algunos casos se actuó incluso con sadismo. A varios no los mataron<br />
con un balazo, sino que los iban matando a pausas. Esto incluso dejó enfermos a<br />
algunos de los que presenciaron las ejecuciones. Fue algo tremendo. Un ejemplo<br />
tipo: le pegaban un tiro en las piernas a la víctima, luego otro en el que no le<br />
apuntaban al corazón y así iban haciendo pausas antes de terminar de matarlo.<br />
Hubo incluso cuchillazos. Armando Fernández Larios - quien estaba en el grupo<br />
junto a Pedro Espinoza, Sergio Arredondo, Marcelo Moren y Juan Chiminelli - fue<br />
particularmente duro en ese sentido.<br />
* - ¿A quién se refiere usted cuando dice que a algunos los "dejó enfermos" el<br />
haber presenciado las ejecuciones?<br />
* - A los tenientes Nuñez, Moreno y Díaz. Volvieron literalmente enfermos al<br />
regimiento. Allí supimos que todos participaron de esa manera. "Ahora te toca a<br />
tí", decían y se iban pasando las armas. El coronel Rivera y el comandante<br />
Figueroa casi se murieron cuando se enteraron de lo que había pasado. Se<br />
indignaron, no podían creerlo. Incluso en ese momento recordaron que uno de los<br />
ejecutados, Carlos Berger, salía en libertad al día siguiente, cuando cumplía la<br />
mitad de su condena en 61 días. Esto había sido confirmado en la revisión de los<br />
procesos. En una situación parecida estaba el chofer de Silberman, Carlos<br />
Piñero, quien no tenía la culpa de haber sido el chofer <strong>del</strong> gerente general de<br />
Chuquicamata. También él iba a quedar libre algunos días después.<br />
Continúa la entrevista <strong>del</strong> periodista Azócar:<br />
* Un testigo (Grimilda Sánchez, que estaba recluida en el mismo lugar) afirmó que<br />
quien presidía el pelotón era el oficial Marcelo Moren. ¿Coincide esto con sus<br />
antecedentes?<br />
* - Efectivo. Marcelo Moren era el que hacía de cabeza pese a que estaba allí<br />
presente el coronel Arredondo, de mayor graduación.<br />
* - ¿En qué estado quedaron las víctimas después de la matanza?<br />
* - Se nos informó que algunos estaban irreconocibles. Se les disparó a cualquier<br />
parte <strong>del</strong> cuerpo. Muy particularmente se ensañaron con Haroldo Cabrera, a<br />
quien al parecer le tenían sangre en el ojo porque era conflictivo. Lo hicieron morir<br />
de a poco, sufriendo mucho. La muerte de David Miranda Luna fue heroica. Se<br />
negó a que le vendaran la vista. Era un viejo dirigente sindical, un hombre que<br />
había sido comunista desde que nació. Cuando le fueron a tapar la vista, el se<br />
negó: dijo que lo fusilarían así no más, que tenía la conciencia muy tranquila y que<br />
les pesara en sus conciencias de que estaban matando a un hombre inocente -<br />
aseguró finalmente el alto oficial.<br />
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