mísia FADOS TEATRO ALBÉNIZ - c/ Paz, 11 sábado 1 nov. - 20:30 h. - 15 a 20 €
Desde sus primeros éxitos, hace ahora quince años, esta cantante no ha dejado de buscar novedades con las que revestir sus espectáculos. El pasado año fue momento de reinventar la ciudad de Lisboa, porque “Lisboarium”, el proyecto que presentaba, es un sueño. El sueño de una Lisboa vivida en la lejanía. Esta aspiración coincide con la de Hemmingway, que afirmaba que sólo podía escribir sobre Estados Unidos cuando se encontraba en Europa. Y en ese <strong>int</strong>ento de buscar el hecho diferencial, bien podría Mísia haber viajado mentalmente a Barcelona, ciudad donde, en un exilio de juventud, descubrió el fado. Mísia nació en Oporto, pero, como se dice en algún lugar de la biblia <strong>int</strong>ernet, vive en los escenarios desde su infancia. Eligió vida de artista, conocer a fondo -y padecer- el amor, morar en un puñado de pensiones, de viviendas anónimas, subir a trenes con destino a ninguna parte. Y, a diferencia del resto de artistas que han protagonizado el fecundo capítulo de la exportación de la música popular portuguesa, se especializó en mantener un apego a las raíces que, lejos de perjudicarla, ha jugado tan a su favor como lo ha hecho la síntesis de estilos para otros. Hace casi dos décadas que esta mujer se demostró, y demostró, que en el fado había descubierto las verdaderas señas de identidad que sustentan su dedicación artística. Y también en una presencia aristocrática, que, a fecha de hoy, le ha proporcionado un largo serial de reconocimientos, en su país y fuera de él. Desde Nueva York a Finlandia, desde Turquía a Japón, desde Francia a Brasil, Mísia ha ejercido de embajadora cultural junto a las estrellas más brillantes del orbe artístico: Ute Lemper, Fanny Andant, Maria Joao Pires y Maria Bethania, entre otras. Las canciones de Mísia siempre son un relato de situaciones y personajes, de sutilezas emocionales, de poderosas proyecciones de voz que expresan más de lo que dicen las palabras –y esto ya es mucho-, de miradas y silencios escénicos, de reticencias y complicidades, que escapan a los riesgos de la sensiblería e, incluso, a la solemnidad del propio fado. Y todo gracias a un guión sensible e ingenioso, respaldado instrumentalmente por un grupo de músicos muy fieles a la artista, capaces de resumir con su cristalina manera de “decir” su fecunda biografía en un solo tramo. Mísia, tan fascinante en su trabajo como extraordinariamente generosa con sus músicos, viene ahora para desplegar el magnífico corolario de canciones que compone su nuevo repertorio. En los meses de verano estuvo alternando hasta tres proyectos artísticos, dos de los cuales recalaron en la última edición del festival Grec, “Historia de un soldado”, de Stravinski, y “Mísia I els Seus Poetes”, donde la artista despliega una selección del grueso de adaptaciones de poemas que ha realizado a lo largo de su vida profesional. El tercer espectáculo, “Saudades sinfónicas”, la llevó a Francia donde, junto a Bruno Fontaine, <strong>int</strong>erpreta un puñado de fados célebres acompañada por una orquesta de cuerda y de guitarras portuguesas. 19 VI mostra portuguesa • Mísia, voz • Luis Cunha, violinista • Daniel P<strong>int</strong>o, guitarra clásica • Bernardo Couto, guitarra portuguesa