CAPÃTULO 1 - Universidad de Deusto
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acteriza por una fe prácticamente ilimitada en las posibilida<strong>de</strong>s espirituales <strong>de</strong>l ser humano.<br />
Pedagógicamente, esto significa dos cosas: 1) la primera, que la acción educativa se va a enten<strong>de</strong>r<br />
sobre todo como el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> esa espiritualidad; 2) la segunda, que al ser ilimitadas<br />
las posibilida<strong>de</strong>s espirituales <strong>de</strong>l hombre, también lo será su capacidad <strong>de</strong> perfeccionarse mediante<br />
la educación. Kant, que es un representante <strong>de</strong> la Ilustración, resumió perfectamente<br />
este optimismo al escribir que “el hombre será lo que la educación haga <strong>de</strong> él”. (En general,<br />
todos los autores <strong>de</strong> la Ilustración comparten esta i<strong>de</strong>a.)<br />
2.5.1.2. La imagen <strong>de</strong>l “homo faber”<br />
Frente a la imagen <strong>de</strong>l “hombre que piensa”, la imagen <strong>de</strong>l “hombre que trabaja” supone<br />
una contemplación “<strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo”, o sea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la componente material <strong>de</strong>l ser humano. Es<br />
una imagen <strong>de</strong> carácter naturalista en la que <strong>de</strong>saparece toda i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia en el sentido<br />
espiritual. La imagen <strong>de</strong>l “homo faber”, al igual que la <strong>de</strong>l “homo sapiens”, también atraviesa,<br />
con sus distintas variantes, toda la historia occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Grecia clásica hasta hoy.<br />
Entre los griegos, por ejemplo, está el filósofo Demócrito, que basándose en las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> su<br />
maestro Leucipo <strong>de</strong>sarrolló la teoría <strong>de</strong>l atomismo (aunque en un sentido muy distinto y que<br />
tiene que ver muy poco con las teorías físicas actuales), según la cual toda la realidad pue<strong>de</strong><br />
explicarse a partir <strong>de</strong> infinitos átomos (“partículas no divisibles”) que se mueven en el vacío,<br />
no por azar sino necesariamente. Todo lo que ocurre, ocurre, pues, según Demócrito, necesaria<br />
y mecánicamente. En otras palabras: la libertad no existe, es una pura ilusión que tenemos<br />
<strong>de</strong>bido a que no conocemos todos los factores que nos <strong>de</strong>terminan.<br />
Esta concepción materialista <strong>de</strong>l mundo también tuvo sus seguidores en la época romana<br />
(su mayor representante fue Lucrecio, con su obra De la naturaleza <strong>de</strong> las cosas), y en la medieval;<br />
y a partir <strong>de</strong> los siglos XVII y XVIII influyó en otras corrientes materialistas, entre<br />
ellas el empirismo, el positivismo, el darwinismo y el nihilismo.<br />
(El empirismo es la doctrina filosófica según la cual el fundamento <strong>de</strong>l conocimiento científico<br />
es la experiencia sensible. El positivismo, como <strong>de</strong>rivado <strong>de</strong>l empirismo, es la teoría que<br />
no admite otra realidad que los hechos ni otro tipo <strong>de</strong> investigación que no sean las relaciones<br />
existentes entre los hechos positivos. El darwinismo -la teoría <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> Darwin-,<br />
<strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que los organismos superiores proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> otros inferiores por la influencia <strong>de</strong> la<br />
selección natural y la lucha por la existencia. Y finalmente, el nihilismo, en el que se distinguen<br />
varios tipos, es, ontológicamente, una ten<strong>de</strong>ncia a la negación <strong>de</strong> la realidad o <strong>de</strong> cualquier<br />
principio estable, y epistemológicamente supone la negación y el rechazo <strong>de</strong> todo conocimiento<br />
fundado en verda<strong>de</strong>s generales; en el caso extremo, la negación radical <strong>de</strong> toda posibilidad<br />
<strong>de</strong> conocimiento. La historia <strong>de</strong>l nihilismo [con el que se emparenta el escepticismo],<br />
se extien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Gorgias hasta Schopenhauer y Nietzsche en la actualidad.)<br />
En todas estas variantes <strong>de</strong>l materialismo encontramos también algunos elementos comunes<br />
que las caracterizan: 1) en primer lugar, no existe, a diferencia <strong>de</strong>l caso anterior, un principio<br />
supremo o una inteligencia or<strong>de</strong>nadora superior al hombre; y todo lo que ocurre, ocurre<br />
por necesidad; 2) en segundo lugar, la actividad supuestamente espiritual es sólo resultado <strong>de</strong><br />
la actividad mecánica <strong>de</strong>l cuerpo, que es a su vez reducible a intercambios físicoquímicos <strong>de</strong><br />
materia y energía; 3) tercero, estos intercambios físicoquímicos son más complejos en el<br />
hombre que en el animal, pero <strong>de</strong> la misma naturaleza y obe<strong>de</strong>cen por tanto a las mismas leyes<br />
(esto significa, <strong>de</strong> hecho, negar la libertad); 4) y cuarto, como consecuencia <strong>de</strong> lo anterior,<br />
si la especie humana <strong>de</strong>sapareciera <strong>de</strong> la Tierra, en realidad nada especialmente importante se<br />
per<strong>de</strong>ría, ya que el hombre es sólo un elemento más <strong>de</strong> la Naturaleza, una especie como otra<br />
cualquiera <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l reino animal.<br />
Antropología <strong>de</strong> la Educación. Capítulos 1 y 2. Página 27