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Revista de Análisis de Coyuntura Económica
Economía Actual
acudían a las economías emergentes para que
contribuyeran con recursos y, de esta forma, compartir
los costos de la reparación europea (Navarrete, 2011).
Por supuesto, que la propuesta no funcionó, ya que
países como China y Brasil querían conocer más
detalles antes de comprometer cualquier cantidad en
el fondo de rescate. Además, el colofón de la Cumbre
estuvo enmarcado por la conocida “tragedia griega”
y su posibilidad de someter a plebiscito el paquete de
ayuda, así como por la aceptación italiana para que el
FMI fiscalizara sus finanzas.
3. Rumbo a la Cumbre de Los Cabos
El panorama económico para 2012 no muestra una
mejor cara, las proyecciones de crecimiento son
poco alentadoras: 1.8% para Estados Unidos, Japón
un 1.7% y se espera una tasa negativa para la zona
euro de -0.5%. En tanto, que los BRICS seguirán
creciendo pero en menor ritmo: Brasil 3.0%, Rusia
3.3%, India 7.0%, China 8.2% y Sudáfrica 2.5%
(IMF, 2012). Es decir, a pesar de las estimaciones de
un lento crecimiento, en su conjunto, las economías
emergentes aún se sitúan por arriba del crecimiento
de las economías avanzadas (véase gráfica 2).
El desafío más importante se encuentra en la
restauración de la confianza del mercado europeo,
que se ha traducido en una leve recesión pronosticada
para este año y que es consecuencia del aumento de
los rendimientos de los bonos soberanos, los efectos
del desapalancamiento de bancos y la situación
fiscal de los gobiernos de la zona euro. De acuerdo
con las estimaciones, la deuda pública de los países
europeos continuará creciendo; tan sólo para la zona
euro se espera que llegue a ser del 90% con relación
al PIB (véase gráfica 1).
Sin ningún consenso grupal y con un difícil
panorama económico mundial, México prepara la
próxima reunión del G20, en la ciudad de Los Cabos.
Al parecer, la estrategia del gobierno mexicano para
llevar a cabo la cumbre apunta hacia la recuperación
del consenso, ya que se han propuesto como temas
de trabajo: la estabilización de la economía mundial,
el fortalecimiento del sistema financiero y la mejora
de la arquitectura financiera internacional (Gobierno
Federal, 2011). El reto es complicado pero
ineludible, debido a las perspectivas económicas,
principalmente por el latente contagio que puede
provocar la inestabilidad de la zona euro.
A diferencia de 2010, donde los países
emergentes crecían en mayor proporción que los
países desarrollados, el conjunto de las naciones
emergentes seguirán creciendo pero a un ritmo
mucho más lento, lo que complica la recuperación
de la economía global. Asimismo, México tampoco
podrá proponer mejores medidas de crecimiento
cuando su proyección se sitúa por debajo de la
estimación del año pasado (3.1%).
Además de los temas económico-financieros,
la agenda mexicana considera otros dos tópicos de
trabajo para el G20: la promoción de la seguridad
alimentaria y la promoción del desarrollo sustentable
a través del crecimiento verde. Sin duda, ambos
tendrán menor relevancia que los primeros y la
capacidad de negociación mexicana será puesta a
prueba por dos factores.
El primero dependerá del proceso inflacionario
del precio de los alimentos, el cual mantiene un
pronóstico de que los precios de las materias primas
distintas al petróleo se estabilicen o retrocedan
(IMF, 2012). Sin embargo, los enfrentamientos
geopolíticos de la situación de Irán podrían impactar
la oferta del mercado petrolero y, por ende, del resto
de los commodities.
El segundo factor apuesta por continuar
fortaleciendo el multilateralismo del crecimiento
verde (conseguido tras los limitados alcances
registrados en la Cumbre de Cancún 2010, COP16) y
que podría convertirse en el único éxito conseguido
por la presidencia mexicana al frente del G20.
Lo anterior debido al esfuerzo que el gobierno de
México ha colocado en la construcción del Fondo
Verde, para la mitigación y adaptación de los países
en desarrollo, y por los esfuerzos de la cancillería
mexicana para convencer a los países de alcanzar un
nuevo acuerdo que sustituya al Protocolo de Kyoto.
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