vitaminas y minerales
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Natural Solutions Foundation<br />
www.HealthFreedomUSA.org ; naturalsolutions@optionline.net<br />
Los efectos de la glucémia de fuentes de hidratos de carbono, que también contenen fibras<br />
dietéticas se diferencian por la viscosidad de la fibra. Las fibras alimentarias viscosas están<br />
clasificadas como fibras solubles y incluyen gomas, pectinas, mucílagos, glicanos, y hemicelulosis.<br />
La fibra soluble tiene el mayor efecto sobre la reducción de la tasa en el proceso de asimilación y<br />
absorción. Este tipo de fibra alimentar forma un gel viscoso, se mezclando con una solución<br />
acuosa, lo que incluye los jugos gástricos y pancreáticos. La viscosidad crea una barrera que<br />
reduce el acceso de las enzimas digestivas a las matrices de alimentos. La fibra soluble también<br />
aumenta la viscosidad de la capa de água estancada adyacente a la superfície de la mucosa de<br />
absorción, la cual ralentiza la velocidad de difusión de los disacarídos y monosacarídos en las<br />
membranas mucosas, donde las enzimas digestivas y sistemas de transporte de membrana se<br />
encuentran. La fibra soluble se encuentra en avena, la cebada, cítrinos, legumbres y psyllium.<br />
Grasa: La grasa dietética puede reducir la carga glucémica de la ingestión de hidratos de carbono<br />
digestíveis, reduciendo la motilidad gástrica al estimular la secreción de enterogastrona del duodeno.<br />
La disminución de la motilidad gástrica se demora el vaciamiento gástrico, lo cual ralentiza la<br />
liberación de azúcares disponibles para someter a la digestión y absorción. Estos efectos de la grasa,<br />
en el corto plazo, se pueden reducir en largo plazo, por los efectos adversos da alta ingestión de<br />
grasas en la sensibilidad a la insulina. Cuando se consumen en grandes cantidades, la grasa dietética<br />
reduce la sensibilidad a la insulina, aumentando las reservas de grasa. La grasa corporal, medida por<br />
el índice de massa corporal ha sido significativamente correlacionada con la ingestión de grasa<br />
dietética en los adultos delgados y obesos. La sensibilidad a la insulina también ha sido inversamente<br />
proporcional a la ingestión de grasa. Las dietas com mucha grasa, parecen, predisponer a la ganancia<br />
de peso, más que otras fuentes de energía, para igual ingestión energética, cuando la ingestión<br />
energética total es moderada. Esta observación ha sido explicada por diferencias en la regulación del<br />
almacenamiento de combustible entre las grasas y los carbohidratos. El ritmo de la oxidación<br />
aumenta, al aumentar el consumo de hidratos de carbono, ya que las reservas de glucógeno han<br />
llegado a su límite. Por el contrario, la oxidación de las grasas no aumenta, a medida que aumenta el<br />
consumo, ya que la capacidad de almacenamiento de la grasa es prácticamente ilimitada.<br />
La grasa dietética también puede afectar la sensibilidad de los tejidos a la insulina, sin aumentar de<br />
peso o aumento de grasa corporal. Una posible explicación es que la ingestión de grasa reduce<br />
proporcionalmente la cantidade de hidratos de carbono consumidos y, por lo que puede reducir el<br />
número de transportadores de glucosa en el espacio intracelular, ajustando a la baja los receptores de<br />
insulina. La composición de la grasa consumida también puede influir en la sensibilidad tisular a la<br />
insulina. Debido a que los ácidos grasos circulantes se depositan en la membrana fosfolipídica, que<br />
reflejen las características de la grasa ingerida. El alto contenido de grasas saturadas en las<br />
membranas célulares disminuye la fluidez de la membrana y impede el recrutamiento de<br />
transportadores de glucosa para la membrana plasmática del espacio intracelular. El número de<br />
transportadores de glucosa medidos en los adipócitos de rata fue mayor en los animales alimentados<br />
con grasa polinsaturada que en los alimentados con grasa saturada. El consumo de ácidos grasos<br />
monoinsaturados y de ácidos grasos de cadenas medianas saturadas (aceite de coco) puede<br />
promover la secreción de insulina. El efecto de estos ácidos grasos puede ser útil en el control de la<br />
glucosa en la sangre, entre las personas sensibles a los hidratos de carbono”. Una proporción<br />
sustancial de los diabéticos no es capaz de reducir la ingestión total de grasa por hidratos de carbono,<br />
sin aumento en el suero, proporcionalmente, los triglicéridos y el colesterol. Para estas personas,<br />
aumentar la parte de ingestión de grasa monoinsaturada ingerida permitirá aumentará el consumo<br />
total de grasa, sin comprometer la sensibilidad a la insulina.<br />
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