Portada codo trazado - Ayuntamiento de Granada

día a día es lo que aparece en mis cuadros porque son las situaciones en las que
me siento más yo misma pintando. Esto tiene relación con la forma de pintar. No
me interesa la pintura efectista, prefiero los procedimientos tradicionales que exigen
un tiempo que es muy “casero”, muy artesanal y muy humano. Los tamaños,
la técnica, las escenas, todo gira en torno a la misma de idea de proximidad cotidiana.
Pero en ese mundo cotidiano pueden aparecer imágenes muy exóticas.
Ahora estoy pintando una serie de islas desiertas. Nunca he estado en una isla
desierta, pero los escaparates de las agencias de viajes están llenos de fotografías
de paraísos junto al mar y, por lo tanto, esas imágenes tan atractivas están presentes
a la mirada igual que cualquier otro elemento de la calle o de la casa.
Me interesa mucho que los cuadros sean gustosos de mirar, que te enganchen
la mirada. ¿Porqué no decirlo? Que tengan belleza.
MIGUEL ÁNGEL MELGARES: DAR RESPUESTA A LO SOCIAL Y A LO PÚBLICO
COMO PARTE DE UN ENFRENTAMIENTO CON LO POLÍTICO.
Aproximándonos a otros campos creativos, como puede ser el de la literatura,
se nos presenta el acontecimiento del retrato con un alto grado de paralelismo
a la idea de lo siniestro y lo oscuro; al enfrentamiento con la muerte como
última consecuencia. Oscar Wilde, en su archiconocido El retrato de Dorian
Gray, o Edgar Allan Poe en su Retrato ovalado, nos acercan el género del retrato
a una reflexión en torno a la expiración. El caso de Dorian Gray, si cabe, nos
parece más sugerente. En la búsqueda de una belleza y juventud eterna, Dorian,
un precioso joven de la rancia aristocracia inglesa, exhorta el desventurado deseo
de que el sublime retrato que le acaban de pintar envejezca por él, que sea
éste el que catalice todos sus males, todas sus desdichas y todas sus vergüenzas.
Lo que nunca imaginaría es que su mayor vergüenza sería su deseo hecho
realidad. Un retrato que fue consignado a aprehender la belleza pura de la juventud,
devenía en la monstruosidad de lo enfermo y lo viejo. Una estructura
consagrada al infinito y cuyo fin era vencer al tiempo, sufría un profundo y constante
cambio; el cambio que se produce desde el reino de los vivos al reino de
los muertos. Este sería el motivo fundamental por el que esta obra literaria nos
ha llamado poderosamente la atención, por su ruptura con el orden natural de
las cosas, por el acercamiento a los usos y abusos del retrato, por la alianza que
se supone entre retrato y muerte. Y es que, como afirma Felipe Garín en el libro
El retrato publicado por Círculo de lectores y Galaxia Gutenberg en el año 2004,
“si tuviésemos que buscar una razón que explicase la tendencia humana a producir
retratos, diríamos que es la voluntad de vencer a la muerte”, el deseo de
parar el tiempo, el enfrentamiento a la muerte, negándola, cuando en la verdad
de su naturaleza la lleva implícita.
Los dos motivos que vienen a fundamentar la aparición del retrato, el funerario
y el idolátrico, pensamos que responden a modelos de utilidad o usos que
distan mucho del sentimiento de retrato que queremos plantear. Asumiendo la
trascendencia que estos modos de entender el retrato significaron en el contexto
socio-cultural e histórico del que parten y la herencia que supusieron para el
desarrollo del arte, considero que viene siendo el momento de actualizar cuales
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