GÃNERO LITERARIO Y TEOLOGÃA DE GÃNESIS 2 ... - Revista Biblica
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[86] pecado como poder cósmico pueda ejercer su dominio de muerte sobre la<br />
persona. Después de esta aclaración veamos cómo Pablo considera el relato de<br />
Adán.<br />
El Apóstol por un lado toma elementos de la interpretación de su tiempo;<br />
supone que Adán fue un personaje histórico y que su pecado trajo consigo la<br />
muerte para la raza humana. Por otro lado, hace una lectura del Génesis que<br />
depende de su teología sobre la redención de Cristo. Él parte de su fe en la<br />
universalidad y plenitud de la redención. A la luz de esta fe considera la<br />
tragedia de muerte y pecado que él observa en el mundo; enfoca la<br />
universalidad del pecado y de la muerte entendiendo por muerte la muerte total,<br />
incluyendo la espiritual. Busca en el Adán del Génesis la explicación de dicha<br />
universalidad. Con esta explicación ve en Adán el antitipo de Cristo y<br />
contrapone por un lado Cristo que redime y crea una nueva humanidad<br />
solidaria en la fe y la gracia, y por otro Adán como aquél que dio entrada al<br />
poder del pecado y la muerte en la raza humana. Adán es quien desató en la<br />
humanidad la fuerza egoísta y rebelde que busca la aceptación libre para<br />
someter al individuo humano al poder del pecado y llevarlo a la muerte total.<br />
Para que el pecado pueda ejercer su dominio y fuerza destructora necesita el<br />
consentimiento del individuo. Pero, aunque el consentimiento es propio del<br />
individuo, éste cuando peca no peca como persona aislada; al pecar se hace<br />
solidario de una humanidad pecadora que lo precede y con su mala acción<br />
acrecienta la carga de pecado que pesa sobre la raza humana.<br />
Al describir el acto de Adán que da entrada al pecado en el mundo, Pablo no<br />
compone una lamentación desconsolada. Pinta la sombra para destacar su<br />
interés fundamental. El interés de Pablo no es el pecado de Adán sino la gracia<br />
de Cristo. Habla del poder del pecado introducido por Adán para hacer resaltar<br />
la inmensa superioridad del poder de la gracia que, por Cristo, vence al pecado<br />
y a la muerte. Es importante notar que en su explicación sobre el pecado de<br />
Adán, Pablo no habla de pecado original o de un pecado transmitido por<br />
herencia, ni de una caída de un estado de justicia original, incluso parece<br />
suponer en Adán antes del pecado la existencia del deseo (epithymía) en estado<br />
latente; el deseo estaba dormido hasta que llegó la prohibición (ver Rom 7:7-8).<br />
Pablo parece decir, como dice B. Byrne, que "la prohibición, proveniente de<br />
Dios, despertó una<br />
Propensión humana latente, la propensión a sentirse impaciente y a resistirse a<br />
la dependencia de Dios, propia de la criatura" (Romans, p. 219).