Primavera - Real Sociedad Canina de España

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CAZA
Norte, Centro, Sur y Este de África y en
Asia. Hasta principios del siglo pasado
se le tuvo por una especie de lince, y por
eso se le llamó lince africano, y al asiático
lince persa y lince rojo. Ha recibido
distintos nombres científicos: Lynchus
melanotis, Felix caracal, y actualmente
Caracal caracal.
NUEVA INTERPRETACIÓN DE
UN MOSAICO ROMANO DE
NICOSIA DESCRITO COMO
“PERRO CON PERDIZ”
Figura 15.- “Caracales cazando. Grabado de ‘The Royal Natural History’ de Lydekker
(p. 434).”
el siglo XIV, los chipriotas llamaban al
lince de caza ‘carable’, corrupción de la
primera parte del nombre turco de este
animal, qarah qoulaq (orejas negras), 60
de donde hemos sacado caracal.” Estamos
de acuerdo con esta identificación,
que a nuestro juicio se sostiene por varias
razones de peso:
Como no era posible que un perro cazara
perdices, liebres y muflones por sí
solo, debía ser un felino de caza: el guepardo
o el caracal. Entre estos candidatos,
el mayor es el guepardo que mide
de 105 a 135 cm (sin contar la cola),
y pesa de 34 a 54 kg., mientras que el
caracal apenas llega al metro de longitud
y pesan de 6 a 19 kg. Al tener que
ser ‘a penas del tamaño de un zorro’,
que pesan de 6 a 7 kg., había de ser un
caracal, y además hembra, pues estas
son menores que los machos.
Tampoco pudo ser un guepardo, porque
el año anterior a la visita de Ogier de
Anglure, Nicola de Martoni dijo que Jaime
I de Lusignan tenía 24 ‘leopardos’, y
Ogier habló del carable en singular. Además
debía de tener suficientes noticias
de los ‘leopardos’ de caza como para
que uno le sorprendiese y al punto de no
saber darle su bien conocido nombre. El
abanico de presas del caracal comprende
holgadamente las del carable. Y por
último, ya que había de cazar perdices,
de entre todos los felinos, el especialista
en cazar aves es el caracal.
Caracal es su nombre moderno en Occidente,
y hoy se le encuentra en las
costas del Este del Mediterráneo, en el
La costumbre de tener felinos amaestrados
pudo haber llegado a Chipre
desde Egipto, ya que fue sometida por
el faraón Tutmosis III hacia el 1500
a.C., y la comunicación con el Delta del
Nilo fue frecuente durante el dominio
griego y romano de la isla.
La caza con caracal debió practicarse
allí desde muy antiguo, pues en el Museo
de Nicosia pudimos ver uno (fig.
17) en un mosaico romano de la época
imperial, con una inscripción en griego
donde se lee ¡Feria buena! (Φερἰα
καλἠ). Y, aunque se afirme en la nota
de la pared del museo, y en diversa publicaciones,
que representa una perra
con una perdiz, 61 después de examinar
con mayor atención las fotografías que
allí tomamos, y considerar lo expuesto
en este artículo, hoy creemos que se
trata de una hembra de caracal. Lo justifica
el que el musivario se esforzase
en resaltar sus uñas, que sobresalen
como es propio en los felinos. También
su expresión, su color y la inserción
de sus orejas. Y el que esté representada
con una perdiz chukar bajo una
de sus garras delanteras, con las que
el caracal atrapa las aves. Además, a
diferencia de los perros, los caracales
Figura 16.- “Caza de cabras salvajes con
sabuesos. Bestiario de Rochester (f.20r,
c. 1230). Londres, British Library.”
el perro en españa
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