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Casos de Estudio<br />

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el tipo de pigmentación, en las propiedades fisiológicas y en las tasas fotosintéticas y de crecimiento<br />

(Dawes et al., 1994; Peña y Zingmark, 2001; Aguirre von Wobeser et al., 2001).<br />

La especie ha sido introducida en varias regiones tropicales y subtropicales del mundo, principalmente<br />

para el desarrollo de cultivos de interés comercial. Particularmente, en países del área del Indopacífico,<br />

como Filipinas, Indonesia, Malasia y Tanzania, se producen alrededor de 1100 toneladas métricas de<br />

Kappaphycus y se estima que los ingresos de esta actividad beneficia a más de 85000 familias de<br />

pescadores de la región (Hurtado et al., 2001; Ask y Azanza, 2002; FAO, 2004). En Latinoamérica, los<br />

primeros reportes de la introducción de Kappaphycus para su cultivo se inician con las experiencias<br />

de Cuba (Areces, 1995), Venezuela (Rincones y Rubio, 1999), Brasil (Paula y Pereira, 2003) y México<br />

(Muñoz et al., 2004).<br />

En Colombia, la especie K. alvarezii es considerada una especie introducida (Bula-Meyer, 1989; Díaz-<br />

Pulido, 2003), ya que fue traída en el marco de las estrategias del aprovechamiento sostenible de recursos<br />

promisorios, desarrollada por el Instituto von Humboldt, para implementar ensayos de cultivo, como actividades<br />

productivas alternativas con comunidades locales en la península de La Guajira (Gallo y Rincones,<br />

2003; Díaz y Díaz, 2004; Peña et al., 2005). Experiencias de cultivos experimentales de macroalgas en<br />

Colombia, han sido documentadas por Bula (1989), Peña (1995) y Peña y Álvarez-León (2007), donde<br />

se hace un análisis de las potencialidades del cultivo de algas para el Caribe y Pacifico Colombiano. Se<br />

destacan algunos ensayos en el aprovechamiento de este recurso en el país, tales como Bula-Meyer y<br />

Newball (1993), quienes realizaron ensayos con el alga roja Grateulopia filicina (Criptonemiales) en área<br />

de Santa Marta, Caribe Colombiano. Peña et al. (2006) reportan resultados preliminares de ensayos de<br />

crecimiento de Gracilaria mamilaris en sistema de cuerdas en Providencia y Santa Catalina, en el marco<br />

de la estrategia de desarrollo sostenible de la Corporación CORALINA y el acompañamiento de la Fundación<br />

Arboles y Arrecifes con pescadores locales de la isla. Delgadillo y Newmark (2008) adelantaron<br />

experiencias de cultivos de Gracilaria sp. en bahía Portete, alta Guajira. En el Pacifico colombiano, Peña et<br />

al. (2006) registraron resultados de ensayos preliminares de cultivo de las algas rojas Catenella impudica<br />

(Gigartinales) y Bostrychia calliptera (Rhodomelaceae), especies altamente promisorias por la abundancia<br />

de sus poblaciones naturales en los esteros de la región y por las características de pureza y gelificación<br />

del polisacárido carragenina tipo kappa y la presencia de bioactividad en sus extractos (Peña et al., 1996;<br />

Lenis et al., 2007; Peña y Álvarez-León, 2007; Peña, 2008). Estos ensayos han sido en su mayoría a escala<br />

experimental, utilizando métodos convencionales y usados ampliamente en el continente asiático, tales<br />

como la propagación vegetativa de las frondes en soportes artificiales y la dispersión de esporas sobre<br />

cuerdas en sistemas flotantes (Peña y Álvarez-León, 2007).<br />

El presente trabajo documenta las experiencias de la introducción y cultivo de K. alvarezii en Colombia<br />

y analiza igualmente las implicaciones de su establecimiento como una especie exótica en el país.<br />

Sinopsis de la especie<br />

Kappaphycus alvarezii (Doty) es un alga roja de distribución tropical (Fig. 1). Su apariencia es de tipo carnosa,<br />

con ramificaciones irregulares, sin espinas en verticilos, con algunas espinas dispersas en las ramas<br />

no agrupadas (Díaz-Pulido y Díaz, 2004). El talo del alga puede presentar variedad de coloración, marrón<br />

claro o verde, dependiendo de las líneas fenotípicas presentes. Puede alcanzar una talla hasta de 100 cm<br />

de longitud y se encuentra cerca de las áreas coralinas hasta los 17 m de profundidad. Fragmentos de la<br />

planta pueden flotar en aguas superficiales sin necesidad de fijar su talo a un sustrato (Doty, 1985).

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