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Cuentos de empresa<br />

Jorge Maza Miguel. Grupo Piquer – Piquer Empresas<br />

jorgemaza@grupopiquer.com / @mazajor<br />

Actualidad<br />

SOBRE RUEDAS LLEGARÁS MÁS LEJOS<br />

Queridos lectores: me complace saludaros una vez más en esta nueva entrega de cuentos de empresa. En esta ocasión, la historia no contará nada sobre un área empresarial<br />

concreta, como las ventas, o de ninguna actitud necesaria para las organizaciones, como el espíritu emprendedor.<br />

Este cuento hablará de una combinación de sentido común, pragmatismo, orden, cultura empresarial… tratará ese compendio de pequeños detalles que hacen que en nuestra<br />

vida y en las empresas, podamos marcar la diferencia: la calidad. ¡Empieza nuestra historia!<br />

Era primavera, las cuatro de la tarde, y Ana se disponía a<br />

entreabrir la persiana de su tienda de bicicletas. Antes de<br />

que llegara, ya estaban esperándola como siempre sus<br />

“pedales”, que era como llamaba a sus fieles empleados,<br />

la mayor parte de ellos compañeros de fatigas<br />

durante años.<br />

Antes de abrir definitivamente al público, durante<br />

media hora, echaban un primer vistazo<br />

a la tienda y se aseguraban de que todo<br />

estuviese bien: orden, limpieza... Tras haber<br />

pasado revista al negocio, abría “Ciclos Abad”<br />

al público como siempre.<br />

“Ciclos Abad” llevaba abierto desde hacía<br />

quince años en la comarca. Ana Abad, entonces<br />

famosa ciclista local, tras dejar de<br />

competir, decidió compartir su pasión por<br />

los pedales con los demás montando una<br />

tienda de bicis. Ayudada por su padre Ricardo,<br />

respetado empresario y fundador a su vez<br />

de “Almacenes Abad”, estableció su propio negocio llena de ganas e ilusión. Ser conocida<br />

y experta en lo que vendía le ayudó mucho en la marcha de su empresa, y propició que<br />

progresivamente fuera creciendo ésta hasta convertirse en una referencia en la zona y sus<br />

alrededores. Sin embargo, 15 años después, a las 16:55 horas de la tarde, Ana resoplaba tras<br />

el mostrador a la espera de algún amante del pedaleo y pensaba para sí: “Parece mentira:<br />

un montón de bicis paradas, el taller tranquilo y no entra nadie…A ver si este bache pasa<br />

pronto…” En ese momento de resoplar, entró sonriente una visita que alegraría la tarde a<br />

Ana y a “sus pedales”:<br />

- “¡Buenos días, muchachos!”.<br />

–“¡Buenos días, Don Ricardo!”, contestaron todos los empleados, que andaban cerca. Los<br />

“pedales” de Ana conocían y respetaban a su padre, quien había hecho su inesperada y agradable<br />

aparición en la tienda.<br />

-“¡Padre! Buenos días, ¡cuánto me alegra que te dejes caer por aquí! ¿De recados por la<br />

zona?”, dijo Ana saliendo del mostrador para recibirle.<br />

-“Estaba dando una vuelta y me apeteció venir a hacerte una visita. ¿Cómo va todo por aquí?<br />

¿Marcha bien la cosa?”, preguntó don Ricardo con interés.<br />

-“Bueno, me imagino que no nos podemos quejar, dadas las circunstancias. Ha bajado algo el<br />

ritmo y parece que está un poco parada la actividad”, contestaba la exciclista con cierto tono<br />

de resignación. Su padre, de gran agilidad mental, notó cierta desilusión en sus palabras y<br />

veía algo desinflada a su pequeña.<br />

-“¿Qué pasa hija?, ¿necesitas ayuda? Ya sabes que, aunque ya solo soy un jubilado, quien<br />

tuvo, retuvo, y me tienes para cuanto quieras”, le decía con cariño Don Ricardo a su niña.<br />

Ana se quedó unos segundos pensativa y a continuación cogió la chaqueta y, sin pensarlo,<br />

dijo: “Chicos, voy un momento con mi padre y vuelvo en unos minutos, ¿de acuerdo?”. Sabiendo<br />

que dejaba la tienda en buenas manos, salieron mientras ella le decía: “¿Tienes un rato<br />

y charlamos tomando un café?”. Con un cálido asentimiento de Don Ricardo, ella tomó a su<br />

padre por el hombro y ambos fueron a sentarse a una terraza.<br />

Allí, Ana empezó a compartir sus inquietudes con la<br />

persona a la que más respetaba: -“Trabajo sin horario,<br />

tengo la mayor variedad de bicicletas posible,<br />

y con precios muy bajos. Hago muchas cosas por<br />

sacar el negocio y, además, cuento con un equipo<br />

bueno y experto. Sin embargo siento que la tienda,<br />

aunque se mantiene, no avanza. Padre, tú<br />

llevaste con éxito los almacenes durante años,<br />

¿cómo conseguiste que funcionaran tan bien y<br />

fueran creciendo durante años?”. A lo que su<br />

padre le contestó: -“Hija, creo que no te puedo<br />

dar ninguna fórmula mágica, pero algo que fui<br />

aprendiendo durante el paso de los años es que, a<br />

veces, el que salgan bien las cosas no depende ni de<br />

que hagas muchas horas, ni de que cuesten menos las<br />

bicis a los demás. Aprendí que, más allá de la importancia de lo que tienes o lo que haces, es<br />

cómo lo haces y saber para qué lo haces. Eso marcará la diferencia con los demás.”<br />

Aunque a todas vistas parecieran obvias las observaciones de su padre, Ana se quedó pensativa<br />

con lo que Ricardo le decía y le preguntó: -“Y si fueses tú ¿qué harías papá? ¿Cómo<br />

llevarías la empresa? La verdad es que estoy algo perdida…” a lo que su padre, de manera<br />

clara y concisa le contestó: “Con calidad, hija mía”. Pidió al camarero papel y boli y continuó,<br />

ya escribiendo, con un:-“Voy a tratar de explicarte cómo lo haría tu padre. Te darás cuenta de<br />

que, al final, es puro sentido común”:<br />

“A finales de los 80 decidí que los almacenes tenían que ser gestionados de manera que<br />

fueran buenos para mis clientes, para mis empleados y para mi negocio, así que hice que<br />

todas mis decisiones fueran encaminadas a esto. En primer lugar, los almacenes tenían que<br />

estar orientados a resultados, algunos clave (facturación, venta media por cada ticket de<br />

compra...). Tú, hija, piensa esto: si concretas qué quieres conseguir y en qué puedes verlo, te<br />

será mucho más fácil el llegar a ello.”<br />

-“Pero padre, eso está claro; sin embargo a veces me siento muy sola llevando todo, tirando<br />

del carro… Aunque mis “pedales” me ayudan mucho, eso no siempre vale para que el cliente<br />

vuelva o se vaya contento, por ejemplo…”- replicó Ana con cierta desazón.<br />

-“Claro, hija”-contestó Ricardo- no solo los frutos en los que tienes que fijarte son económicos<br />

o para tu negocio. A veces tienes que hacer crecer a tus personas y conseguir resultados<br />

con ellas, para que estas a su vez hagan aumentar tus clientes y generen resultados con<br />

ellos. Si miras por el bien de tu gente, y por el de tus clientes, estarás haciendo bien a todos”.<br />

- “Ya padre, pero eso ¿cómo lo hago?”- Seguía Ana replicando con evidente desesperación.<br />

-“Si tienes claro qué quieres conseguir (resultados) y para quién los quieres conseguir (tus<br />

clientes, tus equipos, la sociedad), tendrás que diseñar primero<br />

las pautas para dirigir a tu gente, a tu empresa, hacia<br />

los fines que persigues. Remángate y lidera hacia la<br />

dirección que marques ¿Cómo?<br />

• Primero: fija la estrategia que seguir, y los valores<br />

que cumplir y hacia los que debéis caminar todos.<br />

• Segundo: rodéate siempre de los mejores y haz que<br />

hagan lo que mejor saben hacer. Eso sé que lo tienes.<br />

• Y tercero: selecciona siempre a buenos aliados;<br />

suma con otros marcando bien en qué os complementáis<br />

y apóyate con los recursos externos que más<br />

te aporten.<br />

-”Eso sí, traza y marca muy bien los procedimientos<br />

con tu equipo, los procedimientos necesarios para<br />

cumplir tu estrategia, y seguir unas buenas pautas<br />

con los aliados. Esos procesos te costará diseñarlos<br />

pero luego ayudarán a tu empresa a crecer de<br />

manera más natural y a ti a dirigirla, ¿no lo crees,<br />

Anita?”<br />

“Entiendo padre. Creo que tengo que replantearme la estrategia otra vez y fijarla bien clara<br />

para mí, para mi empresa, y para mi gente. Estoy convencida de que, si fijo bien la dirección,<br />

marco la estrategia y una política de empresa precisa , trazando correctamente las directrices<br />

con mis personas y aliados, estarán claros los agentes principales para conseguir los resultados,<br />

tanto para mis cliente, como para mi propio equipo, y en general para la empresa”.<br />

-“Y, sobre todo, fija bien los procedimientos, aunque te cueste al principio, serán como el<br />

esqueleto de tu negocio, lo que sostendrá las actividades.”- le contestaba su padre.<br />

-“Eso haré. También tengo que sentarme a pensar en los resultados, lo que quiero conseguir.<br />

Marcarlos de la manera más concreta posible para lograr alcanzarlos en un tiempo<br />

determinado. De esa manera podré ver en el tiempo si lo que me proponía lo he conseguido,<br />

y en qué medida”.<br />

-“Y lo más importante,-apostilló Ricardo-<br />

que los resultados te sirvan<br />

no solo para ver dónde estés en ese<br />

momento, sino para aprender de<br />

ellos y poder cambiar y evolucionar<br />

en tu empresa, hacer cosas nuevas,<br />

innovar. Los resultados no valen<br />

solo para saber por qué han sucedido<br />

las cosas, sino para qué te pueden<br />

servir en un futuro.”<br />

Tras estas palabras, Ana cogió el<br />

papel que había ido escribiendo<br />

su padre y vio que, casi sin darse<br />

cuenta, tenía claros los pasos fundamentales<br />

que tenía que dar. Si<br />

algo aprendió ese día Ana es que<br />

lo que marca la diferencia, lo que te<br />

empuja hacia la excelencia, es cómo<br />

haces las cosas: una cuestión de<br />

calidad.<br />

Cerca de 1.000 productos gourmet aragoneses<br />

ya se disfrutan en el Medio Oriente<br />

La empresa zaragozana Mariscal<br />

& Sarroca, especializada en la<br />

venta de productos gourmet, está<br />

conquistando el Golfo Pérsico. Su<br />

aceite con oro es ya producto estrella en la<br />

Global Village de Dubái, siendo la compañía<br />

la única que comercializa esta delicatesen<br />

en dicha feria. Otros artículos aragoneses<br />

como el azafrán o el queso están también<br />

triunfando en varios puntos del Medio<br />

Oriente. En concreto, más de 500 botellas de<br />

aceite extra virgen, aceite con oro y azafrán<br />

y más de 300 quesos de Albarracín ya se encuentran<br />

allí.<br />

Yolanda Sarroca, co-fundadora de la marca<br />

internacional, explica que fueron “circunstancias<br />

personales” las que llevaron a su<br />

marido, Antonio Mariscal, y a ella a crear la<br />

empresa: “Ambos habíamos trabajado en el<br />

extranjero y tenemos amigos viviendo como<br />

‘expatriados’ en muchos lugares, sabíamos<br />

lo que era extrañar la gastronomía española”,<br />

en especial, cuenta Sarroca, los productos<br />

de alta gama, pues “no se encuentran<br />

fácilmente en el mercado”. Así, la compañía<br />

desde el inicio tuvo una vocación exportadora,<br />

“nacimos internacionales”, afirma.<br />

La marca, que en un principio centró sus<br />

ventas en Reino Unido, está experimentando<br />

una expansión hacia el Golfo Pérsico,<br />

concretamente en Dubái, Qatar, Abu Dabi y<br />

Bahrain. Con sus productos exclusivos de la<br />

mejor calidad, que comercializa bajo su marca<br />

propia o bien a través de otras empresas<br />

productoras, a través de su plataforma online<br />

Gourmetfoodspain, está trabajando para<br />

posicionarse como referente de la gastronomía<br />

aragonesa y española en el extranjero.<br />

“Vendemos productos únicos, los propios y<br />

los de las marcas de las que somos embajadores,<br />

que suelen ser productores pequeños<br />

que con sus propios recursos financieros no<br />

pueden salir al exterior”, declara Sarroca.<br />

Los productos de Mariscal & Sarroca se comercializan<br />

a través de su portal y distribuidores<br />

para tener presencia física en tiendas,<br />

sobre todo en Reino Unido y especialmente<br />

en Londres, y se ha logrado asimismo<br />

la venta puntual en lugares como Suiza<br />

o Alemania. Entre los productos gourmet<br />

que la empresa comercializa se encuentran<br />

aceites, vinos, quesos del Moncayo, quesos<br />

de Albarracín, azafrán del Jiloca, membrillo,<br />

jamón de bellota o embutidos ibéricos, que<br />

son difíciles de encontrar fuera de España.<br />

El aceite con oro es unos de los productos<br />

“más llamativos del stand en la Global Village”,<br />

subraya Sarroca, explicando que “gusta<br />

tanto por el contenido como por el envase y<br />

todo el mundo está dispuesto a comprarlo, a<br />

pesar de ser uno de los productos alimenticios<br />

más caros del pabellón español”. Fuera<br />

de la Global Village, asegura, “estamos seguros<br />

de que se va a posicionar en los mejores<br />

hoteles y puntos de venta de la zona”.<br />

“El mundo de la exportación es un mundo<br />

muy difícil, aunque parezca que exportar<br />

puede ser fácil cuando tienes un buen producto”,<br />

declara Sarroca. “Hay que hacer un<br />

sacrificio muy importante en inversiones,<br />

pero, sobre todo, en tiempo. Los sacrificios<br />

personales son enormes”, añade. Sin<br />

embargo, los co-fundadores de Mariscal &<br />

Sarroca cuentan con una ventaja: “Cuando<br />

creamos la empresa lo hicimos con una<br />

motivación muy clara, con un objetivo sentimental,<br />

y es que ésta fuera el futuro de<br />

nuestros hijos, que son los únicos que son<br />

realmente Mariscal y Sarroca”. “Por eso los<br />

esfuerzos son más llevaderos”, concluye la<br />

co-fundadora de la marca.<br />

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