Sant Jordi’15

UNA PÉRDIDA INESPERADA
¿No es curioso como el futuro de una persona puede cambiar en únicamente un
segundo? ¿En un pequeño acto? ¿En una simple palabra?
La historia que ahora os contaré es algo que lo demuestra.
Yo tenía 19 años y vivía en Barcelona junto a mi familía. Mi madre era alta y pelirroja,
trabajaba de médico en el Hospital Central de la ciudad. Mi padre era rubio y con ojos
azules; siempre le decía que sus ojos eran los más bonitos del mundo, realmente me
encantaban. Él trabajaba en el mismo hospital que mi madre, allí fué donde se
conocieron. También tenía un hermano mellizo pelirrojo y con pecas, igual que yo. De
pequeños siempre nos decían que parecíamos la misma persona, porqué no solamente
éramos muy iguales físicamente, sinó que también nos parecíamos mucho en nuestra
forma de ser y de pensar. A los dos nos gustaban las mismas cosas, íbamos a la misma
escuela y posteriormente al mismo instituto. Teníamos, incluso, el mismo grupo de
amigos.
Sinceramente me cansaba un poco ser tan iguales, a menudo me daba la sensación
de ser un clon. Ésto me molestaba bastante porque quería ser una persona con mi
propia personalidad y pensamiento.
Fué en ese verano, concretamente en el mes de Junio que a mi padre se le ocurrió
organizar un viaje familiar ya que hacía muchos años que no viajábamos a otro sitio,
que no fuese el pueblo de nuestros abuelos.
Mi madre tuvo una idea para elegir el lugar donde pasaríamos nuestro verano.
Consistía en que cada uno de nosotros propusiera un lugar y luego juntos pensaríamos
cual nos gustaba más. Papá propuso Francia, dijo que era un lugar precioso y que no
era necesario viajar lejos para ver lugares bonitos. Mi hermano propuso ir a Italia, igual
que mi madre. Yo, en cambio, propuse viajar a Estados Unidos (pero no coló).
Finalmente ganó la propuesta de mi hermano y mi madre.
Todo estaba preparado, iríamos desde el 1 hasta el 14 de Agosto.
Ya había llegado el día tan esperado. Las ganas de viajar y el dejar atrás los exámenes,
los trabajos y todo el estrés, corrían por mis venas...
Estábamos en el aeropuerto esperando en la cola del control de equipaje cuando
recibí una llamada de mi mejor amiga. Marta me decía que la habían aceptado en
una universidad muy importante en Alemania. En su voz se podía percibir su emoción y
orgullo. Ella llevaba mucho tiempo esperando la respuesta de aceptación de esa
universidad y me alegraba muchísimo que la hubiesen aceptado aún sabiendo lo que
representaría el hecho que ya no podríamos compartir las clases, cotilleos... al fin y al
cabo era como una hermana para mi. Al terminar de contármelo todo me dijo que su
vuelo salia el dia 11 y que por eso me llamaba, porque justo coincidia en el tiempo que
yo estaría de vacaciones con mi familia.
Me suplicó que me quedara, no podía irme sin despedirme , me decía. Les conté todo
a mi familia y dijeron que lo entendían, y que debía quedarme para aprovechar el
poco tiempo que me quedaba con ella.
23