Portada codo trazado - Ayuntamiento de Granada

forma, comunicar algunos conceptos difusos sobre las personas que les rodean y
sobre sí mismos, que no podrían formular de otra manera. La puesta en común de
la actividad y el análisis posterior con el grupo total de la misma, favorece una introducción
a la reflexión crítica sobre cuáles son los rasgos fundamentales que definen/distinguen
entre hombre y mujer (cuáles de ellos son naturales y cuáles imposiciones
culturales, cuáles son positivos y cuáles son discriminatorios), sobre si
existen actividades u oficios asignados a un sexo determinado, si en los hogares
hay un reparto de tareas y responsabilidades domésticas basado en las capacidades
de las personas o basado en su sexo, y cuál es el papel que ellos y ellas desempeñan
en dicho reparto (grado de implicación, nivel de conocimiento de las
mismas, etc.), sin olvidar cómo es la distribución de los tiempos de ocio entre los
distintos miembros de la familia. En definitiva, se trata de una manera de facilitar
al alumnado el reconocimiento y la valoración de sí mismos y de los demás como
personas globales, prescindiendo de los estereotipos sexistas.
Con la población de Primaria, al utilizar los dibujos como técnica conseguimos
centrar su atención en la información relevante e ignorar en lo posible las distracciones,
todo ello en un marco de trabajo agradable, pues no olvidemos el carácter
eminentemente lúdico del dibujo. A estas edades va desarrollándose la
función simbólica, trabajando la realidad mentalmente. Pasan de un pensamiento
más subjetivo e individualista a un pensamiento más objetivo y realista en el
que tiene especial influencia lo social.
El dibujo a estas edades no es un trabajo de imitación de la realidad social,
sino más bien un medio de autoexpresión que se basa en sus experiencias más
directas, experiencias muy mediadas por el hecho de que a esta edad se tiene
un interés especial por lo que piensan las personas adultas que les rodean y por
la estrecha dependencia que sienten hacia ellas, y a la hora de identificarse con
un modelo masculino o femenino, tienen muy en cuenta al adulto cercano. Por
otra parte en muchos casos se definen los sexos en función de una sola característica
o de unas pocas características excluyentes entre sí, a veces tan sólo les
basta una, (por ejemplo, los niños tienen el pelo corto mientras que las niñas
largo), pero también son capaces de mantener el concepto aunque sufra modificaciones
(aunque las niñas tengan el pelo corto siguen siendo niñas) por lo que
el dibujo infantil nos permite poder jugar más con las semejanzas, haciendo que
la reflexión sobre los roles de género sea más flexible.
En el caso de los y las adolescentes de Secundaria, puesto que están menos
acostumbrados a usar la representación gráfica como un medio más de comunicación
de ideas y emociones, ante un papel en blanco se inhiben bastante, es
por ello que esta actividad se les plantea con la instrucción de que reflejen por
escrito las características definitorias y/o distintivas entre hombres y mujeres.
Además, al contrario de lo que ocurre en Primaria, donde el dibujo en general no
tiene unas reglas explícitas ni se plantean ser evaluados/as por criterios de buena
o mala ejecución plástica, los y las adolescentes manifiestan en algunos casos
su miedo a no hacerlo bien, pues ya ha asimilado unos criterios estéticos
donde prima más el acabado.
A esta edad se encuentran más cómodos con lo hipotético que con la realidad
cercana, por lo que no suelen dibujarse (ni a sus padres o madres), y al encon-
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