Primavera - Real Sociedad Canina de España
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GRUPOS ÉTNICOS<br />
Montería” <strong>de</strong> Alfonso XI <strong>de</strong>l Siglo XIV po<strong>de</strong>mos<br />
ver <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>nco y referencias<br />
al origen <strong>de</strong> la palabra, así como<br />
en el prólogo hecho por D. Antonio M. Fernán<strong>de</strong>z<br />
para “Diálogos <strong>de</strong> la Montería” <strong>de</strong><br />
Barahona <strong>de</strong> Soto. El “Tratado <strong>de</strong> la Montería”<br />
dice <strong>de</strong> los po<strong>de</strong>ncos:<br />
“...conejeros finos y aún algunos <strong>de</strong> traílla,<br />
pero pocos se hacen a ella, más comúnmente<br />
son buenos ventores para <strong>de</strong><br />
día y aún para <strong>de</strong> noche en las partes<br />
que no haya conejos, porque es lo suyo<br />
natural y siempre respon<strong>de</strong>n a ello, por<br />
encamados que sean. Son buenos rastreros,<br />
que sacando por rastro un conejo,<br />
que es cosa tan sutil, mejor sacara<br />
cualquier venado. Penetran en la maleza<br />
más que otros canes, por tres cosas: la<br />
primera porque tienen hechura para ello,<br />
la segunda porque son la mayor parte <strong>de</strong><br />
pelo grueso y no sienten la espesura <strong>de</strong>l<br />
monte, la tercera porque lo que no pue<strong>de</strong>n<br />
atravesar <strong>de</strong> la espesura, lo saltan<br />
con ligereza. La mayor parte entre estas<br />
cualida<strong>de</strong>s tienen dos faltas: que son<br />
medrosos y quejosos y quieren relatir,<br />
pero aún así digo que son buenos canes<br />
para toda suerte <strong>de</strong> tierras.”<br />
A<strong>de</strong>más D. Antonio M. Fernán<strong>de</strong>z nos<br />
dice, en el prólogo <strong>de</strong> “Diálogos <strong>de</strong> la<br />
Montería”: “Po<strong>de</strong>nco, como aparece en<br />
los Diálogos, es vocablo mucho más antiguo,<br />
apropiado y <strong>de</strong>scriptivo que otros<br />
nombres que a veces leemos, como sabueso,<br />
lebrel, cirneco, hound y sus equivalentes<br />
en los <strong>de</strong>más idiomas. Abarcaría<br />
las razas <strong>de</strong> un tronco común, <strong>de</strong><br />
orejas enhiestas, <strong>de</strong> apariencia muy<br />
semejante, y <strong>de</strong> funciones similares,<br />
que ocuparon, en época romana, gran<br />
parte <strong>de</strong> la cuenca <strong>de</strong>l Mediterráneo y<br />
algunas zonas cercanas (v. Fernán<strong>de</strong>z,<br />
2001) y permanecen aún en muchas<br />
<strong>de</strong> ellas. Y que, a diferencia <strong>de</strong> otras<br />
razas, se especializaron pronto en<br />
la caza <strong>de</strong> leporinos, utilizándose frecuentemente<br />
para la caza mayor, y que<br />
se caracterizan por po<strong>de</strong>r emplear en la<br />
caza simultáneamente y con gran eficiencia<br />
la vista, el oído y el olfato.”<br />
Por tanto, a todas luces y aprovechando<br />
la coyuntura histórica, todos los caminos<br />
nos llevan a Roma, sin duda, estamos<br />
ante un po<strong>de</strong>nco. Partiendo <strong>de</strong> esta i<strong>de</strong>a<br />
central <strong>de</strong> que tenemos un po<strong>de</strong>nco porque<br />
todas sus características físicas y venatorias<br />
nos llevan a ello y hasta los más<br />
neófitos viéndolos lo primero que dicen<br />
es que es un po<strong>de</strong>nco, nos centraremos<br />
en el concepto <strong>de</strong> raza. Enten<strong>de</strong>mos por<br />
raza (<strong>de</strong>finición propia no textual): “Conjunto<br />
<strong>de</strong> individuos que comparten unas<br />
características propias <strong>de</strong>finitorias y comunes<br />
entre ellos y que los diferencian<br />
<strong>de</strong> otras razas <strong>de</strong> la misma especie;<br />
siendo esas características transmisibles<br />
a la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia.” Pues bien, partiendo<br />
<strong>de</strong> que enten<strong>de</strong>mos que cumplimos este<br />
aspecto y en base a ello hemos <strong>de</strong>sarrollado<br />
un estándar y ese estándar como<br />
tal, hace un estudio <strong>de</strong> los ejemplares <strong>de</strong><br />
los que disponemos obteniendo los valores<br />
“medios” <strong>de</strong> la población existente<br />
y sobre estos valores medios, <strong>de</strong>sarrollamos<br />
un patrón que nos <strong>de</strong>scribe un<br />
i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> ejemplar morfológicamente hablando<br />
que, en <strong>de</strong>finitiva, no es más que<br />
una <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> lo que tenemos. Pues<br />
bien, olvidándonos <strong>de</strong> todas esas teorías<br />
existentes y aún conociendo la existencia<br />
<strong>de</strong> capas oritas en los cánidos primitivos,<br />
origen <strong>de</strong> estos po<strong>de</strong>ncos, <strong>de</strong>beríamos<br />
centrarnos a la hora <strong>de</strong> reconocer una<br />
posible raza en lo que actualmente tenemos<br />
porque, como se ha dicho anteriormente,<br />
las razas evolucionan y los estándares<br />
están vivos. “La raza no es una<br />
entidad estática, sino un proceso” (Dobzhansky).<br />
Sin importarnos lo que antes<br />
hubiera o no, ahora resulta que tenemos<br />
una posible raza (a todas luces es así)<br />
que se quiere reconocer y que presenta<br />
una capa orita en chocolate y en negro<br />
y esto es así porque lo constatamos en<br />
los ejemplares estudiados y se mantiene<br />
en las camadas que los criadores estamos<br />
criando. Con lo cual, cumplimos la<br />
<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> raza y hacemos un estándar<br />
como <strong>de</strong>be hacerse, en base a lo que<br />
tenemos, lo que incluye la capa orita en<br />
negro; no en base a lo que nos gustaría<br />
que hubiera, por <strong>de</strong>cirlo así.<br />
En el caso <strong>de</strong> la palabra Orito está claro<br />
por ser lo más <strong>de</strong>finitorio <strong>de</strong> la raza la disposición<br />
típica <strong>de</strong> los colores chocolate y<br />
dorado o negro y dorado. En el caso <strong>de</strong>l<br />
dorado, ese tono pue<strong>de</strong> ir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una intensidad<br />
muy baja hasta un dorado intenso,<br />
al igual que los tonos sobre todo en el<br />
caso <strong>de</strong>l chocolate. La capa orita, por <strong>de</strong>finición<br />
etnológica, correspon<strong>de</strong> a lo que<br />
tenemos en nuestros po<strong>de</strong>ncos. Diversos<br />
estudios científicos hablan sobre esta<br />
20 el perro en españa