286 - Diócesis de San Juan de los Lagos

PRE-MATRIMONIALES
3) Vinculación afectiva (amor)
4) Erotismo (capacidad de sentir placer)
La sexualidad abarca toda nuestra persona
La sexualidad es un dimensión de toda persona.
No se debe tomar sólo como relación carnal o
genitalidad. Esto es tan sólo una parte de la sexualidad.
La sexualidad es una dimensión de la persona; está
presente en todo el ámbito de la persona; somos seres
sexuados. La sexualidad es una realidad inseparable
de la persona. No respetar la sexualidad es no respetar
a la persona misma (Esto sucede en: chistes, pornografía,
comercialización del sexo... etc.). Como seres
humanos, y más aún como cristianos, estamos obligados
a rescatar la dignidad de la sexualidad humana,
no por beatería ni por tabúes, sino porque la sexualidad
humana, como creación de Dios, es una realidad
respetable.
La sexualidad en nuestro medio ambiente
En nuestro medio en general tenemos formas muy
particulares de diferencia el sexo, por ejemplo desde
que nace una criatura ya se tiene el color para vestirlo;
un espacio apropiado; a las niñas se les educa para
que lloren ya que su condición de mujer las hace
frágiles y débiles, inclusive, ven el llorar como una
forma de defenderse. Al varón se le justifica la
violencia por ser hombre; la agresión; se le dice que
no juegue con muñecas por que se va a hacer “marica”;
también se le inculca que los hombres no deben
llorar. Esto es un ejemplo de cómo asentamos las bases
para la cultura del adulto hombre, por un lado incapaz
de demostrar sus sentimientos; incapaz de llorar; incapaz
de demostrar ternura ante sus propios hijos pequeños,
porque se cree que eso le corresponde exclusivamente
a la mujer. (En Polonia se permite a los niños
jugar con muñecos -bebés- como una forma de educación
y como el inicio de una paternidad más completa
para cuando llegue a ser adulto). En contraparte,
muchas de nuestras mujeres permiten ser humilladas,
maltratadas y dependientes del hombre.
La sexualidad ha de vivirse en la castidad
Sexualidad (cualidad de la persona) es mucho más
que genitalidad (actividad, realizar acciones de unión
sexual corporal o acciones que conducen a excitar el
apetito sexual).
La castidad no es la renuncia a la sexualidad; ni es
contraria a ella. Más bien, es la castidad una virtud
que busca el dominio de la sexualidad mediante un
recto uso de ella, una valoración justa y un enfoque
trascendente que la integre con las demás fuerzas que
buscan la realización total de la persona.
La castidad consiste en desarrollar cada uno su
propia sexualidad dentro del plan de Dios. Es una
virtud, pues, que nos ayuda a mantener la genitalidad
dentro de sus debidos cauces morales, sin perjuicio
de la verdadera e integral sexualidad.
La sexualidad en sí misma no es pecaminosa
La sexualidad por sí misma no se identifica con el
pecado, con el desorden moral. Pero en el corazón del
ser humano existe la inclinación al mal (v. gr. a la
mentira, a la injusticia, a la venganza, a los excesos).
También en la sexualidad se da el pecado (v. gr.
cuando no se respeta la naturaleza, cuando se le
quiere reducir a sólo placer). La moral, bien entendida
y practicada, no busca anular la sexualidad, sino
mantenerla dentro de los cauces del respeto a la
dignidad de la persona y a la obra de Dios.
SIGNIFICADOS DE LA SEXUALIDAD
La sexualidad debe ser amor
La sexualidad favorece la cercanía entre el hombre
y la mujer para fortalecer la unión de la pareja en
el amor. La persona es cuerpo pero no sólo cuerpo. La
sexualidad sin el amor se degrada. El afecto verdadero,
la delicadeza, el respeto, son indispensables para
que la sexualidad pueda contribuir al perfeccionamiento
de las personas y a la solidez de la pareja
matrimonial. De lo contrario no une, separa y aleja.
La sola atracción sexual no garantiza la existencia del
amor.
La sexualidad ha de actuarse como humanos
Las relaciones sexuales para que sean realmente
un acto de amor y libertad exigen que sean acciones
verdaderamente humanas, no mecánicas e instintivas,
que no busquen sólo el placer, sino manifestar al
otro la total donación que hace de sí mismo. Las
relaciones sexuales si no son honestas y dignas tampoco
serán humanas.
La sexualidad debe abrirse siempre a la vida
humana
La sexualidad está estrechamente vinculada al
don de la vida. Por la sexualidad varón y mujer están
llamados a ser “ministros del amor y de la vida”.
Procrear significa participar en el poder creador de
Dios.
La sexualidad debe buscar el placer como un bien
El placer es un elemento natural ligado a la vida
sexual y no sólo a la genitalidad. El placer para que
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