Portada codo trazado - Ayuntamiento de Granada

Tina Modotti, Mujer con olla. 1926
trabajo doméstico y de cuidado de personas dependientes es precisamente que
se aprende “haciéndolo”, requiere un entrenamiento activo. Este tipo de aprendizaje
es comparable a la adquisición de otro tipo de capacidades como conducir
o practicar un deporte; sin embargo la diferencia entre el valor en términos
económicos del trabajo del ama de casa y el de una estrella de fútbol es notable.
Además de todas estas cuestiones, el “llevar adelante una casa” implica una
organización mental y una lógica en la gestión de la misma; actividades completamente
invisibilizadas socialmente. Todo esto supone una gran carga para las
mujeres y es uno de los factores más importantes en relación a la incorporación
de los hombres a las responsabilidades domésticas. Se observan muchos casos
de hombres que están dispuestos a colaborar en el hogar, pero necesitan que sean
las mujeres las que les indiquen las tareas que deben realizar y la forma de hacerlas.
Este hecho demuestra que los hombres interiormente no perciben estas
responsabilidades como propias, por lo que no han elaborado esquemas mentales
que les ayuden en la organización de las labores domésticas y de cuidado.
La devaluación social del trabajo específicamente femenino ha ido acompañada
de un paralelo enaltecimiento del valor moral, espiritual, de la maternidad,
así como de todos los trabajos relacionados con el ámbito del cuidado. El cuidado
designa a la acción de ayudar a un niño o a una persona dependiente en el
desarrollo y el bienestar de su vida cotidiana. Engloba, por tanto, hacerse cargo
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