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EL CRONISTA
Jueves 21 de febrero de 2013
FINANCIAL TIMES 15
EDITORIAL
China y EE.UU. deberían sincerarse
sobre sus actividades en el ciberespacio
ARCHIVO
Cuando el diario New York
Times reveló que había
sido objeto de un ataque
perpetrado por hackers chinos
el mes pasado, después de haber
publicado los detalles de los
activos de la familia del premier
Wen Jiabao, Beijing negó enfáticamente
su participación en los
hechos. No obstante, una investigación
reciente de los ciberataques
a compañías occidentales
puso en duda los dichos de
China.
Mandiant, una consultora de
seguridad online, hace años
que hace un seguimiento de las
arremetidas contra las empresas.
Su extenso informe menciona
detalles de lo que cree
son ataques constantes perpetrados
por un grupo de hackers
conocido como APT1, el cual
tiene un sorprendente parecido
con una unidad del Ejército
para la Liberación del Pueblo.
Si bien la evidencia no es incriminatoria,
el informe va más
allá que otros estudios en lo
que se refiere a vincular a los
militares con ofensivas a las
compañías extranjeras.
Globalmente, los ciberataques
están en alza. Según Akamai,
que monitorea la actividad
online, el porcentaje de embestidas
originadas en China se duplicó
entre el segundo y el tercer
trimestre de 2012. Pero no es
el único culpable. Las intromisiones
de Estados Unidos quedaron
en segundo puesto y las
rusas en tercero.
Stuxnet, el gusano desplegado
por Estados Unidos para
abordar el programa nuclear de
Irán, demostró el potencial para
dañar infraestructura. Pero
las economías pueden también
ser blanco de ataque a través de
sus compañías o simplemente
cuando se ve minada la confianza
en la seguridad de un
mundo interconectado. Esto
quizás no signifique la amenaza
inminente de un arsenal nuclear,
pero representa una carrera
armamentista y podría
aún tener consecuencias devastadora
en el mundo físico.
China, Estados Unidos y
otros países deberían al menos
sincerarse y admitir que sí participan
de actividades cibernéticas.
Eso no es lo mismo que
revelar las operaciones individuales.
Cuando se filtró que la
administración de Obama había
desplegado el Stuxnet, realmente
pudo haberse comprometido
la seguridad nacional
de Estados Unidos. Pero la admisión
de unidades de Internet
es el primer paso hacia el inicio
de conversaciones sobre reglas
comunes, así como se hizo con
las armas nucleares.
Hasta ahora Beijing buscó evitar
las críticas por focalizar su
cooperación internacional en
los delitos informáticos, como el
fraude con tarjetas de crédito, en
vez de centrarse en los ataques
coordinados originados dentro
de sus fronteras.
La credibilidad de China, y la
de sus compañías que quieren
hacer negocios en el exterior, dependerá
de que Beijing levante
el velo del secreto.
Es necesario contar con un enfoque
internacional común para
evitar una crisis futura.
EE.UU. desplegó un gusano para abordar el tema nucleasr de Irán
Traducciones:
Mariana I. Oriolo