Edición 21 de Mayo de 2015

2 Diario Co Latino
Monseñor Oscar Arnulfo Romero
Jueves 21 de mayo de 2015
SAN ROMERO DE AMÉRICA
Monseñor Romero, desde un pueblo
humilde hacia la santidad
Texto: David Martínez
Fotografías: Rodrigo Sura
“Asimismo, como
todo ser humano le
gustaba la música,
y cuando habían eventos
lo invitaban y los pobladores
iban con guitarras a
cantar a las celebraciones,
además de los tradicionales
mariachis.
Una excelente persona, quien bajo
la sotana llevaba su cartera para
darle al más necesitado”, comenta
“Don Chema”.
Una de sus anécdotas fue cuando
Monseñor ofició un bautismo
en una comunidad ubicada por el
Puente de Oro, evento en el que el
Monumento frente a la iglesia central de Ciudad Barrios, San Miguel.
A
160 kilómetros de la capital
se encuentra Ciudad
Barrios, un pueblo de San
Miguel que en su pequeño casco
urbano aún conserva calles
empedradas y un espíritu de
devoción hacia un personaje
reconocido mundialmente por
Dirección
Francisco Elías Valencia
Coordinación
Wilfredo Lara
Textos fotos
Equipo Fotográfico
Diseño
Maritza Elizabeth Zepeda
Francisco Ottoniel Portillo
su liderazgo, empatía y cercanía
con los más oprimidos de
una sociedad desigual.
Nos referimos a ese hombre
que vio la luz un 15 de agosto
de 1917 en dicha ciudad, que a
los 13 años ingresó al seminario
menor de San Miguel para
iniciar su travesía religiosa. Fue
ordenado sacerdote a los 24
años de edad y así comenzó su
largo camino eclesiástico hasta
que el 3 de febrero de 1977 fue
nombrado arzobispo de San
Salvador.
Su nombre: Óscar Arnulfo Romero,
quien el próximo sábado
será beatificado por parte de
la alta jerarquía de la iglesia
católica.
Actualmente conocemos a ese
Romero que predicó la palabra
de Dios y la puso en práctica
como verdaderamente se tiene
que hacer: buscando justicia por
quienes sufren las injusticias
y las desigualdades sociales.
Pero ¿Cómo era ese Romero
Humano? ¿Qué le gustaba
hacer? Eso solo nos lo pueden
contar personas que estuvieron
a su lado, como Jorge
Alberto Hernández, conocido
como “Don Chema”, quien
convivió con Romero, ese que
los salvadoreños y ciudadanos
de otras latitudes le hicieron
santo desde hace ya 35 años.
Don “chema” y Romero se
conocieron en Santiago de María,
cuando este último estaba
destacado en esa arquidiócesis.
Hernández lo define como
un hombre muy comunicador,
estricto con el sacerdocio, un
excelente dirigente católico,
lleno de bondad; un hombre
que le gustaba la música y la
cultura.
“Cuando almorzábamos nos
ponía música de Beethoven,
platicaba de todo, le gustaban
lo artístico, era admirador de
grandes pintores, de la cultura
en general. También era un
hombre muy simpático.
Copia de la partida de nacimiento de Monseñor Oscar Arnulfo Romero.