Los zarpazos del puma - Archivo Chile
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Y termina diciendo el coronel Haag que preparó y difundió un bando militar,<br />
sosteniendo que los trece prisioneros fueron muertos al intentar fugarse, porque<br />
así le fue informado ese día por dicha "comisión especial".<br />
Capítulo VII: ¿Qué vamos a hacer, mi general?<br />
Desde Copiapó, el 17 de octubre como a las 10.00 horas, el general Sergio<br />
Arellano Stark llamó al general de brigada Joaquín Lagos Osorio para comunicarle<br />
que llegaría a Antofagasta en la mañana <strong>del</strong> 18. "Me pedía permiso para entrar a<br />
mi Zona Jurisdiccional, pues venía en helicóptero por orden <strong>del</strong> Comandante en<br />
jefe <strong>del</strong> Ejército, a uniformar criterios sobre la administración de justicia", aseguró<br />
Lagos.<br />
Arellano debía ser sumamente cuidadoso con el protocolo porque si bien él venía<br />
investido con el cargo máximo (Delegado de la Junta Militar de Gobierno y <strong>del</strong><br />
Comandante en Jefe <strong>del</strong> Ejército), el general Lagos - comandante de la Primera<br />
División - era más antiguo que él y eso lo transformaba en "superior". No le dijo<br />
por teléfono que era "<strong>del</strong>egado", ni tampoco lo hizo personalmente cuando llegó a<br />
Antofagasta. Obvió el punto hasta el final de este episodio, según el general<br />
Lagos.<br />
* - Me informó que llegaría a Antofagasta al día siguiente, 18 de octubre de 1973,<br />
alrededor de las 10.00 horas y que necesitaba alojamiento para diez personas. Le<br />
contesté que descendiera en el Regimiento Esmeralda, y que él tendía alojamiento<br />
en mi casa. Al preguntarle con quién más venía, me mencionó - entre otros - al<br />
Teniente Coronel Sergio Arredondo González, quien había sido Segundo<br />
Comandante cuando me había correspondido mandar el Regimiento Coraceros,<br />
razón por la cual le comuniqué que el Comandante Arredondo también tendía<br />
alojamiento en mi casa - aseguró el general Lagos trece años más tarde.<br />
Tras esta conversación, dio instrucciones al Jefe de Relaciones Públicas que tenía<br />
en la Intendencia, mayor Manuel Matta Sotomayor, y a su ayudante, capitán Juan<br />
Zanzani Tapia, para que prepararan la llegada de esta <strong>del</strong>egación.<br />
* - Esa misma llamada recibí un llamado telefónico <strong>del</strong> General Oscar Bonilla,<br />
Ministro <strong>del</strong> Interior, quien me insinuaba la posibilidad de que las personas<br />
sometidas a proceso fueran detenidas por el Colegio de Abogados de Antofagasta<br />
- agrega el general Lagos, quien de inmediato citó a la directiva de ese Colegio a<br />
una reunión en su oficina.<br />
Alrededor <strong>del</strong> mediodía, la directiva se presentó con su presidente a la cabeza -<br />
José Luis Gómez Angulo - y con los directores Mahomud Tala Rodríguez, Ignacio<br />
Rodríguez Papic, Carlos Marín Salas, Horacio Chávez Zambrano y Luis<br />
Fernandois. El general Lagos les planteó lo pedido por el general Bonilla,<br />
explicándoles que se buscaba "conseguir una recta administración de justicia,<br />
constituyendo una garantía de que se respetarían las normas procesales y que se<br />
defendería adecuadamente a los procesados. Todos sin excepción aceptaron mi<br />
petición, junto con agradecer esta medida".<br />
Después de esa reunión, tuvo una entrevista con el abogado capitalino Gastón<br />
Cruzat Paul y con el antofagastino Luis Fernandois. Cruzat venía en<br />
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