286 - Diócesis de San Juan de los Lagos
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PRE-MATRIMONIALES<br />
Pero la unidad no exige la uniformidad por la que<br />
el “otro” <strong>de</strong>ba per<strong>de</strong>r sus diferencias, ni como persona<br />
original y única, ni como hombre o mujer.<br />
Debe ser exclusivo<br />
No ce<strong>los</strong>o ni acaparador. El amor exige: “o todo o<br />
nada”. Hay quien se da, a la hora <strong>de</strong>l casamiento,<br />
como en migajas, y como las migajas no quitan el<br />
hambre sino que la aumentan, se pasan la vida<br />
hambreando. El amor exige una entrega total en<br />
cuerpo y espíritu. No es una apasionante entrada y<br />
una graciosa huida; quien entra <strong>de</strong>be estar dispuesto<br />
hasta dar la vida por el otro.<br />
Debe ser indisoluble<br />
Ha <strong>de</strong> ser uno con una, y para siempre. Si no es así,<br />
la indisolubilidad se torna casi imposible. A mayor<br />
madurez, más estabilidad.<br />
¿Quién exige esa indisolubilidad Lo exige en<br />
primer lugar el mismo amor, que busca normalmente<br />
su <strong>de</strong>sarrollo y perfeccionamiento. Lo exige también<br />
la formación <strong>de</strong>l hogar.<br />
Jesús invita a permanecer en el amor, y propone el<br />
amor <strong>de</strong> su Padre que es permanente e indisoluble.<br />
Cuando <strong>los</strong> novios piensan en la posibilidad <strong>de</strong> romper<br />
el amor que hoy se dan, su amor aún no es<br />
verda<strong>de</strong>ro.<br />
Los que se aman quieren permanecer juntos toda<br />
la eternidad, ni siquiera creen que la muerte <strong>los</strong> pueda<br />
separar. Si el amor no es indisoluble, tampoco es<br />
total.<br />
Debe ser fiel<br />
No hay amor sin fi<strong>de</strong>lidad. El amor es fiel por<br />
esencia, exige exclusividad. La fi<strong>de</strong>lidad en el amor<br />
conyugal no es un <strong>de</strong>ber más, impuesto por <strong>los</strong><br />
Mandamientos, es una exigencia <strong>de</strong>l amor. El que una<br />
vez ama, quiere amar para siempre y quiere, con la<br />
persona amada, crecer en el amor con el pasar <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
años y las experiencias vividas. El noviazgo que<br />
conduce al matrimonio es, en muchos sentidos, solo<br />
la escuela para el amor conyugal. Este comienza su<br />
vida plena en el día <strong>de</strong> la boda y ha <strong>de</strong> irse enriqueciendo<br />
en cada crisis y prueba con cada cana y cada<br />
arruga.<br />
Con un amor pasajero y superficial no se pue<strong>de</strong><br />
construir un hogar ni una familia. El sano <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> hijos ocupa <strong>de</strong> todo el tiempo <strong>de</strong> <strong>los</strong> padres y<br />
<strong>los</strong> ocupa juntos y unidos. Es imposible que el hijo<br />
reciba una educación equilibrada, si el amor <strong>de</strong> sus<br />
papás se tambalea o se <strong>de</strong>shace <strong>de</strong>finitivamente. Los<br />
hijos para crecer sanamente en el amor, necesitan <strong>de</strong>l<br />
amor permanente <strong>de</strong> <strong>los</strong> padres, en todo momento<br />
presentes en su acontecer.<br />
Debe ser fecundo y responsable<br />
“El matrimonio y el Amor conyugal -dice el<br />
Vaticano II- por su propia índole, se or<strong>de</strong>nan a la<br />
procreación y educación <strong>de</strong> la prole” (GS 50).<br />
A <strong>los</strong> matrimonio que por algún motivo el Señor<br />
no les concediera hijos, ésta fecundidad <strong>de</strong> su amor la<br />
encuentran <strong>de</strong> otras muchas maneras. Lo que nadie<br />
pue<strong>de</strong> exentarse es abrir su amor a la fecundidad<br />
según el espíritu.<br />
CONCLUSIÓN<br />
La felicidad fruto <strong>de</strong>l amor<br />
La necesidad <strong>de</strong> amar y <strong>de</strong> ser amado que experimenta<br />
todo ser humano, tiene como único fin la<br />
felicidad. El fruto <strong>de</strong>l amor conyugal es la alegría <strong>de</strong><br />
estar juntos, la esperanza <strong>de</strong> un porvenir siempre<br />
mejor, las ilusiones para seguir luchando, el optimismo<br />
en <strong>los</strong> fracasos, las satisfacciones personales y<br />
comunes. En una palabra, les da la felicidad plena. Y<br />
es que don<strong>de</strong> hay felicidad, hay amor, y don<strong>de</strong> hay<br />
amor está Dios y don<strong>de</strong> está Dios no falta nada.<br />
COMPROMISO<br />
Después <strong>de</strong> reflexionar este tema sobre el amor<br />
matrimonial que va más allá <strong>de</strong> <strong>los</strong> sentidos y romanticismo<br />
y que exige madurar para amar como Dios<br />
quiere, ¿qué propósito personal tienes<br />
Y como pareja, ¿qué podrían hacer para mejorar<br />
SUBSIDIOS<br />
1.- CATECISMO DE NOVIOS DIOCESANO<br />
Respon<strong>de</strong> al tema en el capítulo V: ¿EN QUÉ<br />
CONSISTE EL AMOR CONYUGAL “Los diversos<br />
grados <strong>de</strong>l amor” preguntas 53-60, y en el capítulo<br />
IV: ¿QUÉ NOS EXIGE EL MATRIMONIO “<br />
Las propieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l matrimonio” preguntas 34-52.<br />
2.- DINÁMICAS:<br />
1.- El amor conyugal, principio <strong>de</strong> la comunidad.<br />
2.- ¿Cómo empecé a quererte ¿Cómo empezó nuestra<br />
historia <strong>de</strong> amor<br />
3.- Formas <strong>de</strong> egoísmo.<br />
4.- Iluminación bíblica <strong>de</strong>l amor conyugal.<br />
5.- Amor humano y conyugal.<br />
Bol-<strong>286</strong><br />
pág.<br />
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