Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
EL CRONISTA<br />
Jueves 21 de febrero de 2013<br />
OPINIÓN 17<br />
CRONISTA<br />
POR UN DÍA<br />
Román Lejtman<br />
Periodista<br />
ENFOQUE<br />
¿Son posibles condiciones<br />
macro mínimas para 2013?<br />
Antes de las elecciones<br />
de 1989, Carlos Menem<br />
recibió un fuerte<br />
apoyo de Libia y Siria, que por<br />
entonces dictaba las órdenes<br />
de los grupos fundamentalistas<br />
que enfrentaban a Estados<br />
Unidos e Israel en Medio<br />
Oriente. A cambio, Menem<br />
debía ceder las claves del misil<br />
Cóndor, un dispositivo bélico<br />
con capacidad para asestar<br />
un golpe mortal en Jerusalén<br />
y Tel Aviv. El Presidente<br />
electo no solo decidió honrar<br />
sus acuerdos con Muammar<br />
Gaddafi y Hafez al-Assad, sino<br />
que además anunció a su<br />
entorno que haría su primera<br />
gira internacional a Siria, para<br />
agradecer personalmente<br />
la ayuda suministrada por la<br />
dictadura de Al Assad a su<br />
campaña electoral.<br />
La embajada de Estados<br />
Unidos en Buenos Aires tomó<br />
conocimiento del pacto secreto<br />
urdido por Menem con<br />
Siria, e inicio una fuerte operación<br />
de lobby para desmontar<br />
un acuerdo que implicaba<br />
entregar un recurso letal a un<br />
enemigo declarado de la Casa<br />
Blanca e Israel. Menem no escuchó<br />
razones, trasmitidas en<br />
ese momento por Terence<br />
Todman a Antonio Erman<br />
Gonzalez, y la representación<br />
diplomática en una inesperada<br />
réplica filtró el Swiftgate,<br />
un presunto pedido de coima<br />
de Emir Yoma a una <strong>com</strong>pañía<br />
norteamericana.<br />
Menem entendió el mensaje:<br />
podía hacer negocios,<br />
pero debía evitar los acuerdos<br />
con países que enfrentan<br />
a Estados Unidos y pretenden<br />
borrar a Israel de Medio<br />
Oriente. La Casa Blanca encuadró<br />
al presidente argentino,<br />
ofreció su ayuda frente a<br />
eventuales denuncias de corrupción<br />
y aceptó con beneplácito<br />
el lanzamiento de las<br />
‘relaciones carnales’. Menem<br />
estaba tan feliz que hizo un<br />
salto mortal sin red: decidió<br />
viajar a Israel, en lugar de Siria,<br />
para demostrar que había<br />
decodificado la señal del<br />
embajador Todman al ministro<br />
Erman Gonzalez.<br />
Meses más tarde, una organización<br />
terrorista árabe<br />
planeó un atentado que demostrara<br />
su poder de fuego y<br />
su audacia para golpear a Estados<br />
Unidos y sus aliados.<br />
Así ocurrió: por primera vez<br />
en la historia del conflicto en<br />
Medio Oriente, un coche<br />
Irán, Cristina<br />
y Menem<br />
bomba fue detonado contra<br />
una embajada de Israel en<br />
América Latina. Ocurrió en<br />
Buenos Aires, y la causa languidece<br />
en la Corte Suprema,<br />
tras una investigación<br />
horrorosa ordenada por el<br />
juez Julio Nazareno, en su<br />
tiempo socio de Menem en<br />
La Rioja.<br />
Tras el ataque terrorista a la<br />
embajada de Israel, Menem<br />
inició silenciosos contactos<br />
con Damasco para recuperar<br />
la confianza perdida. No hubo<br />
caso, y Eduardo Menem<br />
ya podría contar la respuesta<br />
de Al-Assad cuando pidió por<br />
su hermano Carlos Saúl. En<br />
Siria ya sabían que Menem<br />
había entregado el misil Cóndor<br />
a la Agencia Central de<br />
Inteligencia (CIA), y jamás<br />
perdonarían al Presidente<br />
que no había cumplido con<br />
su juramento.<br />
Medio Oriente volvió a incendiarse,<br />
y las organizaciones<br />
fundamentalistas decidieron<br />
avanzar nuevamente<br />
sobre Israel. No dudaron: resolvieron<br />
volar la sede de la<br />
AMIA, que terminó con la vida<br />
de 85 personas. En dos<br />
años, dos atentados. En una<br />
misma Presidencia, que decidió<br />
jugar a la política en un<br />
escenario mundial que poco<br />
se relaciona con la agenda<br />
local. Ni Gaddafi, ni Al-Assad<br />
ayudaron a la justicia argentina<br />
cuando solicitó colaboración<br />
internacional para<br />
encontrar a los asesinos que<br />
volaron una institución judía<br />
de la Argentina.<br />
Como los dictadores de Libia<br />
y Siria, Menem tampoco<br />
colaboró con la justicia. Al<br />
contrario, y ahora está procesado<br />
por ocultar la pista Siria,<br />
en una investigación sin fisuras<br />
que ejecutó el juez federal<br />
Ariel Lijo. Menem puede ir<br />
preso por esta causa, pero la<br />
mayoría oficialista en el Senado<br />
lo protege, a cambio de<br />
sus favores políticos. Resta<br />
saber si esta semana jugará a<br />
favor de su ex aliado en Medio<br />
Oriente, u optará por<br />
quedarse en La Rioja para no<br />
agregar otra mancha a su epitafio<br />
político.<br />
La parábola de Menem debería<br />
alertar a Cristina Fernández<br />
de Kirchner. No es<br />
posible establecer acuerdos<br />
diplomáticos serios con regímenes<br />
que niegan el Holocausto<br />
o proponen la eliminación<br />
de un Estado porque<br />
rechazan su estrategia política<br />
en Medio Oriente. La diplomacia<br />
sirve para construir<br />
y obtener beneficios<br />
mutuos. En el caso del acuerdo<br />
con Irán, no hay indicios<br />
que permitan asegurar alguna<br />
de estas dos premisas.<br />
Cristina inicio un camino<br />
peligroso, sobre un escenario<br />
geopolítico que no conoce.<br />
Está <strong>com</strong>etiendo la torpeza<br />
de avanzar en un pacto con<br />
un estado totalitario que no<br />
distingue las ciudadanías de<br />
las pertenencias religiosas.<br />
Para Irán es lo mismo ser judío,<br />
que haber nacido en Israel.<br />
Entonces, no le preocupara<br />
hacer justicia y entregar<br />
a los asesinos de las 85 personas<br />
que estaban en la AMIA y<br />
sus cercanías. En Teherán,<br />
festejaron cuando se enteraron<br />
del segundo ataque terrorista<br />
en Buenos Aires.<br />
De todas maneras, Cristina<br />
no tiene que preocuparse: es<br />
católica. Y Héctor Timerman,<br />
nuestro canciller, tampoco: a<br />
los antisemitas les encanta<br />
tener un amigo judío.<br />
ARCHIVO<br />
Eduardo<br />
Luis Curia<br />
Economista<br />
En notas de 2012, a la vez<br />
que señalamos la insinuación<br />
de algunos<br />
factores –en especial, ligados<br />
total o parcialmente a resortes<br />
externos (determinado<br />
repunte en Brasil; buenos<br />
precios mundiales de los<br />
<strong>com</strong>modities sin mayores<br />
mermas físicas de las cosechas<br />
internas)– capaces, de<br />
confirmarse, de estimular en<br />
2013 el ciclo de negocios,<br />
añadíamos que la tal perspectiva<br />
no estaba libre de<br />
condicionantes. Asimismo,<br />
para su consolidación, convenía<br />
a<strong>com</strong>pañar, por lo menos,<br />
con algunas condiciones<br />
muy básicas de encuadre<br />
macroeconómico.<br />
Antes de seguir con lo último,<br />
reiteramos que la instalación<br />
de lo que llamamos la<br />
‘doble problemática’ –la rigurosa<br />
simbiosis entre la<br />
distorsión afín a la inflación<br />
efectiva alta y la que se asocia<br />
al serio retraso cambiario–,<br />
somete a la economía,<br />
y a las correcciones del caso,<br />
a formidables exigencias. Y,<br />
en sustancia, convierte en<br />
mera expresión de deseos la<br />
manida postura de que, centrándose<br />
en el ataque de la<br />
inflación, esto, por sí, encauzaría<br />
la severa distorsión<br />
cambiaria.<br />
Ante lo recién expuesto, es<br />
claro que las condiciones<br />
macro básicas o mínimas<br />
arriba citadas, implican un<br />
intento –más que dirigido a<br />
soluciones de fondo– de<br />
moverse ‘por los márgenes’,<br />
lo cual, de todas maneras,<br />
demanda cierta presteza y<br />
precisión. Está en juego una<br />
ordenación relativamente<br />
plausible de las variables<br />
económicas esenciales.<br />
Si algún rasgo saliente logra<br />
connotar la tal ordenación,<br />
aquél residiría en la necesidad<br />
de fijar un rumbo<br />
bastante diferente del propio<br />
del esquema 2010-11, desde<br />
ya vistoso en algunos ámbitos<br />
–vgr., expansión, consumo–,<br />
pero flojo en sustentabilidad<br />
macro. En un ciclo alto,<br />
dicho esquema registró<br />
una puja distributiva liberada<br />
y con elevada nominalidad,<br />
prociclicidad fiscal, el<br />
crédito <strong>com</strong>o brioso multiplicador<br />
(adicional) del consumo,<br />
política monetaria<br />
muy a<strong>com</strong>odaticia y el tipo<br />
de cambio nominal reducido<br />
a ancla de inflación (y retrasándose<br />
el real). Una inflación,<br />
efectiva, que, impulsada<br />
por otros factores, lució<br />
pronunciada. Desde ya, el citado<br />
esquema fue rendidor<br />
de cara al ciclo político de ese<br />
momento, lo que lleva a no<br />
olvidar que el 2013 es un año<br />
electoral.<br />
El ruido ahora obrante en<br />
el frente salarial, traduce en<br />
parte la inquietud por esa articulación.<br />
A esta altura, no<br />
es fácil una solución en ese<br />
frente. La decisión oficial en<br />
cuanto al mínimo no imponible<br />
y afines, resultó parca,<br />
y esto da pie a reclamos de<br />
ajustes nominales de salarios<br />
pronunciados, que tensionan<br />
la idea de moderar la<br />
presión costista.<br />
El dispuesto congelamiento<br />
de precios bimensual busca<br />
arrimar una fuerte señal<br />
persuasiva por el lado de la<br />
perspectiva inflacionaria,<br />
‘explicable’, en tanto método,<br />
por cuanto el Indec ya no alínea<br />
las referencias de inflación<br />
y los acuerdos de precios<br />
renovables (listas muy<br />
genéricas con un espectro<br />
tridimensional), no dieron<br />
mayores frutos. Claro que el<br />
congelamiento, aparte de sus<br />
cuitas intrínsecas, alienta el<br />
síndrome del ‘día 61’, ante<br />
paritarias de plazo anual.<br />
Hay aquí una brecha de<br />
sincronización temporal. Un<br />
modo de removerla es vía paritarias<br />
de menor plazo (o<br />
mantener ‘abiertas’ las anuales),<br />
e ‘ir viendo’. Otro, es extender<br />
ya el horizonte temporal<br />
de las medidas de precios,<br />
con los lógicos interrogantes<br />
en materia de rigorflexibilidad<br />
y de monitoreo.<br />
Pero, la sincronización debería<br />
sumar lo monetariofiscal,<br />
en base a anunciados<br />
senderos alargados (sin altibajos<br />
abruptos), no muy diferentes<br />
de lo pretendido en<br />
términos de precios-salarios.<br />
Completando con un curso<br />
cambiario más agresivo (y un<br />
toque en las tasas).<br />
Entonces, los recaudos de<br />
sincronización y de congruencia<br />
son vitales, asumibles<br />
y explicitables con claridad,<br />
apuntando a las expectativas.<br />
Los requisitos son severos<br />
y el tiempo de operación<br />
a mano, ceñido (recuérdese<br />
que, <strong>com</strong>o delicado<br />
trasfondo, pesa la doble problemática).<br />
Se trataría de un<br />
intento –para reforzar algo<br />
las chances de mejora del ciclo–<br />
que, aun <strong>com</strong>plejo, no<br />
deja de ser minimalista, actuando<br />
en los márgenes.