286 - Diócesis de San Juan de los Lagos

PRE-MATRIMONIALES
nuncia con fuerza la frecuente infidelidad de Israel y
el amor inquebrantable de Dios que siempre lo perdona
y lo invita a la comunidad de vida y de amor.
Cristo eleva a sacramento el matrimonio y no
acepta el divorcio
En los evangelios, Cristo vuelve a
reconocer el plan de Dios sobre el
matrimonio, apelando al plan original
de Dios, escrito en el Génesis, frente a
los permanentes intentos de adulterarlo,
desde Moisés hasta el momento de
su predicación. Jesús defiende la pureza
inicial de la institución matrimonial
y rechaza que el matrimonio esté
sujeto a la voluntad del hombre (Cf.
Mt 19,3-9; Mc 10,2-12).
Pero, donde mejor se expresa Jesús
sobre el matrimonio, es en las Bodas
de Caná (Cf, Juan 2,1-12), donde realiza
su primer milagro a petición de su
Madre y a favor de los nuevos esposos.
Quiere garantizar con su presencia y con su poder
bondadoso que siempre está ahí para llenar las tinajas
de amor porque puede llegar a faltarles a todos los que
se casan. Quiere, con su presencia en esas bodas,
inaugurar el nuevo plan de salvación, santificando el
concreto plan que tiene para todos los que se casan.
El matrimonio, para Jesús, no solo es bueno, sino está
bendecido por Él. El matrimonio, según San Juan, es
un signo eficaz de la presencia de Cristo Salvador y
ha de estar orientado al Reino de los cielos que vino
a establecer Cristo y que ahora comienza en las Bodas
de Caná.
San Pablo compara el amor de Cristo y la Iglesia
con el amor matrimonial e invita a vivirlo de esta
manera
San Pablo, hace una reflexión más profunda sobre
el matrimonio al compararlo con la unión matrimonial
que él ve, entre Cristo y su Iglesia. Podíamos
resumir su pensamiento sobre el matrimonio en estas
3 afirmaciones:
a) Los esposos tienen un modelo de vida en la mutua
relación de Cristo con la Iglesia. El amor esponsal
de Cristo inspira a los esposos para vivir su amor.
b) La pareja participa de esa misma relación de Cristo
con la Iglesia. Los esposos participan el amor de
Cristo por su Iglesia por el amor con que se aman.
c) La pareja actualiza ese mismo amor de Cristo por
la Iglesia, lo hace presente y lo testimonia.
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EL MATRIMONIO, SIGNO SENSIBLE DE
GRACIA
Nociones generales sobre el sacramento del matrimonio
Definición canónica
Sacramento del Matrimonio es
la alianza matrimonial, por la que el
varón y la mujer constituyen entre
sí un consorcio de toda la vida,
ordenado por su misma índole natural
al bien de los cónyuges y a la
generación y educación de la prole.
El matrimonio fue elevado a la
dignidad de sacramento por Cristo
el Señor.
Propiedades esenciales
Las propiedades esenciales del
matrimonio son la unidad y la indisolubilidad.
Y alcanzan una particular
firmeza por razón del sacramento.
Condiciones para su validez
Para que el matrimonio sea válido es necesario
que no exista ningún impedimento y que se haya
realizado conforme a las disposiciones del derecho
canónico de la Iglesia sobre dicho sacramento.
N.B. El catecismo de novios diocesano habla detalladamente de
todo este punto. Al final del tema está indicado los números
La fe, necesaria para recibir un sacramento.
El matrimonio es un sacramento, y como sacramento,
es a la vez, un encuentro con Cristo vivo y un
signo sensible y eficaz de gracia.
Pare recibir un sacramento se necesita la fe porque
sin la fe se pierde totalmente su contenido y su valor.
Recibir el sacramento del matrimonio es creer que
Dios une a un hombre y a una mujer para siempre; es
creer que el amor de los esposos manifiesta el amor de
Dios al hombre y el amor de Cristo a su Iglesia; es
creer que cuando los esposos se aman, están amando
al mismo Señor, que es origen y principio de su amor;
es creer que el esposo o la esposa o los hijos son el
prójimo, y que amarlos es amar a Dios y amar a Dios
es amarlos a ellos.
Los sacramentos, necesarios para cumplir nuestra
misión
Todos los sacramentos son una ayuda que Dios da
para que seamos capaces de cumplir una misión
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