maria joão+ mário laginha JAZZ SALA DE COLUMNAS / CBA - c/ Alcalá, 42 lunes 17 nov. - 21:00 h. - 10 €
Esta es la pareja más atrevida con la que cuenta la vanguardia del capítulo de exportación musical de <strong>Portugal</strong>. Aunque el jazz y las músicas populares brasileña y africana (especialmente de Mozambique, de donde es originaria la madre de Maria João) sean los dos ingredientes predominantes en su obra, el apartado de sus <strong>int</strong>ereses estéticos cubre varios géneros más; entre ellos, el pop y la canción popular de cualquier tiempo y lugar. Hace ahora ve<strong>int</strong>icinco años, Maria João debutó, discográficamente, con “Qu<strong>int</strong>eto de Maria João”, una colección de estándares estadounidenses producto de su trabajo en el Hot Club de Lisboa. “Cem caminhos”, su segundo disco, apareció en 1985, fecha en la que precisamente recibió del Festival de Jazz de San Sebastián el premio como mejor <strong>int</strong>érprete femenina del año. Eran, está claro, buenos tiempos para ella, detalle que se hizo aún más patente cuando, en 1986, conoció a la pianista japonesa Aki Takase, que cambió para siempre su forma de concebir la música. La libertad musical de Aki Takase es responsable de que Maria decidiese deshacer el qu<strong>int</strong>eto con el que ya había grabado su tercer disco, “Conversa”, y se embarcase en una aventura que duró un lustro y tuvo como cómplices a la mencionada Aki Takase y al contrabajista mayor de Escandinavia, Niels Henning Orsted Pedersen. Esta formación se movió en diferentes direcciones conceptuales, aunque una, sobre todo, hizo mella en la afición; un jazz de avanzada bien entrado en toda clase de referencias populares. Espléndidamente arropada a su regreso a <strong>Portugal</strong> por Carlos Bica, José Peixoto y, sobre todo, el pianista Mário Laginha, el disco resultado de esa conjunción de estrellas, “Sol”, es pionero en realizar una auténtica fusión de música tradicional portuguesa y jazz, y también el que inició una relación con Mário Laginha, que, a fecha de hoy –con los años ya transcurridos y álbumes como “Danças”, “Fabula”, “Cor” o “Mumadgi”- se parece mucho a la del señor Rolls con el señor Royce. Las canciones de esta pareja alternan propósitos y multitud de estilos, siempre con Maria João convertida en una de las <strong>int</strong>érpretes más originales de entre cuantas en Europa se dedican a trabajar las posibilidades de la voz humana. Quizás por ello, en el centro de sus <strong>int</strong>enciones queda siempre el soplo de enorme libertad con el que ambos impulsan temarios como los que en fechas más recientes incluyeron los álbumes “Tralla” y “João”. No es seguro, pero estos registros –y alguna especulación sin destino fonográfico concreto- podrían ser el soporte del espectáculo que, ahora, traen a la Mostra. Maria no <strong>int</strong>erpreta un repertorio concreto; más bien parece inventarlo sobre el terreno. En su trabajo de fusión cultural todo es legítimo, original. Y Mário Laginha, pianista “evansiano” y compositor de casi todo el repertorio, alfombra el camino de facilidades, proponiendo la cohesión instrumental entre todos los elementos del grupo. El directo resultante es de una pegada e <strong>int</strong>ensidad escalofriantes. Y, si a los legos el canto de Maria puede remitirles al de Joan LaBarbara o Meredith Monk, <strong>int</strong>eresa no olvidar que también se convoca a otra gigante de la voz: la señora Lauren Newton con la que la cantante compartió hace muchos años aprendizaje y experiencia, tras poner en clave de jazz la poesía de Eugénio de Andrade. El resultado es un desafío melódico indescriptible. Lo mejor es verles. 27 VI mostra portuguesa