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42rante chino en Caracas. Los dos, sin escolta, sinparafernalia, y nos sentamos a hablar. Y anochelo recordamos durante dos horas de conversaciónde amigo a amigo, de padre a hijo, oyéndole susangustias, sus dudas, y yo tratando de ser padrey de ser amigo en medio de este huracán. Yo lerecordaba a Hugo su vida, desde que nació, y,por supuesto, el tiempo que estuvimos aquí enElorza, con su madre, con Rosa y María.Entonces, él recordó a Santos Luzardo. Porqueél se hizo amigo de Santos Luzardo, son dela misma edad. Hugo tenía una bicicleta vieja quealguna vez le compré por allá por el ipsfa, seguramentea precios módicos, a crédito, y él se latrajo. Pero ese año le compré otra, muy modestapero nueva, así que él tenía la vieja por allá enun cuarto. Aquí mismo, estamos a media cuadradel sitio donde nosotros vivimos tres años, compartiendolas raíces de este pueblo tan querido.Y un día llegó Luis con su mujer, siempre andanpor ahí mis hermanos los cuibas y los yaruros, ycon ellos tenemos un compromiso vital, tambiénexistencial, de devolverles la vida, la dignidad. Lohicimos un poco, hasta donde podíamos, en aquellosaños que aquí estuvimos. Recuerdo queHuguito le mandó la bicicleta a Santos Luzardode regalo. Esa bicicleta debe estar por allá en algunaribera del Capanaparo. He visto de nuevoa Santos Luzardo, le doy la bendición. Tuvo unproblema en un ojo, y ahí está mi compadre LuisJicuture. Me cuenta que Santos Luzardo estabalanzando flechas y alguna flecha que lanzó otroniño le dio en el ojo; ha perdido la vista de un ojo.Tenemos que llevarnos a ese muchacho, vamos ahacerle un estudio en el ojito a Santos Luzardo ya todos los niños que haya que atenderlos.El CubiroCUENTOS DEL ARAÑEROVeinticuatro de septiembre, día de Nuestra Señorade Las Mercedes Felicitaciones y un beso atodas las Mercedes y a las Merceditas que andanbregando, luchando y llenas de optimismo por elfuturo de Venezuela. Hay una canción de Luis Lozada.Bueno, no creo que la letra sea de Luis Lozada,pero sí la cantó, la grabó y la sigue cantando,porque “El Cubiro” se nos fue en mal momento,en mala hora, hace dos años atrás; una de las vocesmás recias que ha parido el llano venezolano.Luis Lozada nació en el Rial, allá en Barinas, alsur, muy cerca de Santa Inés, la tierra de Zamora.Esa es la franja que va hasta el Apure, al surestede Barinas, siguiendo por el curso del río SantoDomingo. Uno va y consigue por ahí a Santa Inés,donde fue la gran batalla en la que Ezequiel Zamora,al frente de la revolución, derrotó a las tropasde la oligarquía en diciembre de 1859. Muycerca de allí nació, en la segunda década de estesiglo, nuestro gran amigo, un hombre humilde,un revolucionario. Yo era niño y ya se oía por todaslas sabanas de Barinas, de Apure, de Guárico,de Portuguesa, de Cojedes, pero especialmente vibrabaen las sabanas de Barinas el grito de “Eyyy,Eyyy”, y arrancaba “El Cubiro”.¿Tú conoces al cubiro? Tienes que agarrar sabanaadentro. El cubiro es un pájaro que canta. Miabuela Rosa Inés tenía muchos cubiros. “Agárremeel cubirito”, decía. Unos pájaros amarillos,colorados, un color muy vivo y vuelan muy alegres.Desde niño Luis Lozada comenzó a cantar.Tenía un grito característico, un grito que arrancabala emoción en todos aquellos lugares que lovieron pasar durante más de cuarenta años, componiendocanciones, recogiendo de las sabanas,de la esperanza, recogiendo de los hombres, delas mujeres, de los niños, de toda esa pasión por lonuestro y lanzándola con un amor gigantesco, unafuerza extraordinaria.Cuarenta años pasó “El Cubiro” recogiendo delos esteros, de las lagunas, de los palmares, de losgarceros, de los palmaritales, de la sabana inundadapor el invierno, de la sabana reseca por elsol del verano, en las riberas de los ríos, desde SanFernando hasta Guasdualito, desde Guachara a ElCajón, como dice el verso, desde Barinas hasta ElBaúl. Recorriendo y recogiendo el sentimiento dela sabana y expresándola en canto, expresándolaen poemas, expresándola en versos.Yo tuve la dicha de conocer a “El Cubiro”cuando fui presidente de las fiestas patronales deElorza. ¿Ustedes saben cuánto cantó sin parar?Hora y media. Se tiró una cadena y recuerdoque terminaba una, volteaba y le decía al arpista:“¡Arpa, compadre!”. Aquel hombre estaba comoposeído, muy emocionado y no paraba, ¡dos horastocando! A Cristóbal, que era la estrella, lopusimos de último del programa, y entonces sepuso bravo: “¡Bueno, mayor!, ¿usted cree que yosoy un gallo para cantar al amanecer?”. Estabasaliendo el sol, pero cantó como tres canciones.Pasó “El Cubiro” ocho días cantando en las esquinasdel pueblo. Lo poco que le pagábamos porsus honorarios profesionales lo gastó en el pueblojugando gallo, jugando bolas criollas. Le regalaronun gallo y se vino con su gallo pidiendocola desde Elorza hasta Mantecal, yendo haciaBarinas. Bueno, yo estaba recordando a Luis Lozada,porque él tiene una canción muy vieja quegrabó hace muchos años, llamada “Mercedes”.Mercedesqué te me hiciste,qué te me hiciste.Mercedes,qué te me has hechoquiero sembrar nuevamente,oye Mercedes,una inspiraciónen tu pecho.Eso es para todas las Mercedes.Eneas PerdomoEl compositor que más conozco, le conozcoel alma y quiero verlo pronto. Yo quiero verteviejo, sé que me estás oyendo. Tú te pegas alláen San Juan de Los Morros, allá con Atamaica,una taza de café. Te imagino en un chinchorro,ahí bajo el sol de la sabana que te parió. Merefiero a Eneas Perdomo. Eneas nació en ElYagual, a orillas del río Arauca, yo no sé hacecuántos años. Yo era niño y oía ya esas canciones.Eneas es compositor, cantautor, coplero,improvisador y un auténtico hombre paridopor la sabana.Desde niño lo relaciono con Florentino, elde Florentino y el Diablo. Yo creo que EneasPerdomo le gana al Diablo cantando. Es comoMagallanes a La Guaira, nueve arepas al Diablo.Ustedes tienen que verlo cantando y oírlocantando. Canciones que él ha compuesto, bueno,extrayéndolas del estero, extrayéndolas delas garzas, de los ríos, de las riberas del Arauca,del Apure:Pescador del río Apurepescador del río Apurecon tu alma sincera y buenaque te acuestas en la playay te arropas con la arena.Tú vas como la cotúatú vas como la cotúasiguiendo la ribazóncon palanca y canaletecon anzuelo y con arpón.Y Eneas cada vez que nos vemos por allí, por elcamino, siempre me dedica una canción, porqueél sabe que yo la llevo en el alma. Esa canción“Adiós, Barrancas de Arauca”:Adiós, barrancas de Araucabarrancas de Araucahermosa tierra llaneraremolino de agua claraay de agua claray en la sabana pradera.Sombras en la nocheEstaba hablando de Guacharaca a La Rompía.Eso queda en el Cajón de Arauca. Yo conozcoLa Rompía, conozco todos esos llanos como diceCristóbal Jiménez en una canción escrita por PedroTelmo Ojeda, poeta de esos del llano. Esun poema-canción, habla de todos esos fundos,caños y esteros y por allí cerca está La Rompía,donde salen aparecidos. “La Sayona”, “La Llorona”,la “Bola’e Fuego”, todo eso sale por ahí,dicen los llaneros. Uno ha visto sombras en lanoche. Yo no he visto “La Llorona”, ni “La Sayo-

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