Portada codo trazado - Ayuntamiento de Granada

de todo ello, las situaciones, las emociones, las personas y la vida en sí como
mentira y escenario en el que transcurre todo.
Las dos obras presentadas en la muestra son un fragmento de una serie más
amplia realizada partiendo de enseres asociados a los hábitos cotidianos como
son la silla y la bañera, ejemplo de dos de los actos usuales, casi rituales, con los
que convivimos a lo largo del día.
Estos dos obras, conceptualmente, suponen la transcripción de situaciones
reales a la obra de arte a través de objetos cotidianos a los que se cambia su
contexto y uso para dotarlos de connotaciones, no pensadas a priori, provocando
como resultado una serie de objetos absurdos en la mayoría de los casos,
pero que denotan una acentuada conceptualización de una vivencia concreta.
La pieza titulada Viaje, conceptualmente, plantea la representación plástica
de la huida. Trata la necesidad de huir de una realidad a la que no se quiere hacer
frente, una situación convertida en monotonía asfixiante de la cual se necesita
escapar de cualquiera de las maneras posibles, ya sea de forma real o imaginaria,
esa necesidad que todos tenemos de imaginar nuestra vida de otra
forma, en un sitio distinto, con otro trabajo, con otra pareja, en otra realidad…
Plásticamente da la sensación de un artilugio torpe, un ready made, una mutación,
una conversión del uso habitual y cotidiano en toda una historia. Eso es
normalmente lo que encierran estas obras, historias de amor, toda una serie de
connotaciones que giran en torno al amor como necesidad y obligación.
La pieza titulada Para que no me olvides trata de la perdida del propio cuerpo
para sumergirse en el Amor como enfermedad. En esta obra son planteados,
así como cuestionados, la identidad del ser, su relación y complicidad con el
Amor, y el hecho amoroso. Especialmente vinculados a las relaciones amorosas,
pretendo mostrar los estados de poder, la política de dominio y sometimiento, la
insatisfacción, la actividad del deseo con mayúscula, y sus consecuencias. Todas
estas ideas fundamentales se articulan en torno a una actitud que alude continuamente
a la imagen de uno mismo, a través de las experiencias vividas y observaciones
del mundo exterior. No son sino episodios dramáticos individuales
que consiguen ser representaciones de sentimientos universales, en este caso
los celos y la venganza como consecuencia final de todo. En esta obra se pueden
apreciar dos sillas de casi dos metros y medio de alto con peldaños a modo de
escalera sobre los que subir a lo alto. Las sillas están diseñadas para usarse en
una cena que conmemora el final de una historia, pero lo que en realidad esconden
es toda una trampa ya que el asiento, pasados unos minutos cede, haciendo
que el comensal caiga a través del hueco que forman las patas de la silla,
haciendo que se fracture la espalda y provocándole la muerte, la final consecuencia
de demasiado amor o de un amor ¿no dosificado? ¿Por qué sillas? Representan
al ser humano a través de dos elementos del mobiliario cotidiano como
son la silla y la mesa; objetos que se encuentra constantemente en su
entorno. Estos objetos crean un espacio propicio para la relación entre individuos.
Huyo así de la representación figurativa para adentrarme en una forma cada
vez más abstracta del individuo en la que se establece la metonimia hombresilla,
y mesa-espacio de reunión o lugar de tensiones. Interesa en especial la
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