Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
En el fondo la idea de quedarme<br />
no me acavaba de convencer,<br />
aún sabiendo que era lo correcto.<br />
Sentía un nudo en el estómago<br />
que me hacía sentir culpable al<br />
no ir con mi familía a aquel viaje<br />
tan esperado.<br />
Me estaba despidiendo de mi<br />
hermano cuando me dijo –Eh, no<br />
te preocupes, nos las apañaremos<br />
sin ti. Por cierto, dale recuerdos de<br />
mi parte a Marta ¿vale? – dijo con<br />
una sonrisa amistosa mientras me<br />
abrazaba con fuerza.<br />
Al día siguiente estaba un poco<br />
preocupada, porque había<br />
llamado a mi familía y no me<br />
respondían, pero pensaba –debe<br />
de ser la cobertura, o que no han<br />
encontrado tiempo para nada–,<br />
pero no me lo creía ni yo misma.<br />
Había quedado con Marta en la<br />
Plaça Catalunya a las 18h. Justo<br />
estaba bajando las escaleras de<br />
mi portal a toda prisa para no<br />
hacerla esperar, cuando ví que un<br />
coche de policía estaba<br />
aparcado justo delante de<br />
nuestra casa. Salí del portal<br />
mirando al policía del coche<br />
intentando averiguar lo que<br />
pasaba. Él hizo lo mismo. Primero<br />
miró una foto que llevaba en la<br />
mano y luego a mi, rápidamente<br />
se acerco y me dijo –¿Disculpa, te<br />
llamas Sílvia verdad? ¿Sílvia<br />
Fernandez?–<br />
Me explicó que el avión donde viajaba mi familía<br />
había tenido un accidente y que sólamente había<br />
habido 5 supervivientes que se encontraban en<br />
estado crítico. En ese momento no sentí otra cosa<br />
que no fuera dolor. Empecé a verlo todo borroso y al<br />
cabo de pocos segundos sentí como las lágrimas me<br />
acariciaban lentamente las mejillas. Era horrible, no<br />
podía soportarlo. Sentía un fuerte dolor en el pecho<br />
que parecía infinito. Empecé a recordar los últimos<br />
momentos a su lado... Me sentía culpable por<br />
quejarme de mi hermano porque lo compartíamos<br />
casi todo juntos y ahora ya nunca jamás podría<br />
volver a compartir nada con él ni siquiera un simple<br />
abrazo. Me arrepentía muchísimo de no haber<br />
valorado lo que tenía, todo lo que tenía... hay una<br />
frase muy acertada para esta situación: –No nos<br />
damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo<br />
perdemos–.<br />
Nunca sabemos cuando será la última vez que<br />
veremos a alguien, el futuro puede canviar en<br />
cualquier momento. Por eso debemos aprender a<br />
valorar a las personas y aprovechar al máximo<br />
todos los buenos momentos vividos. Porque quizás,<br />
cuando nos demos cuenta, ya será demasiado tarde<br />
para poder apreciarlo.<br />
En aquel instante no comprendía<br />
nada, –¿Por qué aquél policía<br />
sabía mi nombre? ¿Y por qué me<br />
buscaba? –. No tuvo que pasar<br />
mucho tiempo para que lo<br />
comprendiera. Empezó con un –lo<br />
siento mucho– después de esta<br />
frase nunca viene nada bueno.<br />
24