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28<br />
Cultura<br />
<strong>cnt</strong> n°360 octubre 2009<br />
cine<br />
Cuando la soledad no es sólo una<br />
cosa veraniega<br />
Vacaciones de ferragosto<br />
2008, Drama<br />
Director: Gianni Di Gregorio<br />
Guión: Gianni Di Gregorio<br />
Música: Ratchev&Carratello<br />
Fotografía: Gian Enrico Bianchi<br />
Intérpretes: Gianni Di Gregorio (Gianni), Valeria De<br />
Franciscis (madre de Gianni), Marina Cacciotti (madre<br />
de Luigi), Maria Calìzia (Maria), Grazia Cesarini Sforza<br />
(Grazia), Alfonso Santagata (Alfonso<br />
Germinal<br />
Dice Jean-Pierre Mocky que la ignorancia de los<br />
actuales cineastas y críticos permite situaciones<br />
tales como que pocos hayan hecho referencias<br />
a las similitudes existentes entre la<br />
“oscarizada” La vida es bella de Roberto<br />
Benigni y The Day the Clown Cried (algo así como “El día en<br />
el que el payaso lloró”) la película maldita del cómico norteamericano<br />
Jerry Lewis. No sólo no se ha estrenado nunca<br />
sino que, incluso, algunos desmintieron hasta su existencia.<br />
No es este el caso de Gianni Di Gregorio que ha recorrido,<br />
durante más de veinte años, casi todos los escalones del<br />
mundo cinematográfico sea delante y detrás de la cámara<br />
y fuera de ella: guionista, actor, director de casting, ayudante<br />
de dirección… hasta que el año pasado dio el salto<br />
dirigiendo su primera película: Pranzo di ferragosto. La película<br />
que ahora se estrena con el nombre de Vacaciones de<br />
ferragosto. Como todo el mundo sabe “ferragosto” (“ferii<br />
Augusti”) son los días centrales del mes de agosto que, en<br />
Italia, significa la paralización total de la actividad ciudadana.<br />
Antes para celebrar el fin de las faenas agrícolas y<br />
ahora, para los católicos, el día de la asunción a los cielos<br />
de María, la madre de Jesucristo. Unos días en los que sólo<br />
arrastran sus sandalias por las calles ítalas los turistas.<br />
Di Gregorio, aprovechando tan señaladas fechas, ha elaborado<br />
un ingenioso argumento –inspirado en experiencias<br />
personales, pues ya se sabe que la realidad siempre supera<br />
a la imaginación, en el que una familia ahogada –formada<br />
por su hijo de cierta edad y rentista y su madre viuda- se<br />
ve obligada, para saldar deudas, a acoger en su casa esos<br />
días a las ancianas madres y tía del administrador y a la<br />
madre del médico, amigo personal. El relato de la convivencia<br />
plantea una cuestión candente y contradictoria de<br />
esta sociedad que padecemos: a la vez que nos vanagloriamos<br />
de las cada vez más alta esperanza de vida, nos deshacemos,<br />
como de muebles viejos, de esas mismas personas<br />
considerándolas inservibles. Un fenómeno paralelo a la más<br />
tardía consideración de “adulto” y la más temprana liquidación<br />
de la vida laboral a base de prejubilaciones y demás<br />
(al menos hasta recientemente). De forma que podemos<br />
leer como un “joven de treinta y tantos años” será expulsado<br />
del mercado laboral “por viejo” a los cincuenta y pocos.<br />
Una película que está entre la ficción y el <strong>document</strong>al,<br />
entendiendo estos géneros como algo diferentes, si es que<br />
lo son. Una percepción que recoge la hábil colocación de la<br />
cámara, el que los protagonistas o no son profesionales<br />
–caso de las cuatro ancianas- o son en la vida real colegas<br />
de Di Gregorio. Pero sobre todo de ella salen efluvios de<br />
“verdad”. Entendiendo el término como expresión de lo que<br />
alguien honestamente nos quiere transmitir. No se trata de<br />
una “comedia de situación” televisiva sino la obra, escrita<br />
no sin cierta melancolía, de unos personajes que se enfrentan<br />
al terrible ferragosto, que les pone aún más de manifiesto<br />
sus soledades –una a una, no todas son las mismasdesde<br />
sus miserables vidas.<br />
Hace tiempo se acuñó un término para definir a un cierto<br />
tipo de películas italianas: “realismo mágico”. Para situar<br />
al lector me refiero a películas como La ronda del placer<br />
(1974) de Marcello Fondato, Perfume de mujer (1974) de<br />
Dino Risi o la propia Amarcord (1973) de Fellini. ¡Buena<br />
cosecha la del 73-74! Aunque, así de pronto, Vacaciones de<br />
ferragosto parezca más verista que mágica. Pienso que es<br />
una comedia mágica por estar situada en los límites de las<br />
situaciones que se consideran “normales” (uno cree que<br />
cada vez seremos más los “menos normales”), por acercarse<br />
a lo cotidiano y por su final abierto, en el momento justo.<br />
No suele ser habitual que lleguen por las pantallas de<br />
estas tierras las muchas y muy interesantes películas producidas<br />
en la Unión, la Europea, no la otra, la del imperio<br />
que coloniza la mayor parte de las salas exhibidoras. Es el<br />
caso del cine italiano, casi desaparecido en esta lucha desigual.<br />
Claro que para los hacedores de “entretenimiento” no<br />
tiene el menor interés mostrar las miserias de una sociedad<br />
que predica el egoísmo como su mayor valor. Los enemigos<br />
internos son los que acaban por derribar los más<br />
fuertes imperios. Por eso siempre hay que buscarlos externos,<br />
en el espacio exterior o en Irán, por ejemplo.<br />
Cantautores por la libertad<br />
Pascual González (Comisión del CeNTenario)<br />
En 1910, mientras los obreros españoles fundan<br />
una nueva organización, a la que llamarán<br />
Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que<br />
continúe la tradición de lucha y la vinculen de<br />
nuevo a la Asociación Internacional de los<br />
Trabajadores (AIT), un tipo llamado Joe Hill se afiliaba a<br />
la Industrial Workers of the World (IWW) en California.<br />
Había llegado de Suecia a principios de siglo (del XX, claro),<br />
con un nombre complicado, Joel Emmanuel Hägglund que<br />
cambió por el de Joseph Hillström. Había aprendido a tocar<br />
varios instrumentos y pensó que la música podía resultar<br />
una buena fórmula para difundir las huelgas (como la de<br />
los trabajadores del muelle de San Pedro) y otras luchas de<br />
su nuevo sindicato, sin olvidar otras peleas más políticas<br />
(en 1911, se encuentra en Tijuana, México con los insurrectos<br />
contra la dictadura de Porfirio Díaz). Las melodías<br />
serían, frecuentemente, canciones populares de la época<br />
a las que adaptará letras reivindicativas y pegadizas que<br />
se convertían rápidamente en himnos obreros. Vetado en<br />
muchos trabajos por su activismo, emigró a Utah donde los<br />
poderosos habituales no tardaron en encontrar una excusa<br />
para asesinarle. “Disparen”, les dijo,después de recomendar<br />
a sus compañeros “wobblies” : ”No pierdan su<br />
tiempo con lutos. Organícense”.<br />
Desde entonces, muchos otros cantautores pusieron su<br />
música al servicio de las denuncias y luchas sindicales.<br />
Militante también de la IWW y quizás el más destacado,<br />
fue Woody Guthrie. Su tema más conocido fue “This land<br />
is your land”. Conoció a Pete Seeger, con quién se unió a<br />
los Almanac Singers, haciendo giras conjuntas y trasladándose<br />
a vivir a la cooperativa Almanac House, en el<br />
Greenwich Village neoyorkino. Enrolado en un ambiente<br />
izquierdista, cantó canciones pacifistas, pero igualmente<br />
era beligerante en su militancia, escribiendo una leyenda<br />
en su guitarra que se haría famosa: “esta máquina mata<br />
fascistas”. Tuvo una gran influencia en los músicos del folk<br />
norteamericano como Phils Och, Tom Rush o Tom Paxton,<br />
sin olvidar a uno de sus hijos (Arlo) importante cantautor<br />
igualmente. No podemos dejar de lado, tampoco, a dos<br />
personajes como Joan Baez, que tuvo un importante papel<br />
en la lucha contra la segregación, los derechos civiles y,<br />
sobre todo, contra la guerra de Vietnam, en una de cuyas<br />
protestas fue arrestada, y con una hermosa versión de la<br />
balada para Sacco y Vanzetti, o al Bob dylan de la primera<br />
época, cuando escribió gran cantidad de canciones contra<br />
la pobreza (“Balado de Hollis Brown” o “Solo un<br />
vagabundo”), el racismo (“La muerte de Emmett Till”), las<br />
cárceles (“Las murallas de Red Wing” o “George Jackson”),<br />
el fascismo (“John Birch society blues”), antimilitaristas