Los zarpazos del puma - Archivo Chile
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En Cauquenes, el "Comité 4 de Octubre" recuerda cada año, con una romería al<br />
cementerio, a los jóvenes asesinados. Pero ellos y sus dolidas familias no fueron<br />
las únicas víctimas de este episodio. Uno de los que disparó fue un sargento de<br />
apellido Contreras, <strong>del</strong> regimiento "Andalién". El teniente coronel Olagier<br />
Benavente me aseguró que "debió retirarse <strong>del</strong> Ejército porque no resistió, el<br />
sistema nervioso le quedó embromado para siempre. El tuvo que obedecer la<br />
orden de disparar contra muchachos conocidos, con los que había jugado fútbol<br />
desde chico. Y tuvo que obedecer porque temió que, de lo contrario, lo mataran a<br />
él". Luisa Vera, hermana de una de las víctimas, asegura que el teniente de<br />
Ejército Jorge Acuña "hoy se encuentra trastornado". Y el teniente coronel<br />
Benavente agrega que el entonces capitán Palomo tuvo que vender su casa de<br />
Cauquenes "porque se le puso muy pesada la pista por allá. El no participó en la<br />
masacre, pero la presenció. Y conocía mucho a Claudio Lavín. Lo cierto es que<br />
quedó muy impactado y se puso muy introvertido".<br />
****<br />
Con el general Sergio Arellano sólo pude hablar de lo sucedido en Cauquenes a<br />
través de su hijo, el abogado Sergio Arellano Iturriaga, su vocero autorizado. Por<br />
más de un año rechazó mis reiteradas peticiones de entrevista directa. Reconoció<br />
que en su comitiva había estado el coronel Sergio Arredondo, quien pertenecía a<br />
su misma guarnición, durante un viaje en que llegaron hasta Concepción. No<br />
recordaba a ningún otro miembro de esa comitiva.<br />
El abogado Arellano aseguró que en 1986, avisados de que el "caso Cauquenes"<br />
se haría público, "pedimos su bitácora de 1973, porque mi padre creía haber ido a<br />
Cauquenes a fines de septiembre. La pidió al general Humberto Gordon, pero<br />
éste se la negó. El recuerda que, en ese viaje a Concepción, decidió detenerse en<br />
Cauquenes porque le había llegado una denuncia: se repartía pan en camiones<br />
militares en horas de toque de queda y los camiones eran apedreados. Fue a<br />
hablar con el comandante <strong>del</strong> regimiento, con el cual almorzó en el Club Social y<br />
se fue inmediatamente después de almuerzo".<br />
Y agregó el vocero <strong>del</strong> general: "No hemos podido comprobar las fechas y se nos<br />
cierran todas las puertas. El asunto es...¿por qué Cauquenes? ¿Les parece<br />
lógico que mi padre, un general respetado, hubiera decidido ir personalmente a<br />
ordenar y presenciar prácticamente matanzas fuera de todo procedimiento legal?"<br />
La respuesta queda pendiente...<br />
Capítulo V: ¿De qué se trata, mi general?<br />
El helicóptero Puma llegó a La Serena el martes 16 de octubre de 1973, alrededor<br />
de las once de la mañana. El comandante <strong>del</strong> regimiento motorizado "Arica",<br />
teniente coronel Ariosto Lapostol Orrego, recibió al general Sergio Arellano en el<br />
aeropuerto local y fue notificado de la calidad extraordinaria que ostentaba:<br />
Delegado <strong>del</strong> Comandante en Jefe <strong>del</strong> Ejército y la Junta Militar de Gobierno.<br />
Había centenares de presos políticos en la cárcel de La Serena: "La rutina de<br />
todos los días era observar, a determinadas horas, los furgones policiales<br />
estacionados frente a la gran puerta de madera, esperando la carga de prisioneros<br />
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